Remesas son indispensables para Colombia, pero no serán suficientes ante una crisis

Si bien las remesas han sido clave para financiar el déficit externo de Colombia, no serán una fuente lo suficientemente robusta para contrarrestar los efectos de futuros choques macroeconómicos. Así está el panorama:

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Bogotá — Si bien las remesas han sido pieza clave para financiar el déficit externo de Colombia, teniendo en cuenta que equivalen a cerca del 23% de las exportaciones colombianas, no serán suficientes ante una crisis.

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Lo anterior se debe, según ANIF, a que se prevé un fuerte impulso de la demanda interna del país, lo que traerá presiones sobre las importaciones y por consiguiente sobre el déficit de cuenta corriente. “Además, factores de riesgo asociados a las reglas de juego internas y la estabilidad fiscal, podrían comprometer los niveles de inversión extranjera directa, lo que también aumentaría nuestra necesidad de financiamiento”, indica el Centro de Estudios Económicos.

Miremos cómo están las cifras: en el primer trimestre de 2024, las remesas registraron un crecimiento de 9,9%, lo que representa una expansión hasta mayo de 12,7%, y lo que indica que se acerca a la tendencia positiva que traía antes de la pandemia.

Estados Unidos es el país de donde más provienen remesas: entre enero y marzo de este año se recibieron US$1.408 millones (52% de las remesas totales). El segundo lugar lo ocupa España, desde donde se enviaron el 15% de las remesas totales.

El resto de la torta se lo reparten los demás países, pero resaltan, con 4% de participación cada uno, Chile y Reino Unido.

Lo que está relacionado, destaca ANIF, con el flujo migratorio de Colombia hacia estos países del mundo: para finales del 2023 había 4,7 millones de colombianos viviendo en el extranjero, donde tres de cada 10 vive en Estados Unidos y uno de cada de 10 en España.

Asimismo, tanto Estados Unidos como España presentan crecimientos positivos en sus economías, lo que favorece la entrada de remesas al país. Sin embargo, enfatiza el Centro, en el caso de Estados Unidos, el crecimiento se ha vuelto más lento en el 2024 (1,4%) en comparación con el 2023 (3,2%), lo que puede significar que las remesas originadas en este país puedan reducirse con el tiempo.

El caso español es más “esperanzador” porque han mantenido su senda de crecimiento en un 2,5% durante el primer trimestre, equiparando la variación del mismo trimestre del año anterior.

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“Las remesas se han convertido en una de las fuentes de financiación extranjera más importante para el país. Lo anterior dado que representan el 82% de las transferencias corrientes, pertenecientes de la cuenta corriente. Para dimensionar su importancia, la cifra equivale a cerca del 23% de las exportaciones colombianas, lo que pone en perspectiva el papel de las remesas en la balanza de pagos”, indica ANIF.

Las remesas son, entonces, indispensables para contrarrestar la disminución de los demás ingresos internacionales al país, tales como la inversión extranjera directa, que para el primer trimestre del año registra una contracción del 11,9%.

Déficit en cuenta corriente

En el primer trimestre de 2024, el déficit por cuenta corriente representó el 2,0% del PIB, disminuyendo 1,7 pps con respecto al primer trimestre de 2023. Lo que se explicó por un déficit comercial que se redujo del 2,8% del PIB en el primer trimestre de 2023 al 2,0% en el mismo periodo de 2024.

Según datos de BBVA Research, desde el comercio de bienes y servicios, las importaciones, que cayeron en mayor medida que las exportaciones, permitieron el cierre del déficit comercial. “En detalle, el balance del comercio de bienes evidenció unas exportaciones que disminuyeron un 12% anual, explicadas por menores precios internacionales en materias primas como el carbón, y algunas reducciones en volumen exportado de petróleo”.

Las importaciones de bienes, por su parte, disminuyeron un 10% anual, en línea con la baja actividad registrada durante el primer trimestre del 2024. Los rubros de importaciones de bienes de consumo, bienes intermedios y de capital decrecieron un 4,8%, 13,8% y 13,0% anual, respectivamente.

El déficit en el ingreso primario representó el 3,4% del PIB, y se redujo en 1,4 pps respecto al primer trimestre de 2023. El ingreso secundario creció un 7,6% y representó el 3,4% del PIB.

“En adelante, esperamos que la recuperación de la actividad económica dé un impulso a las importaciones, presionando al alza el déficit en cuenta corriente, especialmente durante la segunda mitad del año”, sostuvo Andrés Felipe Medina, economista senior de BBVA Research.