Prohibición de exportar carbón a Israel “erosiona” confianza de EE.UU. en Colombia: CEA

Ricardo Triana, director ejecutivo del Consejo de Empresas Americanas (CEA) en el país, contó a Bloomberg Línea por qué la medida presuntamente incumple el TLC y debilita la credibilidad ante inversores internacionales

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Bloomberg Línea — La prohibición de las exportaciones de carbón a Israel, que entró en vigencia el pasado 22 de agosto, no solo impactará al sector minero, teniendo en cuenta que representan el 5% de las ventas de este mineral en el exterior, sino que podría implicar un incumplimiento al Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos y afectar las relaciones con ese país, según el Consejo de Empresas Americanas (CEA).

Ricardo Triana, director ejecutivo del CEA, manifestó en conversación con Bloomberg Línea la preocupación de las empresas estadounidenses en Colombia tras la decisión del Gobierno nacional, en especial porque no obedece a fundamentos técnicos, sino a argumentos subjetivos, específicamente la la ofensiva militar de Israel en Palestina.

Además, explicó que las afecciones para el país no se reducen a los US$447 millones anuales que dejará de percibir por cuenta de las exportaciones: también impactará la confianza inversionista y la credibilidad en el plano internacional.

B.L. ¿Por qué la suspensión de exportaciones de carbón a Israel puede considerarse como un presunto incumplimiento de Colombia al TLC con Estados Unidos?

Ricardo Triana. La implementación del Decreto 1047 de 2024 podría implicar el incumplimiento del capítulo 10 del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia, el cual establece “un marco jurídico justo y transparente que promueva la inversión a través de la creación de un ambiente estable y previsible que proteja al inversionista y su inversión sin crear obstáculos innecesarios.” Además, este tipo de tratados internacionales como el que tenemos con Estados Unidos prohíben restricciones arbitrarias a la importación y exportación de mercancías, salvo en circunstancias excepcionales, como una escasez aguda de bienes esenciales, lo cual no se aplica en este caso.

Por ese motivo, la adopción de medidas unilaterales, como la prohibición de exportaciones, puede interpretarse como una violación de estos compromisos, generando desconfianza entre los inversionistas extranjeros. Esto podría provocar un efecto dominó en la percepción de Colombia por otros socios comerciales y actores económicos, debilitando la credibilidad del país sobre el cumplimiento de sus obligaciones internacionales. La incertidumbre generada podría disuadir futuras inversiones y comprometer el flujo de capitales, afectando negativamente la economía colombiana y la estabilidad de las regiones que dependen de la industria del carbón.

B.L. ¿Cómo está impactando esta medida a la comunidad empresarial de Estados Unidos en Colombia, específicamente las afiliadas al CEA?

Ricardo Triana. Tiene un impacto significativo en la comunidad empresarial de Estados Unidos en Colombia, especialmente en las empresas afiliadas al CEA Colombia. Esta restricción afecta directamente las exportaciones de estas empresas, que alcanzaron los US$4.364 millones en 2023. Además, compromete su capacidad para cumplir con las obligaciones del Plan Vallejo, que prioriza las exportaciones sobre el mercado local. La implementación del Decreto 1047, al no considerar estas obligaciones, podría dar lugar a incumplimientos de acuerdos internacionales, como el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, erosionando así la confianza de los mercados e inversionistas estadounidenses.

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De igual forma, esta suspensión genera incertidumbre en el entorno empresarial al haber falta de claridad y previsibilidad en las políticas comerciales, lo cual puede desincentivar la inversión y afectar la estabilidad económica de las empresas involucradas. Esta situación de incertidumbre se ve agravada por la pérdida de ingresos significativa, estimada en aproximadamente US$447 millones, valor que se dejaría de exportar. La reducción en las exportaciones no solo impacta el desempeño económico inmediato de las empresas, sino que también podría perjudicar la percepción del país como un destino atractivo para la inversión extranjera, complicando aún más el panorama para las relaciones comerciales y deteriorando el clima de negocios del país.

B.L. ¿Qué afecciones traería para la economía colombiana está decisión del Gobierno, específicamente en cuanto al PIB y la generación de empleo?

Ricardo Triana. Podría generar una pérdida de ingresos aproximada de US$447 millones anuales, lo que representa un 5% de las exportaciones totales de carbón de Colombia. Para contextualizar el impacto, ese dinero podría servir para construir 10 hospitales de alta complejidad, considerando que el costo de un hospital en países en desarrollo puede variar entre US$30 a US$50 millones. De igual forma con esta cifra, se podrían construir más de 20.000 viviendas de interés social, beneficiando a familias de bajos ingresos y ayudando a reducir el déficit habitacional, dado que el costo de construcción de una vivienda de interés social puede oscilar entre US$20.000 y US$30.000.

