TLC de EE.UU. y Colombia: ¿se puede renegociar como dice Petro y qué puede cambiar?

En entrevista con Bloomberg Línea, la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, se refirió a los mayores hitos del acuerdo, al balance en 11 años y posibles revisiones

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Bogotá — El TLC entre Colombia y EE.UU. completa 11 años desde su entrada en vigor en medio del interés del Gobierno del presidente colombiano, Gustavo Petro, de renegociar este acuerdo comercial que le permitió al país sudamericano alcanzar los US$14.757,5 millones en exportaciones en 2022.

El año pasado, el ministro de Comercio, Industria y Turismo colombiano, Germán Umaña, confirmó a Bloomberg Línea que el Gobierno colombiano estaba analizando los resultados de los acuerdos comerciales con EE.UU., México y la Unión Europea a través de unas comisiones evaluadoras de cada capítulo.

Según el ministro, las comisiones evaluadoras son “un mecanismo que está en los tratados para poder definir los puntos esenciales” e identificar estos posibles desbalances.

En su momento, el entonces embajador estadounidense en Colombia, Philip Goldberg, manifestó que el TLC “le ha puesto equilibrio al comercio entre los dos países, así que no hay necesidad de renegociar sino de implementarlo totalmente”.

“Podemos hablar de los términos del acuerdo, pero no es algo que tengamos que cambiar por completo”, señaló.

En entrevista con Bloomberg Línea, la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), María Claudia Lacouture, aclaró que “siempre es posible” revisar los acuerdos de libre comercio para actualizarlos, mejorarlos o resolver diferencias entre las partes.

“Para el caso del TLC con Estados Unidos, el texto del acuerdo establece que estas revisiones deben hacerse en la Comisión Administradora del TLC, en donde se pueden buscar acciones encaminadas a mejorar las cláusulas dinámicas del acuerdo”, afirmó.

Esto implica aspectos como los aranceles, acumulación y escasos abastos, cambiar las reglas de origen, modificar el anexo de contratación pública y emitir interpretaciones sobre el acuerdo, entre otras.

No se pueden hacer modificaciones en cuanto a tiempos, montos y porcentajes para subir aranceles.

Señaló además que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo ha manifestado que ese es el espíritu de los contactos que han mantenido con las autoridades de Estados Unidos.

En la entrevista se refirió a los mayores hitos del acuerdo, al balance en estos 11 años y las posibles revisiones que se pueden hacer al acuerdo comercial.

Bloomberg Línea: ¿Cuál es quizá la mayor lección que deja el TLC entre Colombia y EE.UU. hasta el momento?

María Claudia Lacouture: La principal lección es que no basta tener reglas claras y condiciones favorables si no se aprovecha el potencial. Logramos negociar acceso privilegiado permanente pasando de los tiempos de las concesiones unilaterales, condensadas en la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga (ATPDEA por sus siglas en inglés). Colombia podía exportar sin aranceles 5.500 partidas. Hoy son 11.497 productos con garantía de acceso libre y sin condiciones a 50 estados, cada uno de ellos más rico que cualquier otro país del continente.

Se abrió un universo de posibilidades para los productos y servicios de Colombia, pero nos quedamos cortos en el aprovechamiento. Construimos una gran autopista de muchos carriles y seguimos en el mismo carro de hace 11 años que no pasa de pocos kilómetros por hora.

No le hemos dado el valor suficiente a tener certidumbre todos los años de que se puede exportar sin estar pensando qué va a pasar con el arancel, como era el caso del ATPDEA.

BL: 2. ¿Cómo han cambiado las relaciones comerciales entre ambos países desde la firma del TLC?, ¿qué se ha ganado en el comercio internacional?

MCL: El acuerdo comercial ha permitido que aumente en 24% el número de empresas que exportan a Estados Unidos, mientras en 2012 eran 3.053, en 2022 la cifra llegó a 3.772 empresas. El TLC ha facilitado cambiar la proporción de las exportaciones de Colombia hacia Estados Unidos. En 2012 el sector no minero-energético representaba el 29% de las exportaciones y en 2022 el 53%.

Adicionalmente se diversificó la canasta exportadora, pasamos de tener 29% de ventas no minero-energéticas, correspondientes a 1.990 productos en el 2012 a 2.453 productos en el 2022 que representan el 52,1%. A su vez, ha aumentado su importancia en el mercado estadounidense, pues Colombia pasó de tener más del 50% del mercado en 275 productos en 2012 a 315 en 2022. Por otro lado, en el sector agrícola, se han aumentado las ventas de productos diferenciados, es decir, que tienen algún nivel de tecnología e incluyen transferencia de conocimiento en el proceso productivo. No solo se ha aumentado el número de productos exportados y su monto, la naturaleza de estos es más sofisticada.

El TLC dejó establecidas reglas claras para los negocios de tal manera que las empresas de ambos países cuentan con un marco legal de largo plazo, evitando así la dependencia hacia asuntos políticos o coyunturas, como sucedía antes del acuerdo, en donde las preferencias arancelarias estaban supeditadas a decisiones del Congreso de Estados Unidos y en donde no había certeza sobre su renovación o duración, complicando el panorama comercial.

En 2022, por sectores, el rubro no minero-energético, por tercer año consecutivo, superó los flujos y la participación del minero-energético, contabilizándose en US$7.836,1 millones y el 53% del total de la canasta. En 2021, este sector representó el 60% de la canasta por el orden de US$ 6.577,6 millones. En 2020, su representatividad fue del 60,2% por valor de US$ 6.577,6 millones, de acuerdo con datos del DANE.

