Bogotá — La más reciente publicación del PIB para el tercer trimestre reveló que los sectores de construcción, industria y comercio han exhibido un fuerte deterioro en el ritmo de crecimiento de la actividad económica, y uno de los argumentos que explican esta dinámica es el actual panorama de tasas de interés.
Con el propósito de contener una inflación todavía elevada, la Junta del Banco de la República ha incrementado su tasa en 11,50 puntos porcentuales desde septiembre de 2021.
En paralelo, las tasas de los créditos a constructores han aumentado 13,13 p.p., las de créditos comerciales han avanzado 11,94 p.p. y las de consumo 11,39 p.p, según estimaciones de Corficolombiana.
Este aumento en los costos de endeudamiento para las empresas y los consumidores ha desencadenado una disminución en la inversión y el consumo de los hogares.
Davivienda por su parte, sostiene que es importante mencionar que dos de las tres ramas con las contribuciones más negativas son las que conforman las actividades secundarias. Las industrias manufactureras y la construcción restaron 0.8 p.p. y 0.4 p.p. al crecimiento respectivamente.
Ahora bien, el impacto del incremento en las tasas de interés sobre la actividad productiva es altamente heterogéneo, ya que afecta a diferentes sectores y agentes de manera dispar.
Por un lado, el incremento de tasas tiene un efecto negativo en sectores altamente dependientes de la inversión, como la construcción de obras civiles y edificaciones y la industria, ya que los costos de financiamiento aumentan.
En paralelo, un incremento de tasas desencadena una desaceleración del consumo apalancado de los hogares, lo que se puede traducir en un menor ritmo de actividad de sectores como el comercio y el turismo. Una mirada a la cartera comercial por sector arroja una conclusión palpable: los sectores con un mayor nivel de endeudamiento, y por ende una mayor sensibilidad a la actual coyuntura, son construcción, suministro de energía y gas, comercio e industria.
Como porcentaje del PIB, la cartera de obras civiles es de 99,4%, mientras que edificaciones y suministro de energía asciende al 62,3% y 59,7% respectivamente. Por su parte, el comercio y la industria tienen un nivel cercano al 28%. Basados en esta exposición, calculamos cuál es el efecto de aumentos en la tasa de interés para estos cinco sectores, cuyo endeudamiento es mayor al 20% del PIB.
Además, Davivienda sostiene que, desde el enfoque del gasto, el crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2023 se explica por una variación anual de 4.2% en las exportaciones, de 1.9% en el consumo del gobierno, y de 0.4% en el consumo de los hogares, mientras que las importaciones y la formación bruta de capital fijo se contrajeron 21.5% y 11.0% respectivamente. Vale la pena señalar que lo que viene ocurriendo con el rubro de formación bruta de capital -total- es preocupante en varios sentidos.
En primer lugar, porque constituye la peor lectura en la historia reciente de las cuentas nacionales trimestrales (desde 2005), superando incluso el peor registro alcanzado en tiempos de pandemia -segundo trimestre de 2020-.
Por otro lado, aunque la interpretación sobre la variación negativa en las existencias -aún más negativa que la inversiónpuede tener diferentes interpretaciones y algunas no necesariamente malas, cuando esta se contrasta con la caída en la demanda y la producción que nos ofrecen otras estadísticas oficiales, la interpretación que cobra más fuerza es que la desacumulación de existencias que se viene observando está relacionada con una lectura desfavorable de los empresarios sobre la economía, que sobreacumularon inventarios en periodos pasados no previendo una caída tan fuerte en la demanda - como la que se está observando-, por lo que ahora responden mermando esos inventarios tanto de materias primas como de productos terminados y en proceso, toda vez que anticipan que la demanda continuará deprimida.
Para cerrar este punto, merece la pena recordar que la inversión constituye el gasto destinado a mantener y expandir la capacidad productiva.Caídas tan abruptas en esta no solo limitan la capacidad de crecimiento de la economía en un futuro, sino que también denotan la falta de reposición en la capacidad productiva actual.