Bogotá — La salud mental cobró una especial relevancia tras la pandemia de coronavirus en Latinoamérica y en este sentido las organizaciones se vieron retadas a fomentar un lugar de trabajo “psicológicamente seguro”, a pesar de los múltiples retos que aún persisten.
El informe Health on Demand 2023, de la consultora global de riesgos Marsh, mostró que cuatro de cada diez latinoamericanos están estresados diariamente.
“Los desastres macroeconómicos, ambientales y políticos en curso han caracterizado la década de 2020. Ya sea que los empleados estén preocupados por su seguridad personal o por su capacidad para pagar los servicios básicos, como la atención médica para sus familias, es inevitable que estas preocupaciones afecten su bienestar y su desempeño laboral”, destacó Marsh.
La encuesta mundial se realizó a 17.531 colaboradores en 16 mercados en octubre y noviembre del 2022.
De hecho, el 57% de los responsables del cuidado de hijos, padres o miembros de la familia consultados vincularon la presión laboral como uno de los factores potenciales para desencadenar el burnout.
“Esto representa una oportunidad para las empresas de continuar considerando el desarrollo de estrategias de beneficios, salud y bienestar, pertinente, efectiva e innovadora para todos los grupos poblacionales”, dice el texto.
Con este panorama, se tiene que los principales detonantes del estrés son las presiones laborales (54%), el liderazgo deficiente (39%) y la cultura tóxica (37%).
Para realizar este estudio se realizaron encuestas a cerca de 4.000 empleados en Latinoamérica y El Caribe.
Entre los principales resultados destaca el hecho de que un 55% de los consultados reconoció que durante el año anterior trabajaron sin sentirse bien mentalmente.
Entre tanto, un 61% aceptó haber trabajado sin sentirse físicamente bien en el mismo período.
Otros datos relevantes tienen que ver con el porcentaje de empleados que indican no tener confianza de poder pagar por la atención médica que necesitan (22%).
Marsh detalló que este porcentaje sube a 23% en las mujeres y a 36% en los empleados que tienen un trabajo a tiempo parcial.
Entre los mercados analizados, los países con la mayor proporción de empleados estresados en el día a día está en Panamá (53%), Brasil (50%), México (47%) y Colombia (43%).
El promedio de empleados latinoamericanos estresados (48%) está por encima del global (47%).
“La salud mental como la salud física está relacionada con toda una serie de factores que nosotros conocemos como determinantes sociales, que son todas aquellas condiciones en las que las personas nacen, viven, envejecen, trabajan, se desenvuelven cotidianamente, tienen acceso a un sistema de educación y salud. Todas esas circunstancias impactan en la salud. Esto explica muchas de las inequidades sanitarias existentes y estas pueden aumentar o disminuir el riesgo de enfermar”, explicó a Bloomberg Línea el líder en Salud en Mercer-Marsh Beneficios, Ariel Almazán.
En el caso de Latinoamérica, ahondó que “varios de estos determinantes están más agudizados por la pobreza y la inequidad socioeconómica. Están directamente relacionados a que la gente presente un mayor riesgo de una condición mental (...) No es que exista una condición meramente biológica en el individuo, sino que hoy existen muchísimos otros determinantes que pueden y están relacionados precisamente con la presencia de estas condiciones”.
Precisamente, en cuanto a los beneficios que buscan los empleados para tener un mayor bienestar destacan las capacitaciones para abordar desafíos de salud mental de ellos y en otros (48%); los seguros/programas para reducir el costo del tratamiento de salud mental (44%); herramientas para desarrollar el mindfulness y la resiliencia (43%), y la asesoría virtual (video, chat/texto) con terapeuta para problemas de ansiedad, depresión o de relaciones (42%).
Los autores del reporte instan a las organizaciones a que las estrategias de cuidado de la salud y el bienestar de los colaboradores se direccionen de forma transversal para todo el grupo poblacional.
Les pide tener bajo consideración a los “diferentes grupos generacionales, situación personal, condiciones de salud, género, etc., lo cual conduce también a la equidad en salud”, agrega.
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