La situación que atraviesa Ecuador presenta un sinfín de dificultades sociales, económicas, financieras y de lucha contra el crimen organizado. Pero puede empeorar, según un consideró la organización no gubernamental Corporación de Estudios para el Desarrollo (CORDES).
“Ecuador está al borde del precipicio”, se titula un documento de CORDES que añade que la situación exige “medidas inmediatas y permanentes” para evitar “una crisis que puede ser peor que la de finales del siglo pasado”, en referencia a lo sucedido entre 1998 y 1999.
La entidad pidió apoyo a los legisladores que apoyen propuestas del Presidente Daniel Noboa Azín, mediante las cuales se buscan sobrellevar los compromisos del Gobierno.
Pedido a la Asamblea
Los directivos de CORDES consideraron que la primera tarea recae sobre la Asamblea Nacional, que, según esta organización, “debe aprobar, anteponiendo el interés nacional a los intereses partidistas, el aumento en la tasa del IVA del 12% al 15% propuesto por el presidente Noboa”.
El documento destaca que la eventual aprobación brindará ingresos adicionales al fisco por alrededor de US$1.300 millones al año, con un impacto moderado en los hogares más pobres.
Aún así, CORDES sostuvo que esa medida, no obstante, “queda corta frente a la enorme brecha de caja proyectada para este año”. CORDES consideró que tal acción “debe complementarse con una reducción significativa o eliminación del subsidio a los combustibles, principalmente la gasolina y el diésel”.
Asimismo, indicaron que tales determinaciones deben acompañarse de medidas compensatorias para evitar un impacto en los hogares pobres.
Pedido al Gobierno
“El Ejecutivo, además, tiene la tarea de recortar de manera significativa el gasto en las instancias en las que tiene injerencia (empresas públicas, IESS y el propio Presupuesto del Estado) y plantear un debate sobre las transferencias que reciben los gobiernos seccionales, muchos de los cuales son altamente ineficientes y no rinden cuentas a nadie”, reseña el informe de CORDES.
Que concluye: “Finalmente, el Gobierno debe preparar una reforma integral a la Seguridad Social, cuyos problemas de caja están subiendo a la superficie y constituyen la siguiente ola de presiones fiscales”.