Bogotá — La ponencia de reforma pensional llegó al Congreso en la misma semana en la que al Gobierno le explotó una crisis que involucra a la mano derecha del presidente Gustavo Petro, su jefa de despacho, Laura Saravia, uno de sus embajadores, Armando Benedetti, y con sus fuerzas en el Gobierno debilitadas por el trámite de otra de las reformas bandera.
La reforma a la salud fue la primera en llegar al Congreso, con polémica pasó el primer debate en la Comisión Primer de Cámara, pero desde entonces ha venido perdiendo apoyos y la Alianza Verde, uno de los aliados del Pacto Histórico, partido del Gobierno, se “bajó del bus” de la reforma, y pidió su archivo.
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Además, el Consejo de Estado aceptó la demanda de pérdida de investidura de 3 de los integrantes del Pacto Histórico, lo cual podría desembocar en un suceso similar al de Roy Barreras, cuya elección fue declarada nula.
El turno ahora es para las reformas laboral y pensional. Una tan polémica como la otra. La primera, con incidencia directa en lo que pueda ocurrir en el corto plazo con la tasa de desempleo, y la segunda, con repercusiones, que advierten los expertos, serán graves en el mediano y largo plazo, pero que también tendrá consecuencias en el futuro inmediato.
¿Qué dice la reforma pensional?
El proyecto llegó al Congreso incluyendo un sistema basado en pilares y la creación de un fondo de ahorro para el pilar contributivo financiado tanto por cotizaciones como por la futura transferencia de recursos de las AFP a Colpensiones.
Así mismo, el umbral a partir del cual se deben dirigir los aportes a Colpensiones se mantuvo sin cambios en tres salarios mínimos.
En cuanto al fondo de ahorro, se realizaron algunas modificaciones en términos del monto de las cotizaciones destinadas a financiarlo.
De acuerdo con Credicorp Capital hay estimaciones preliminares que sugieren que la nueva propuesta aumentaría el tamaño del fondo en comparación con el borrador inicial. Por lo tanto, esto reforzaría el escenario base de que el fondo de ahorro compensaría la menor inversión esperada en el mercado de TES por parte de las AFP en los próximos años, ya que su tamaño anual sería incluso mayor que el monto anual de TES comprado por las AFP en los últimos años.
Credicorp asegura que de acuerdo con sus estimaciones, en promedio las AFP han absorbido alrededor del 30% de las emisiones anuales de TES en los últimos diez años, equivalente a cerca del 0.7% del PIB.
“Por lo tanto, seguimos considerando que se evitaría un impacto material en el mercado de TES en el corto y mediano plazo (de hecho, creemos que el comportamiento reciente del mercado de TES ha respaldado en parte esta visión)”, dijo Daniel Velandia, director de Investigaciones Económicas de la firma comisionista.
Además, agrega que “si bien seguimos pensando que el impacto de la reforma en otras clases de activos será significativo, un eventual aumento en el tamaño del fondo lo reduciría en un contexto donde las AFP dejarían de recibir ~70-80% de las cotizaciones actuales en caso de que no se modifique el umbral del salario mínimo. Asimismo, cuanto mayor sea el tamaño del fondo de ahorro, menor será la preocupación por el efecto negativo sobre la tasa de ahorro de la economía”.
Según el Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, el impacto fiscal de la reforma ascendería al 0.25% del PIB explicado por el pilar solidario. Asimismo, Bonilla afirmó que el Gobierno continuaría pagando las obligaciones previsionales anuales vigentes de Colpensiones con cargo al presupuesto nacional (unos $14 billones), lo que sugiere que los recursos resultantes de la reforma no se utilizarían para pagar los pasivos pensionales vigentes, a su vez evitando un aumento en los gastos corrientes de la Nación, lo que ha sido un factor de gran preocupación para los analistas y el mercado.
No obstante, advierte Credicorp que dicho todo esto, el costo fiscal de más largo plazo podría resultar significativo ya que el sistema de pensiones pasaría a ser mayoritariamente público -ofreciendo así tasas de reemplazo mucho más altas que el sistema privado-, y por lo tanto se observaría una carga fiscal creciente en el tiempo en función de los cambios en la pirámide poblacional.
Las críticas de los gremios
El Consejo Gremial emitió un documento en el que explica las consecuencias que traería para el país la aprobación de la reforma pensional tal como la presentó el Gobierno.
Uno de los temas que más llama la atención es cómo el envejecimiento de la población podría tener impactos en la sostenibilidad del sistema pensional.
De acuerdo con las proyecciones de población post Covid-19 del Departamento Nacional de Estadística (DANE), se estima que la población mayor en Colombia, que hoy representa el 14% de la población total, en 2050 constituirá el 24%, lo que aproximadamente equivale a 15 millones de personas.
Esta tendencia de envejecimiento poblacional se mantendrá en el tiempo de forma invariable, ya que responde a diferentes factores sociales y económicos que se gestan desde hace décadas, tales como, la reducción en el número de hijos por familia y el aumento en la expectativa de vida.
El Consejo Gremial dice que en este contexto, la sostenibilidad fiscal de un sistema pensional de reparto, que es aquel en el que los aportes al sistema de la población trabajadora se utilizan para hacer el pago de las mesadas de los pensionados, se hace cada vez más riesgosa, debido a que el costo de las pensiones aumenta a medida que crece el número de adultos mayores, mientras que el número de cotizantes o aportantes disminuye conforme a la reducción de la población joven en edad de trabajar. Como se evidencia en la gráfica, desde 1950 se vienen reduciendo el número de personas que pagarán por las pensiones de los adultos mayores, esto es, la relación entre el número de trabajadores por cada adulto mayor (PEA).