Bloomberg — Colombia permitirá que una unidad de gas natural de la petrolera estatal venezolana opere en su territorio, lo que allanará el camino para las importaciones de combustible desde su vecino.
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PDVSA Gas SA Sucursal Colombia, una subsidiaria de Petróleos de Venezuela SA, fue adquirida por el Gobierno colombiano en febrero de 2019.
La compañía volverá al control venezolano después de llegar a un acuerdo con acreedores para pagar COP$30.700 millones (US$7,8 millones) de deuda dentro de los próximos dos años, según el regulador colombiano que supervisa a las empresas.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, pretende hacer frente a un próximo déficit de gas natural en parte con importaciones de Venezuela, empezando a finales de este año.
Un gasoducto de 224 kilómetros que une los dos países, propiedad de PDVSA Gas, está inactivo y en mal estado, y necesita primero un mantenimiento exhaustivo.
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Estados Unidos decidirá esta semana si extiende el levantamiento parcial de las sanciones a la industria de petróleo y gas de Venezuela, que han estado vigentes desde 2019.
Eso tendría que suceder para que Colombia pueda comprar el combustible a su vecino sin chocar con Washington.
Mientras tanto, para Venezuela, las exportaciones de gas a Colombia serían una buena fuente de ingresos, a medida que el país se recupera de una crisis económica de siete años.
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