Bloomberg Línea — La supuesta escasez de combustible Jet A1 para aviones en Colombia todavía deja un interrogante, más allá de que la distribución de este hidrocarburo se esté normalizando y de que las dos principales aerolíneas en el país hayan dado reversa a la decisión de cancelar sus vuelos: ¿Qué fue lo que realmente pasó y por qué el presidente Gustavo Petro señala a Terpel?
Todo comenzó el domingo, 25 de agosto, cuando la opinión pública conoció una carta en la que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) alertaba a la Ministra de Transporte, María Constanza García, por el desabastecimiento de combustible en algunos aeropuertos del país. La noticia tomó más relevancia cuando Latam Airlines ratificó la información a través de un comunicado.
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Tanto eco hizo la aparente escasez de combustible que, a primera hora del lunes, 26 de agosto, altos funcionarios del Gobierno nacional brindaron una conferencia de prensa para referirse al tema. La principal conclusión del diálogo con los medios de comunicación, en el que también participó el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, es que había suficiente combustible para garantizar las operaciones aéreas en Colombia.
Roa aseguró que días atrás hubo una falla eléctrica en la Refinería de Cartagena (Reficar), hecho que generó una contingencia, dado que allí se producía el mencionado combustible Jet A1. Sin embargo, explicó que el impase ya estaba resuelto y que, como medida para garantizar el abastecimiento de este hidrocarburo, Ecopetrol dispuso la importación de 100.000 barriles de este producto.
“Estamos asegurando que para agosto se va a cumplir en un 96% la disponibilidad de este combustible, de acuerdo con las obligaciones y compromisos que contractualmente tiene establecidos Ecopetrol con los distribuidores mayoristas”, afirmó.
En la conferencia de prensa la ministra de Transporte, así como le ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, dejaron entrever que si había escasez de combustible en los aeropuertos no era precisamente por falta de producción, sino por fallas en la cadena de distribución.
En este punto es donde toma importancia Terpel, al ser el mayor distribuidor de combustible Jet A1 en los aeropuertos de Colombia.
Teniendo en cuenta que sí había combustible, el Ministerio de Transporte ordenó investigar a las aerolíneas que cancelaran sus vuelos aduciendo una supuesta escasez. Lo hizo justo después de que Latam y Avianca anunciaran cambios en los itinerarios de algunos pasajeros.
Petro y le orden de investigar a Terpel
Pese a que Terpel, en un comunicado expedido el 21 de agosto, aseguró que en una reunión celebrada entre Ecopetrol, Cenit y la Aerocivil hubo un consenso de que la situación en torno a la producción y distribución de los combustibles no era de “normalidad”, debido a un apagón en Reficar 16 de agosto, el presidente Gustavo Petro dijo que tal contingencia nada tuvo que ver con la supuesta escasez del hidrocarburo.
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“En algunos aeropuertos servidos por Terpel, nada tiene que ver con el apagón de Reficar del 16 de agosto. Reficar esta operando normalmente. Se han entregado las cantidades de gasolina de manera apropiada y no hay razón para un desabastecimiento del mercado. Con las superintendencias investigaremos a fondo porque Terpel, recibiendo la gasolina suficiente, no ha entregado los pedidos de las aerolíneas de manera conforme”, afirmó el mandatario.
La indagación ordenada por el mandatario colombiano fue confirmada por la superintendente de Industria y Comercio, Cielo Rusinque, argumentando la necesidad de proteger los “derechos de los consumidores y garantizando una real libertad de mercado”.
Lo cierto, más allá de si hubo desabastecimiento del combustible fue que, una vez el Gobierno sentó su posición frente al tema, Avianca y Latam comunicaron que sus operación seguirían adelante común y corriente —solo horas después de anunciar cambio en los itinerarios de los usuarios—. Entretanto, Terpel emitió una carta confirmando la normalización del consumo de combustible.
Un interrogante, sin embargo, aún persiste: ¿hubo o no escasez?
