Bogotá — El país enfrenta una crisis energética desencadenada por factores climáticos en mayor medida, así lo indica el Centro de Estudios Económicos ANIF, que asegura que las reservas de agua que abastecen el sistema de energía en abril llegaron a su mínimo histórico (31,26%).
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La urgencia de esta situación ha llevado al Gobierno a adoptar medidas drásticas para mitigar el riesgo inminente de apagones y abordar la escasez de agua mediante el racionamiento, pues amenaza no solo la estabilidad energética del país, sino también la vida cotidiana de sus habitantes por el impacto en los precios de los productos y servicios.
Lo anterior es uno de los principales factores que contribuyen al alza de los costos de la energía, pues históricamente en Colombia se ha generado una dependencia de la energía hidroeléctrica. Durante periodos de sequía, como el Fenómeno de El Niño, los niveles de los embalses disminuyen, lo que limita la capacidad del país para generar electricidad a partir de fuentes hidráulicas.
Esto obliga a recurrir a otras fuentes de energía, como las termoeléctricas, que utilizan gas, siendo convencional y no renovable, más costosa y menos amigable con el medio ambiente.
En respuesta a esta crisis, el gobierno planteó un plan de transición energética que pretende garantizar la soberanía energética del país y promover la adopción de energías limpias. Asimismo, la diversificación de fuentes energéticas emerge como una estrategia para contrarrestar estos efectos.
Así lo explica Paola Santiago Ribón, cofundadora y CFO de Solenium, quien habla sobre la relevancia de las minigranjas solares de generación distribuida para satisfacer la creciente demanda energética, “implementando proyectos de energía solar en diversas regiones del país que mejoran la eficiencia y calidad mediante el desarrollo de tecnología y procesos de validación acelerados”.
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Pues las empresas, dijo, están reconociendo que la energía solar ofrece una solución económica para reducir los costos energéticos y mejorar su competitividad. “Así mismo, de los beneficios económicos y ambientales que conlleva el uso de esta forma de energía renovable”.
La experta destacó que este tipo de alternativas orientadas hacia energía solar permite a los sectores económicos más afectados por el aumento de la tarifa actual, que son aquellos que dependen intensamente de la energía en sus procesos de producción como la industria manufacturera, reducir precios de los productos y servicios.
“La integración de una mayor proporción de energía solar en la combinación energética de Colombia podría disminuir su susceptibilidad a los cambios climáticos, los cuales impactan la disponibilidad de agua para la producción hidroeléctrica. Esto tendría el potencial de aliviar la presión sobre los costos energéticos durante épocas de escasez de lluvias”.
Santiago Ribón concluyó manifestando que el aumento de los precios de la energía en Colombia tiene repercusiones importantes en la economía del país, afectando a empresas, consumidores y el entorno macroeconómico en general.
Por lo que la transición hacia fuentes de energía renovable, como la solar, emerge como una solución clave para mitigar estos impactos y promover un desarrollo económico sostenible.