Teniendo en cuenta lo anterior, esta pérdida afectaría negativamente el Producto Interno Bruto (PIB) del país y reduciría en COP$650 mil millones los ingresos fiscales por regalías e impuestos. El impacto sería especialmente severo en regiones como La Guajira y Cesar, donde el carbón es fundamental para la economía local, lo que podría desacelerar el crecimiento económico y agravar la crisis fiscal.

En cuanto al empleo, la medida podría desestabilizar la cadena productiva del sector carbonífero, poniendo en riesgo miles de empleos directos e indirectos en comunidades que dependen de esta industria. La incertidumbre generada podría además desincentivar futuras inversiones, exacerbando la crisis laboral y económica en las regiones afectadas, que ya enfrentan desafíos significativos en términos de inversión social y estabilidad económica.

B.L. Ahondemos en por qué esta decisión genera incertidumbre en los inversionistas y de sus repercusiones...

Ricardo Triana. Este tipo de acciones puede percibirse como una señal de inestabilidad e inseguridad en el clima de negocios del país, disminuyendo la seguridad de los inversionistas y creando un ambiente de riesgo que podría desincentivar la inversión extranjera. La posibilidad de que los acuerdos internacionales sean incumplidos o modificados sin previo aviso contribuye a un entorno menos predecible y más arriesgado para los inversores.

La afectación del TLC podría tener repercusiones más amplias en la estabilidad económica de Colombia, ya que la confianza en un marco comercial predecible es crucial para atraer capitales extranjeros. Si los inversionistas sienten que sus derechos y expectativas están en peligro debido a decisiones unilaterales, podrían buscar alternativas más seguras en otros mercados. Esto no solo afectaría la inversión inmediata, sino que también podría impactar negativamente en la reputación del país como un destino atractivo para negocios internacionales.

El incumplimiento de acuerdos comerciales puede además desencadenar sanciones internacionales, agravando aún más la situación económica de Colombia. Por ello, es fundamental que las decisiones comerciales se tomen con argumentación técnica que priorice la estabilidad y el respeto a los acuerdos internacionales para mantener la confianza de los inversionistas.

B.L. ¿Cómo podría cambiar esta decisión las relaciones entre Estados Unidos y Colombia, en especial partiendo de que Israel es uno de los aliados del país norteamericano en el mundo y el respaldo que le ha dado el Gobierno Biden?

Ricardo Triana. Podría tener un impacto significativo en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Colombia. Esta medida puede ser percibida como unilateral, generando tensiones, especialmente dado que además Israel es un aliado estratégico de Estados Unidos. La administración estadounidense podría interpretar esta acción como una amenaza para la estabilidad de sus relaciones comerciales y diplomáticas en la región, lo que podría dificultar el diálogo en el marco del TLC entre Colombia y EE. UU, vigente desde 2012.

Las relaciones bilaterales entre ambos países han sido históricamente sólidas, con 202 años de cooperación en áreas como comercio, seguridad y lucha contra el narcotráfico. El TLC ha facilitado un notable incremento en el intercambio comercial, posicionando a Estados Unidos como el principal socio comercial del país. No obstante, cualquier acción que comprometa este flujo comercial podría tener consecuencias devastadoras para la economía colombiana y poner en riesgo la estabilidad de una relación clave que hoy representa el 27% de las exportaciones totales de Colombia. Los beneficios del TLC, que incluyen acceso preferencial a mercados y la atracción de inversiones, podrían verse amenazados si las relaciones se deterioran, afectando tanto la economía de Colombia como su vínculo con su principal socio comercial.

B.L. ¿Qué opinión le merece que la suspensión de exportación de carbón a Israel obedezca a “consideraciones morales”, como opinan algunos gremios, y no a argumentos económicos?

Ricardo Triana. Desde el Consejo de Empresas Americanas, creemos firmemente que, más allá de las consideraciones que se hayan tenido en cuenta para tomar esta decisión, el criterio principal debe basarse en fundamentos técnicos y no en razones subjetivas. Así, el Gobierno nacional debe tener en cuenta el conjunto de tratados internacionales, y su propia regulación comercial —por ejemplo, en lo referente al Plan Vallejo—. De igual forma, este debe considerar también los comentarios del sector privado al borrador del decreto enviados en su momento, con el fin de tomar decisiones de manera concertada y no unilateral.

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Con el fin de evitar un precedente peligroso que afecte la posición comercial del país, sugerimos considerar estas medidas después de una discusión amplia, consensuada y fundamentada en razones objetivas. Esto nos permitirá seguir manteniendo relaciones diplomáticas y acuerdos comerciales prósperos con nuestros aliados estratégicos.

También reiteramos nuestro compromiso para sacar adelante medidas que contribuyan al desarrollo de nuestro país, así como articular acciones que incentiven al sector privado estadounidense a invertir en Colombia, promoviendo la generación de empleo y el desarrollo social.