Transición energética en Colombia: hay más dudas que certezas de su éxito

Aunque el discurso del Gobierno apunta a darles un rol protagónico a las energías limpias, las empresas del sector siguen dando pasos hacia atrás, primero fue Enel Green Power y ahora se le suma EDF

Turbinas
06 de octubre, 2023 | 01:00 AM

Bogotá — La idea de hacer más limpia la matriz energética colombiana se hace cada vez más compleja porque los inversionistas que manifestaron su deseo de participar de proyectos de energías limpias están renunciando a continuar con esos parques solares y eólicos por las dificultades que han tenido para obtener los permisos ambientales para desarrollarlos.

Además de los problemas con la obtención de licencias ambientales y permisos, las empresas han tenido que lidiar con comunidades que se oponen al desarrollo de las iniciativas, pero también han visto como las reglas que existían en Colombia cuando participaron de las subastas de energía han cambiado siendo ahora menos favorables para sus planes de negocio.

Adicionalmente, dos empresarios del sector que hablaron con Bloomberg Línea aseguraron que la reforma tributaria que se aprobó en 2022 fue adversa para los intereses de los inversionistas del sector porque elimina beneficios que tenían los proyectos y eso hace que el margen de rentabilidad, que no era muy grande, ahora sea menor.

El presidente de una de las compañías del sector, quien pidió no ser mencionado, sostiene que por más que las compañías intentan avanzar en el cumplimiento de requisitos, la ANLA es una entidad diseñada para trancar. Asegura que esta y las corporaciones autónomas se han convertido en el principal obstáculo para lograr los permisos ambientales que requieren los proyectos.

“No es algo nuevo, se veía venir hace un tiempo. Lo preocupante es que no se encuentran las soluciones para las dificultades, y tampoco se ve mucha voluntad para encontrarlas. Esta es una responsabilidad compartida, no solo del Gobierno, los desarrolladores de proyectos también por la forma que en que participaron de las subastas y por la forma en la que participaron de los proyectos, pero en todo caso el mensaje es muy desalentador”, dijo Alejandro Lucio, experto en el sector energético y director de Óptima Consultores.

Uno de los ejecutivos que habló con Bloomberg Línea sostuvo que el desinterés de las empresas en los proyectos de energía es generalizado y que son muchas las que buscan la forma de vender o renunciar a continuar como participantes de determinados proyectos que por meses han estado estancados por la documentación ambiental.

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Lucio sostiene que “hacer proyectos de generación en Colombia es muy complicado y es claro que la institucionalidad no ayuda, ni las corporaciones autónomas ni las autoridades ambientales ayudan, los procesos para la conexión de los proyectos son muy complejos. Uno esperaría una política de Estado que busque que esos proyectos se ejecuten. Lo claro es que los proyectos se comprometieron con entrega de energía y contratos que tenían unos tiempos muy apretados, ellos tomaron unos riesgos, pero nunca se imaginaron que se iban a demorar tanto y que iban a tener que asumir esos riesgos por tanto tiempo”.

Sin embargo, a pesar de las dificultades que enfrenta el sector para Lucio es claro que el interés en desarrollar proyectos seguirá existiendo. “Es preocupante, pero interés por hacer proyectos renovables va a seguir habiendo, la expansión de proyectos de energía renovable necesariamente va a ser así con no convencionales porque no hay recursos disponibles ni para generación térmica ni para grandes hidroeléctricas, van a seguir siendo proyectos renovables no convencionales, pero lo importante es aprender de las fallas que hemos tenido”

Sobre las demoras que están teniendo las empresas con las autoridades encargadas de dar los avales ambientales, aseguró el director de Óptima Consultores que “aquí parece que se pensara que entre más tarde el proceso más se está haciendo cumplir con las reglas ambientales y es uno de los grandes errores, las empresas se metieron en proyectos pensando que les iba a tomar 12 meses obtener un permiso y se están dando cuenta que es un tema que está superando los 3 y 4 años”.

Finalmente, una de las críticas que tienen los empresarios consultados es la burocracia al interior del Ministerio de Ambiente, pues aseguran que la ministra no aporta a las soluciones, sino que en cambio, dilata la toma de decisiones.