Estados Unidos, además, se ha consolidado como el principal socio comercial de Colombia y su principal inversionista extranjero. El año pasado la inversión de Estados Unidos fue de US$4.976 millones, equivalentes al 1,40% del PIB nacional, mientras que en 2012 fue de US$ 2.476 millones, un aumento del 101%. Este dato es relevante ya que representa una inversión instalada de más de 650 empresas de Estados Unidos en el país haciendo negocios en Colombia y su actividad productiva y comercial genera más de 107 mil empleos formales. La inversión está en sectores como servicios financieros y empresariales; transporte, almacenamiento y comunicaciones; explotación de minas y canteras; comercio al por mayor, menor, restaurantes y hoteles; industrias manufactureras; electricidad, gas y agua; y construcción.

BL: ¿Cuáles son los principales desafíos del TLC de cara a sus sostenibilidad en el tiempo y cómo podrían superarse?

MCL: El principal desafío hoy y siempre será el aprovechamiento del acuerdo comercial. No podemos bajar la guardia en las acciones para fortalecer la competitividad y productividad de la empresa nacional para que esté cada día en mejores condiciones para vender a Estados Unidos y, especialmente, estar a la vanguardia de las nuevas oportunidades que se abren. En el análisis que hemos hecho en AmCham Colombia y, complementario al marco legal del TLC, gracias a la afinidad temática entre los presidentes Petro y Biden, encontramos que podemos insertarnos más en temas como transición energética y agroindustrialización.

Hay que prender los reflectores sobre la crisis de mano de obra en el campo: el despoblamiento del campo amenaza a la seguridad alimentaria, necesitamos más técnicos y profesionales, educación pertinente, asistencia financiera, proyectos viables y sostenibles, que las reformes estimulen la productividad y no representen más cargas para las empresas.

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Colombia cuenta con importantes reservas de cobre y níquel, esenciales para la producción de energías limpias y hay interés de inversionistas de Estados Unidos. De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, a 2030 Colombia sería el tercer mayor productor de cobre en América Latina, con una producción anual cercana a los dos millones de toneladas. Si esto se logra, la producción colombiana estaría tan solo detrás de Chile y Perú. Colombia ocupa el cuarto lugar en la producción de Níquel en América Latina, con una exportación promedio de 38.000 toneladas por año.

Por otro lado, en un estudio de AmCham Colombia encontró que las exportaciones del sector agroindustrial pueden alcanzar un crecimiento de más del 250% al pasar de US$ 400,2 millones en 2021 a más de US$1.399,9 millones en 2027, gracias al fortalecimiento del macro sector y las condiciones favorables que ha ofrecido el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Las exportaciones de productos agrícolas necesitan una política de expansión, tecnificación, formación, innovación, apadrinamiento y seguridad social en el campo.

BL: ¿Cuáles son los sectores que más han ganado de parte y parte y cuáles se han visto máz rezagados por el TLC?, ¿qué se puede hacer mejor?

MCL: Todos los sectores son ganadores en la medida que cuentan con acceso preferencial y que hay potencial real para llegar a este mercado. Desde AmCham Colombia hemos destacado 108 partidas arancelarias que cuenta con ventaja comparativa reveladas y las cuales desde hace 3 años vienen creciendo a más de 50% y algunos a 200%, en estos se incluyen café, oro, piedras preciosas o semipreciosas, también sostenes y fajas, productos diversos de origen animal, conjuntos de abrigo para deporte, aceite de palma, productos de belleza para el cuidado de la piel, entre otros. Adicionalmente, hemos resaltado las oportunidades del sector agrícola el cual sabemos que puede crecer en 250% en los próximos 4 años si se trabaja en fortalecer los productos con ventajas. Sin contar con café, flores y banano que tienen una dinámica propia, el sector agro – Industrial ha comenzado a abrirse paso con venta de filetes de tilapia, caña de azúcar pura y sólida, frutos y partes comestibles conservadas, limón Tahití y aguacate hass. En el sector de manufacturas Colombia exporta productos como transformadores de dieléctrico liquido de potencia superior a 1000 Kva; tubos de entubación, puertas y ventanas de aluminio, neumáticos para camiones y buses, ropa de control, entre otros.

Para seguir aprovechando el acuerdo, hay que tomar acciones en Colombia y en Estados Unidos. En Colombia, fortalecer la política de desarrollo productivo para mejorar la capacidad competitiva de las empresas, que esté acorde con las necesidades de los consumidores en Estados Unidos y con la capacidad de reaccionar frente a los cambios de tendencias y requerimientos del comprador. Parte de esa competitividad la representa tener un marco laboral que garantice los derechos de los trabajadores, con empleos dignos y justos y al mismo tiempo la viabilidad de las empresas para que puedan seguir su labor. Sin empresas, no hay empleo.

En Estados Unidos es importante mantener la promoción de los productos colombianos, el contacto permanente con los compradores, no perder lo que se ha avanzado en estos 11 años de ejercicio para acercar a los exportadores con los consumidores en Estados Unidos para que el comercio fluya.

BL: ¿Qué puntos reformularían del TLC si lo consideran oportuno y qué le propondrían al Gobierno colombiano en ese sentido las empresas estadounidenses?

MCL: Los retos comerciales y de aprovechamiento del acuerdo van más allá de revisiones en el texto y debemos enfocar la discusión en cómo podemos aprovechar más el TLC, agilizar los procesos de homologación, mayor cooperación para tecnificar y generar mayor competitividad, cooperación y acciones que permitan transferencia de conocimiento y tecnología para las empresas colombianas y allí hay muchas oportunidades que se pueden trabajar: alianzas público-privadas para abordar temas como la productividad y competitividad que impulsen el crecimiento de las empresas nacionales. Las empresas, tanto las de Estados Unidos como de Colombia, valoran contar con un TLC que abre las posibilidades de negocios a largo plazo, independientemente de los Gobiernos de turno.

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