Bogotá — Cómo avanzar en la transición energética sin afectar el desarrollo de países como los de América Latina, es una de las grandes tareas que tienen los gobiernos. Relacionado a la transición, el Banco Mundial sugiere seis pasos que deberían seguir los países en desarrollo para avanzar en esta y atraer inversión privada.
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Seis pasos para avanzar en la transición energética
De acuerdo con el informe del Banco Mundial, hay un “círculo virtuoso” de seis etapas que son fundamentales para superar los obstáculos que existen para la energía renovable.
“El ciclo comienza con el liderazgo del gobierno, que se traduce en un entorno regulatorio favorable, instituciones cada vez más capaces e instrumentos para minimizar los riesgos, seguido de una asignación de proyectos transparente y competitiva, para poder suministrar energía renovable que satisfaga las necesidades urgentes, como seguridad y asequibilidad energética y empleos, dice el documento del multilateral.
Puntualmente las seis etapas son: 1) mayor apetito de los gobiernos por estos proyectos y mayor espacio fiscal; 2) entorno normativo y político favorable; 3) mayor capacidad institucional; 4) cartera de proyectos financiables; 5) política de precios y proyectos transparentes y 6) resultados.
De acuerdo con el Banco Mundial, un compromiso gubernamental con la transición energética reducirá los riesgos de los inversores y disminuirá las primas de riesgo que esperan. También indica que “se necesitan instituciones competentes, creíbles y financieramente sostenibles para planificar eficazmente el sector energético y aplicar medidas que reduzcan el riesgo de los inversores y amplíen el capital disponible”.
Tres obstáculos que impiden avanzar en la transición energética
- Los proyectos de energía renovable implican costos de capital iniciales prohibitivamente elevados, y muchos países quedan atrapados en opciones de energía costosas y con altas emisiones de carbono y subsidios energéticos ineficientes.
- Los países en desarrollo se enfrentan a un alto costo de capital que distorsiona las decisiones de inversión en detrimento de las energías renovables.
- Los débiles fundamentos del sector energético, especialmente las capacidades institucionales, dificulta la ampliación de la transición.
“La transformación energética generalizada en los países en desarrollo requiere una participación estratégica y continua y una coordinación mucho mayor entre los gobiernos, los inversionistas y los asociados que la que existe actualmente”,
Guangzhe Chen, vicepresidente de Infraestructura del Banco Mundial.
La transición en Colombia no debería ir al ritmo de países desarrollados
Un informe realizado a finales de 2022 por Juan Benavides, Sergio Cabrales y Martha Elena Delgado para Fedesarrollo indica que la transición energética de Colombia no debería ir al mismo ritmo que la de los países desarrollados.
Lo anterior, por varias razones. Entre estas, porque las emisiones de Colombia son bajas respecto a naciones grandes y desarrolladas y porque en el país se necesita aumentar el consumo de energía para crecer y resolver problemas de equidad.
Los expertos citan en su informe que dado el bajo consumo de energía per cápita de Colombia y los altos niveles de pobreza asociados a privaciones de consumo de energía (pobreza energía), las emisiones relativas bajas y porque la mayoría de las emisiones de GEI no provienen de la producción y consumo de energía (33.38%), sino del sector de agricultura, ganadería y cambio de uso del suelo (55,6%), “la transición energética del país debe ser adecuada a nuestro contexto, y el esfuerzo de descarbonización no debe venir principalmente del sector de energía”.
“En Colombia hay una brecha de necesidades de consumo de energía que se debe llenar para salir de la trampa de ingreso medio, reducir la pobreza y la vulnerabilidad energética, y convertirse en una economía más diversificada y con mayor contenido tecnológico”, detalla el informe de Fedesarrollo.
Así mismo, aseguran que “durante dos décadas por lo menos, no puede esperarse que toda la energía se electrifique, ni que toda la electricidad se produzca con energías renovables poco densas e intermitentes”.
Cabe mencionar que aunque el gobierno de Gustavo Petro, busca transitar hacia una economía descarbonizada y reducir el uso de combustibles fósiles como el petróleo, ocho meses después de su posesión aún no se tiene claridad en la ruta de la transición energética, ni de los minerales estratégicos a prospectar, entre otros aspectos relevantes para avanzar en esta materia.