Bogotá — Como sucede en Colombia, en Estados Unidos existe el techo de deuda: el límite de la cantidad de endeudamiento que el gobierno puede pedir para financiarse, el cual es aprobado por el Congreso.
Recientemente se ha estado hablando mucho del tema porque Estados Unidos ya alcanzó ese límite en enero y tiene pocos días para solucionarlo. De no llegar a un acuerdo con el Congreso para que se ajuste ese techo que es de US$31,4 billones, Estados Unidos entraría en default o cese de pagos de su deuda, lo cual tendría consecuencias en los mercados financieros y por ende, en las economías de otros países, incluso en Colombia.
En caso de incumplimiento, Estados Unidos tampoco podría seguir pagando algunos sueldos de funcionarios públicos, ni pensiones para veteranos, entre otros rubros que componen el funcionamiento del Estado de esa economía. Según el Departamento del Tesoro, el país podría quedarse sin fondos para pagar sus deudas el 1 de junio, de no llegarse a un acuerdo con el Congreso.
“Ya el departamento del Tesoro ha suspendido varias inversiones que supone debe hacer en fondos de beneficios de salud y jubilación y que está esperando redimir ahora que se logre evitar el incumplimiento”, explicó Diego Gómez, analista de contexto externo y mercado cambiario de Corficolombiana.
Cabe mencionar que las encuestas muestran que, en general, los estadounidenses están a favor de combinar los recortes de gastos del Gobierno con el aumento del techo de la deuda, aunque esa aprobación disminuye cuando se detallan los programas que se enfrentan a los recortes.
¿Qué pasaría en Colombia si no hay acuerdo sobre el techo de deuda en EE.UU.?
Los riesgos de no llegar a un acuerdo llevarían a una caída de empleo y retroceso en la economía de Estados Unidos, lo que dejaría la economía mundial a puertas de una recesión. “Una caída de la economía norteamericana implicaría un menor crecimiento y flujos de inversión para la economía colombiana, con sus implicaciones en empleo y pobreza en un año con un menor crecimiento”, explicó Gabriel Angarita, economista experto en políticas públicas.
Según Angarita, en el corto plazo, se observaría una caída y volatilidad en el mercado financiero, que impactaría la tasa de cambio y el flujo de recursos hacía economías como la colombiana ante el miedo de los inversionistas por el riesgo que se observa en los bonos del tesoro de Estados Unidos, considerado como el activo “sin riesgo” a nivel mundial.
Por su parte Javier Mejía, economista y docente de Stanford, explicó que el gran riesgo es de que el gobierno americano termine en default, que es algo que nunca ha pasado. Sin embargo, “dado la rareza de ello, si sucediera sería bastante grave porque EE.UU. es el referente del orden financiero mundial. Aunque este tipo de disputas presupuestales en el congreso no son extrañas, tampoco se había estado en un contexto tan polarizado como el actual, quizá jamás”.
Sobre la aversión al riesgo que generaría que una de las economías más fuertes del mundo entre en impagos, Mejía resaltó que “lo extraño de esta circunstancias sería que el dólar, que suele ser el refugio tradicional ante escenarios de alto riesgo, seguramente no lo sea en este caso, ya que es justamente EE.UU. el que está en problemas”. Es decir, se apreciarían otras monedas fuertes del mundo, no el dólar.
De hecho “el VIX, que mide la volatilidad implícita del SP&500 y suele usarse como una medida del “miedo” en los mercados, ha aumentado un 25% en la última semana y está reflejando la incertidumbre que se mantiene sobre el tema”, explicó Diego Gómez, de Corficolombiana.
No es la primera vez...
Ana Vera, economista jefe de IN ON Capital, recordó que no es la primera vez que EE.UU. está en esta situación. El antecedente más reciente está en 2011, cuando Joe Biden era vicepresidente de Barack Obama.
“Las negociaciones se alcanzaron a horas de la fecha límite, cuando quedaban horas, con un alto costo para el mercado financiero estadounidense, que ya se preparaba para un posible impago y se dio rebaja de la calificación crediticia a Estados Unidos por parte de la agencia S&P desde AAA a AA+ con perspectiva negativa, algo inédito en más de siete décadas hasta entonces”, añadió la experta.
En ese momento los mercados de acciones cayeron más de un 17%, “pero la buena noticia es que la recuperación fue muy rápida cuando se llegó al acuerdo. Por esta razón y teniendo en cuenta que este es tema de interés general y por ello se llegaría a un acuerdo, creemos que para la mayoría de la población, el impacto debería ser apenas perceptible, al menos en los primeros meses”.
La experta también dijo que además, esta vez la Fed tiene más municiones para recortar tasas, a diferencia del 2011 con tasas entre 0%-0,25%. Por las razones expuestas, “no esperamos impactos en otros mercados, ni sobre la economía colombiana”.
En cualquier caso, “el nerviosismo del mercado financiero sobre un posible impago de las obligaciones de Estados Unidos refleja que el problema es más político que financiero, y, en la medida que se llegue a un acuerdo, se normalizaría el flujo de recursos hacía bonos del tesoro”, añadió Angarita.