Bloomberg Línea — Los bonos soberanos de Ecuador registraron un repunte significativo luego de la victoria de Daniel Noboa en la segunda vuelta presidencial del fin de semana, un resultado que fue recibido con entusiasmo por los inversionistas ante la expectativa de continuidad en políticas económicas ortodoxas y mayor gobernabilidad.
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Según Bank of America, “los resultados electorales son una sorpresa para el mercado”, dado que, con el 97,03% de los votos escrutados, Noboa alcanzó el 55,66% frente al 44,34% de Luisa González, candidata afín al expresidente Rafael Correa. Esta diferencia, de aproximadamente 1,1 millones de votos, contrastó con las encuestas previas que mostraban una mayor dinámica a favor de González.
El bono soberano de Ecuador con vencimiento en 2035 subió 12,85 centavos por dólar, lo que equivale a una variación diaria de 28,76%, según datos de Bloomberg.
La cotización pasó de 44,74 a 57,61 centavos, alcanzando un máximo intradía de 59,25 y consolidándose como uno de los activos de deuda emergente con mejor desempeño del día.

La reacción positiva del mercado se sustenta, en parte, en la expectativa de una mayor estabilidad política. “Una de las razones para ser optimistas sobre el panorama económico de Ecuador es que el presidente Noboa contará con una representación significativamente mayor en el Congreso durante su segundo mandato (2025-2029), lo cual facilitará la formación de una mayoría funcional y allanará el camino para la aprobación de reformas económicas”, explicó Bank of America.
El bloque oficialista tendrá 66 de los 151 escaños, frente a los 14 de 137 con los que contaba en su primer mandato.
Además del nuevo equilibrio de fuerzas en el Legislativo, los mercados valoran positivamente el compromiso de Noboa con políticas económicas ortodoxas.
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De acuerdo con el análisis de Bank of America, se espera que el nuevo gobierno mantenga como pilares fundamentales la disciplina fiscal, el vínculo con el FMI para asegurar financiamiento externo, el impulso a los sectores extractivos (petróleo y minería), la desregulación del sector eléctrico, una mayor apertura comercial y financiera, y el alineamiento geopolítico con Estados Unidos.
Sin embargo, el camino hacia una reforma constitucional, uno de los temas centrales en la agenda del nuevo período, podría generar incertidumbre, especialmente por la fuerte presencia opositora en el Congreso.

“Es evidente que algunos aspectos de la Constitución ecuatoriana desalientan la inversión extranjera directa, crucial para consolidar el esquema de dolarización”, advirtió la entidad.
Entre esos aspectos se encuentran la ausencia de acceso a arbitraje internacional, el control estatal de sectores estratégicos, las rigideces en la legislación laboral y las ambigüedades en torno a la propiedad privada.