Bloomberg Línea — El Gobierno de Cuba le restó importancia a las deportaciones masivas que Donald Trump prometió durante su campaña presidencial y que podría ejecutar una vez regrese a la Casa Blanca, el próximo 20 de enero.
El viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossio, aseguró que “no es realista pensar en que va a haber deportaciones masivas desde Estados Unidos a Cuba”, durante una conferencia de prensa el 4 de diciembre, tras una reunión que sostuvieron en La Habana delegaciones de ambos países.
A juicio del vicecanciller, en el caso eventual de que Trump quiera deportar a los cubanos que ingresaron en condición irregular a Estados Unidos, la medida deberá ser examinada partiendo de los acuerdos migratorios existentes.
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Los acuerdos bilaterales a los que hizo referencia Fernández de Cossio fueron firmados 1984, 1994, 1995 y 2017, aunque son revisados por ambos países a través de reuniones semestrales. Durante el primer periodo presidencial de Donald Trump, los encuentros fueron suspendidos, pero Joe Biden los retomó tras su ascenso al poder.
De hecho, hay una norma que desde 1996 ha permitido a miles de refugiados cubanos permanecer en Estados Unidos cuando han residido más de un año allí, siempre y cuando hayan admitidos mediante un “parole” después del 1 de enero de 1959, la Ley de Ajuste Cubano.
Tras la reunión, el subsecretario para asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE.UU., resaltó el “éxito en la reducción de la migración irregular de cubanos por tierra y mar”.
Por otra parte, la Embajada de EE.UU en Cuba informó que se “plantearon cuestiones de interés como la facilitación de la reunificación familiar, desincentivar la migración irregular y mejorar el respeto a los derechos humanos en Cuba”.
Desde 2022, alrededor de 850.000 migrantes provenientes de la isla arribaron a Estados Unidos, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
¿Qué esperar de Trump respecto a los migrantes?
Aunque Trump ha asegurado que las deportaciones masivas no se enfocarán en los alrededor de 11 millones de latinos indocumentados que residen en Estados Unidos, sino en quienes tienen antecedentes penales —alrededor de 1,2 millones, según Goldman Sachs—, lo cierto es que hay mucha expectativa en torno a este tema.
El presidente electo de los Estados Unidos aseguró que el hombre a cargo de su política migratoria será Thomas Homan, que fungió como exdirector del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en su pasado periodo presidencial, e informó que “estará a cargo de todas las deportaciones de extranjeros ilegales a su país de origen”. Incluso lo bautizó como el “zar de la frontera”, de ahí la incertidumbre que genera a los migrantes.
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Trump además designó a Stephen Miller como subdirector de política de la Casa Blanca, es decir, a su consejero presidencial de 2017 a 2021, reconocido en la política norteamericana como el ideólogo de la controversial política migratoria en ese entonces.
La designación de Thomas Homan y Stephen Miller también llama la atención porque ambos diseñaron la estrategia de separación efectiva de familias implementada por Trump en 2018, que ahora podría mutar.