Bloomberg Línea — Los niños y adolescentes que atraviesan la selva del Darién, una extensa frontera selvática entre Panamá y Colombia, se siguen enfrentando a “riesgos críticos” a pesar de los esfuerzos gubernamentales y de las medidas que se han adoptado para mitigar la situación, según un reporte de ONG global Plan Internacional divulgado este lunes.
“El tránsito por el Darién sigue exponiendo a niñas y niños, adolescentes y a familias enteras a peligros inimaginables: desde condiciones extremas hasta riesgos de violencia y explotación”, dijo la directora regional de Plan International para América Latina y el Caribe, Carmen Elena Alemán.
Los mayores riesgos a los que se enfrentan los niños y adolescentes migrantes en tránsito hacia EE.UU. son la violencia y el abuso, tanto físico como sexual, según se desprende de la evaluación realizada en los municipios colombianos de Turbo y Necoclí, en la región del Tapón Darién.
Asimismo, los menores migrantes se enfrentan a la carencia de productos esenciales como el agua potable, alimentos y elementos de higiene personal, entre ellos, la falta de recursos para gestionar la menstruación de las mujeres.
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“La mendicidad, el trabajo forzado y la explotación sexual son algunos de los riesgos que se agravan cuando permanecen en playa y calle hasta conseguir los recursos para continuar su tránsito. Esto por su situación de precariedad y vulnerabilidad, comprometiendo su bienestar e integridad”, dijo en un comunicado la vicepresidenta Programática de Plan International en Colombia, Pamela Escobar.
Según cifras de Unicef, solo en los cuatro primeros meses de 2024 más de 30.000 niños y niñas cruzaron el tapón del Darién, un 40% más en comparación al mismo período del 2023.
De acuerdo a un reporte de Refugees International, el número de migrantes que llegan a través del tapón del Darién aumentó un 51% en septiembre, luego de las elecciones en Venezuela que motivaron a más personas a dejar el país.
Un total de 25.111 migrantes cruzaron en septiembre el tapón del Darién, siendo más del 80% de ellos procedentes de Venezuela, seguido de Colombia, Ecuador y China.
Las niñas, las adolescentes y las mujeres adultas se enfrentan especialmente al tráfico y trata de personas, violencia basada en género, explotación sexual y laboral, reclutamiento forzado y uso y utilización por parte de grupos armados no estatales (GANE), según Plan Internacional.
Un 16% de las víctimas mundiales de trata de personas se concentran en la región de las Américas, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en inglés) divulgado este miércoles.
Plan Internacional señala también que en el marco de esta situación se agravan los problemas de salud mental de los migrantes, como el estrés y la ansiedad, en un entorno en el que tienen que convivir con la inseguridad constante, la separación familiar y el desconocimiento de las rutas migratorias.
Además, luego de la evaluación se ha evidenciado que los problemas de seguridad en la zona siguen siendo una constante, manifestándose en robos, estafas y extorsiones por parte de grupos al margen de ley, que podrían además provocar la interrupción de trayectorias escolares de niños y adolescentes de la región.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, ha manifestado que la crisis migratoria en el Darién también “es un problema de Estados Unidos” y ha pedido su colaboración para superar esta situación.
Este mes, Mulino pidió al presidente electo de EE.UU., Donald Trump, mantener el programa para deportar a los migrantes que crucen irregularmente el Darién.
“Estamos implementando todavía el programa de las repatriaciones en función del memorándum de entendimiento que suscribimos el 1 de julio con el Gobierno del presidente (Joe) Biden y que, salvo mejor detalle, yo creo que se debe mantener con la Administración Trump”, dijo.
Entre las medidas que ha aplicado Panamá para contener la migración irregular está un decreto que permite a las autoridades de ese país multar con hasta US$5.000 a quienes lleguen irregularmente a su territorio.
El Decreto Ejecutivo 194, firmado el pasado 25 de octubre, establece que el valor de la multa dependerá de la condición de vulnerabilidad de quienes atraviesen la frontera de manera irregular e incrementará gradualmente si los migrantes reinciden.
La primera vez, los viajeros irregulares serán sancionados con una multa de US$300; la segunda, con US$600; la tercera, con US$900 y, de ahí en adelante, con US$1.000 por cada una de las siguientes ocasiones.
“Las necesidades humanitarias inmediatas de las niñas, niños y adolescentes persisten en el tapón del Darién. Es crucial mantener nuestras respuestas humanitarias integrales para la niñez y la adolescencia”, remató Pamela Escobar.
La ONG cree que para abordar las necesidades urgentes se necesita un enfoque integral que incluya salud mental y apoyo psicosocial (MHPSS), información sobre derechos migratorios, programas de educación en emergencia como mecanismos de protección adaptados a las necesidades de la niñez y adolescencia en movimiento, kits de protección e higiene, así como estrategias para identificar y mitigar riesgos durante el tránsito.
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