Bogotá — El dólar en Colombia ha tenido un año en el que ha perdido fuerza con respecto al peso y pasó de negociarse por encima de los $5.000 a estar por debajo de los $4.000.
Sin embargo, una de las grandes características que ha presentado el dólar a lo largo del año es su altísima volatilidad, semanas en las que se fortalecía $400 y a la siguiente podía debilitarse en igual o mayor proporción.
Es por ello que para muchos resulta clave entender qué está pasando con la divisa y cómo podría comportarse en lo que resta del 2023.
¿Qué ha pasado este año?
De acuerdo con Credicorp Capital el ajuste de la cuenta corriente iniciado en el primer trimestre de 2023 continuó en el segundo trimestre, alcanzando un déficit del 3% del PIB trimestral, equivalente a una reducción de 2.5 puntos porcentales respecto a hace un año.
Con este resultado, el déficit de cuenta corriente se ubicó en 3.6% del PIB en el primer semestre, por debajo del 5,9% observado en el mismo periodo del 2022.
Este ajuste ha estado liderado principalmente por la reducción de las importaciones en medio de la desaceleración de la demanda interna y menores de fletes externos, en línea con las expectativas.
Por su parte, la balanza de renta factorial registró un déficit de US$7.500 millones a junio, US$700 millones menos que en el mismo periodo del año pasado, lo que es consistente con menores ganancias de las empresas extranjeras con IED en el país.
Por el lado de la cuenta financiera, la IED cayó US$478 millones, alcanzando una cifra aún elevada de US$9.600 millones (5,8% del PIB semestral).
El peso colombiano se mantiene como la moneda con mejor desempeño a nivel mundial en lo que va de año. Credicorp Capital asegura que los acontecimientos políticos en lo que va del año y el avance de las propuestas de reforma más sensibles del gobierno parecen haber mejorado el sentimiento del mercado, permitiendo así que los activos financieros locales se comporten más en línea con las tendencias globales y con su tradicional alto beta.
¿Por qué se fortalece el peso?
Explica la firma de bolsa que en primer lugar, se destaca que un rebalanceo del portafolio administrado por las AFP a favor de activos locales podría haber contribuido a este comportamiento durante el primer semestre.
En segundo lugar, y quizás más importante, el mercado monetario local está experimentado presiones , de forma que se puede afirmar que en términos relativos hay “escasez de pesos colombianos”.
En línea con lo anterior, datos de la Superfinanciera revelan que en lo que va del año, el peso relativo de la deuda pública local en los portafolios administrados por las AFP ha aumentado en alrededor 6.3 puntos porcentuales a 34%, mientras que el peso de las inversiones en acciones internacionales disminuyo cerca de 4.3 puntos porcentuales hasta el 24.7%.
Al mismo tiempo, el saldo neto de las operaciones a plazo disminuyó drásticamente en aproximadamente US$2.200 millones, lo que potencialmente aumentó la oferta de dólares en una cantidad similar en el mercado.
Por otro lado, en los últimos meses el mercado de derivados ha presentado una condición que no puede considerarse normal ya que la devaluación implícita observada supera con creces la devaluación teórica. Esto conduce a un aumento significativo en el costo de adoptar operaciones de cobertura cambiaria, al tiempo que aumenta el interés de los agentes en vender dólares en los mercados de futuros y spot. De hecho, las tasas de colocación de instrumentos de deuda corporativa de corto plazo (v.g. CDTs) reflejan presiones de financiamiento para las instituciones bancarias en medio de los requisitos del Coeficiente Estable de Fondeo Neto (CEFEN).
¿Qué esperar para fin de año?
A pesar de la fortaleza reciente del peso colombiano, existen varios riesgos que se deben monitorear para poder entender cuál puede ser su desempeño futuro.
Credicorp sostiene que un escenario de mayor reducción en la prima de riesgo, y si el valor relativo del dólar global disminuye, el US$/COP podría alcanzar niveles cercanos a $3.850.
Dicho esto, después de una apreciación cambiaria acumulada de casi un 20% desde su máximo, la firma recomienda mantener un enfoque cauteloso, ya que cree que los riesgos externos siguen siendo elevados, mientras que la incertidumbre interna seguirá elevada en los próximos meses.
En general, prefiere permanecer en el lado conservador hasta tener más claridad. Ante ello, espera que el tipo de cambio se ubique alrededor de $4.300 a fin de año.
Esta visión también implica que cualquier caída en el tipo de cambio cerca o por debajo de $4.000 puede ser una buena oportunidad para comprar dólares con un horizonte de mediano plazo.