Bogotá — Con la desaparición definitiva de Viva Air, aerolínea de bajo costo que acaba de entrar en liquidación judicial ante la imposibilidad de recuperarse, surge el interrogante de si Ultra Air también correrá la misma suerte.
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Esta firma, que suspendió operaciones de forma inmediata a finales de marzo pasado, entró a proceso de reorganización empresarial para intentar salvarse. Sin embargo, este no es un procedimiento fácil, ya que, de la mano de la Superintendencia de Sociedades, deberá cumplir ciertas condiciones.
Lo primero y lo más relevante es la presentación de un plan de negocios, que fue precisamente el requisito que no logró cumplir Viva Air, empresa que manifestó la imposibilidad de hacerlo al no contar con el capital, la liquidez, los activos, y el personal necesario para lograr su recuperación económica.
“Este proceso se trata precisamente de reorganizar los activos y los pasivos de la empresa y de tener un plan de negocios para ello, un plan que tiene que ser viable para que la compañía operativamente funcione a futuro y tenga la suficiente caja para pagar los pasivos. Esos pasivos incluyen todos los externos”, le dijo a Bloomberg Línea Juan Pablo Liévano, exsuperintendente de Sociedades.
Y explicó que ya teniendo un plan de negocios viable, donde haya flujo de caja, donde se puedan conseguir recursos, se le podrá presentar a los acreedores y estos, si están de acuerdo, votarán que sí y lo aprobarán.
¿Cómo obtener recursos?
Hay diferentes escenarios para que una empresa en reorganización pueda conseguir recursos. Entre ellos, que en la propia actividad de la firma se generen, lo que para este caso no aplica por la crítica situación financiera que atraviesa Ultra Air.
También que sus mismos accionistas inyecten capital o que vengan terceros interesados e inviertan recursos que sirvan para repotencializar la operación y el ejercicio de la empresa.
“Seguiremos brindando los espacios y acompañamiento para que las empresas puedan superar las dificultades que atraviesan; no obstante, cuando éstas son inviables, es nuestro deber intervenir para buscar la liquidación pronta y ordenada de los activos con el fin de que recirculen en la economía, protegiendo los derechos sociales y a los acreedores”, sostuvo el superintendente de Sociedades, Billy Escobar.
No obstante, si el plan de negocios exige capitalizaciones que no se dan, o finalmente los acreedores no están de acuerdo con el mismo, la firma, en este caso la aerolínea, terminaría en una liquidación judicial.
Si así sucede se daría fin a la actividad comercial de Ultra Air y se terminaría la personalidad jurídica de la sociedad. Se despedirían e indemnizarían a los trabajadores y se daría fin a los encargos fiduciarios y contratos a los que haya lugar.
En esta situación, como ocurre actualmente con Viva Air, se hace la designación de un liquidador, quien representará para todos los efectos a la empresa y adelantará las actuaciones correspondientes para la preservación de los activos, así como la determinación de los pasivos a ser atendidos.
Los acreedores, por su parte, deberán presentar sus reclamaciones al liquidador para que este elabore la determinación de acreencias y el inventario valorado de activos que posteriormente serán estudiados por la autoridad respectiva.