Remezón ministerial: Petro cierra filas para consolidar su apuesta electoral en 2026

El jefe de Estado mantendrá alianzas en algunos cargos para sostener su gobernabilidad y en otros radicalizará su postura, según los expertos consultados

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Bogotá — Los nuevos movimientos en el ajedrez político del presidente Gustavo Petro, a 20 meses de retirarse del poder, tienen un objetivo claro: consolidar la apuesta electoral del jefe de Estado en 2026.

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Así lo aseguró Carlos Arias, doctor en Psicología Política de la Universidad Católica de Colombia y gerente de la firma Estrategia & Poder, quien señaló que lo que busca el mandatario colombiano con los cambios es cerrar sus filas en búsqueda de consolidar su espectro ideológico con miras a las elecciones del próximo año.

Lo que supone que su círculo cercano sea el que ya ha estado con él en su trayectoria histórica en la izquierda. Por lo que, por un lado, el Presidente va a ceder algunos cargos para mantener el mínimo de alianzas y gobernabilidad; y por el otro, se va a radicalizar en sus posturas para alimentar con su retórica a su nicho electoral.

Ahora bien, Arias enfatizó que Petro tiene todavía mucho juego en la mesa, no necesariamente porque vaya a tener un candidato propio, sino porque tiene la capacidad de negociar y deslizar sus votos y negociar su electorado por encima o por debajo de la mesa con un candidato de centro izquierda, que puede incluso salir de las mismas tolas progresistas o puede provenir de la llamada centro izquierda.

“Adicional a eso, la llegada de Trump a Estados Unidos, si bien puede llegar a ser perjudicial en muchos aspectos económicos, de respaldo institucional a Colombia en temas ambientales y de paz, sí le conviene mucho a Petro porque ayuda a alimentar su retórica de visión antinómica, de buenos y malos, de pobres y ricos”, añadió el especialista.

Por otro lado, Lucas Pombo, analista político, explicó que el presidente Petro lo que quiere es desatarle las manos a sus funcionarios para que puedan hacer política y empezar así el camino hacia las elecciones presidenciales y legislativas del próximo año.

Consideró que estos cambios van a producir cuatro efectos relevantes: El primero, el desinfle del sector centrista del Gobierno. “Salen antiguos aliados del expresidente Juan Manuel Santos como Mauricio Lizcano, Luis Gilberto Murillo y, muy seguramente, en los próximos meses el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. ¿Quién entrará a llenar ese vacío de poder? El sector más duro del petrismo, lo que implicaría pues una radicalización del Ejecutivo en el último año”.

El segundo efecto, expuso Pombo, tiene que ver con la salida de Laura Sarabia, quien se había convertido en un vínculo el Presidente y la institucionalidad política y económica. “Me temo que su salida del Dapre, para llegar a la Cancillería, va a disolver esa relación, aislando aún más al presidente Gustavo Petro”.

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El tercer efecto, mencionó, tiene que ver con el sector transporte, “que sin duda está en crisis. No se ven las obras. Hay mucha incertidumbre, inseguridad jurídica que tiene a los inversionistas con los pelos de punta. A esto se suma la renuncia de la ministra, que tiene un carácter técnico pero que apenas duró unos meses como cabeza del sector”.

Y el último efecto relacionado con los ministros que renunciaron para ser candidatos, que tienen dos retos: “el primero, consolidar una coalición entre la centroizquierda y la izquierda; y el segundo, convencer a los votantes del petrismo más radical que ellos son una opción real y confiable de poder”, concluyó Pombo.

Para Fernando Posada, consultor político, los nuevos ministros que lleguen van a enfrentar unos desafíos complejos. Hizo referencia a la declaración de la emergencia económica, que va a tener una seria implicación política y que los nuevos funcionarios van a tener que llevar, y a un posible cambio de relación de Colombia con Estados Unidos en el gobierno de Donald Trump.

“Otra de las mayores dificultades es la situación de Venezuela, el manejo diplomático de la relación con el país vecino ante la crisis política tan alarmante que está ocurriendo allá. Petro ya dio una línea de cómo manejar esa situación”, puntualizó.

Y añadió el desafío del orden público que enfrenta el país en este momento, una muy difícil situación de lo que se llamó la paz total que, afirmó, ha tenidos muy pocos resultados en términos de paz y sí en permitir el empoderamiento de los grupos ilegales.