Bloomberg Línea — Como una idea para las ciudades con transporte público masivo, el presidente Gustavo Petro entregó una propuesta más a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), para subsidiar este servicio y que sea “aparentemente, y realmente para muchos, un transporte gratuito”.
Para el mandatario, el vehículo sería una “pequeña cuota” en la factura de la energía pagada por todos los hogares de cada ciudad en donde existe este sistema masivo, siendo Transmilenio el caso de Bogotá.
“Su pago real estaría distribuido en toda la sociedad de las ciudades respectivas con el peso que se le da a los estratos en las facturas. Se podría establecer fácilmente un subsidio al transporte para estratos débiles económicamente, se acabaría la evasión en el sistema”, escribió el mandatario.
Y a esto añadió: “No habría déficits monumentales en las finanzas del transporte público”.
La realidad de la “pequeña cuota”
Personalidades políticas y económicas han comentado la propuesta. Algunas a favor y otras en contra. Por ejemplo, la actual alcaldesa de la ciudad, Claudia López, señaló que es una “buena idea”, pero enfatiza en que no es viable pagar todo el transporte público con una sola fuente.
“Si fuera la energía, la ‘pequeña cuota’ sería en promedio de COP$200.000 mensuales adicionales para cada hogar. Imposible. Hay que combinar varias fuentes: del gobierno nacional, los gobiernos locales, y los hogares”, precisó López, ofreciendo a Bogotá como ciudad piloto y a precisar los números de este modelo de subsidio.
Entre tanto, el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, y quien se ha caracterizado por ser opositor de Petro, señaló que también es una “buena idea de Petro” por razones de equidad y ambientales, pero fue claro al decir que “de hecho está subsidiado en casi todas partes”.
Por su parte, el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry calificó la propuesta como mala. Explicó que “cuando a la gente se le da un precio ficticio por lo que usa, se le dice una mentira”, a través de su redes sociales.
Las cifras de funcionamiento de TransMilenio en Bogotá
Ante la discusión, actores políticos de Bogotá han recordado que en la ciudad el transporte público ya es subsidiado, en parte por los combustibles y también por los recursos que año a año la Alcaldía Distrital y el Gobierno nacional destinan para cubrir el déficit de funcionamiento.
María Fernanda Rojas, concejal de Bogotá, dijo que “el déficit del transporte público en Bogotá el año pasado (2022) fue de COP$2 billones. Se paga con recursos de la ciudad, o sea de los bogotanos. Desde hace tiempo pagamos, y muy caro, costos de transporte público”. La operación cuesta alrededor de COP$5 billones anuales.
Estas cifras son apoyadas por la iniciativa Bogotá Cómo Vamos, que publicó en junio pasado un análisis sobre el funcionamiento del Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá (SITP).
“Es importante destacar que la tarifa que pagamos los habitantes de Bogotá cubre únicamente el 45% de los costos del sistema, mientras que el 55% restante se financia a través del Fondo de Estabilización Tarifaria (FET), con aportes tanto del gobierno distrital como nacional”, escribió Bogotá Cómo Vamos.
De acuerdo con la empresa TransMilenio, para febrero de este año, se registró un total de 93 millones de usuarios en el SITP, equivalente a unos 3,3 millones de usuarios por día.
“En el presente año, el gobierno distrital ha realizado esfuerzos significativos al destinar COP$2,4 billones de pesos en el presupuesto para cubrir los costos del sistema. A pesar de estos esfuerzos, aún se requerirían COP$580.000 millones de pesos adicionales para garantizar el servicio en las mismas condiciones hasta diciembre de este año”, dijo la iniciativa en junio.
Y se enfatizó: “Estas cifras evidencian la necesidad de buscar alternativas de financiamiento para asegurar la sostenibilidad y calidad del servicio de transporte público en la ciudad”.
¿Qué países tienen transporte público masivo gratuito?
De acuerdo con los registros, Luxemburgo fue el primer países en convertir su transporte público en uno gratuito, también llamado libre de tarifas o de tarifa cero. Esto ocurrió en febrero de 2020, incluyendo autobuses, tranvías y trenes. Poco después, en octubre de ese año, lo hizo Malta.
Entre tanto, Alemania está en discusiones para poner en marcha un modelo similar, pero sin tener una luz verde todavía.
Por lo demás, el modelo se aplica en ciudades, como Tallin, la capital de Estonia, así como en Hasselt (Bélgica), y se ha aplicado en pequeñas comunidades o centros urbanos de Estados Unidos, Francia, Rusia y Australia.