Presupuesto 2025 en Colombia empezará a ejecutarse con afán de recortarlo

El hundimiento de la reforma tributaria de Petro descuadra las cuentas del Gobierno para el próximo año

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Bogotá — El Congreso de Colombia decidió archivar el proyecto de ley de reforma tributaria que presentó el Gobierno Petro y eso obliga a que sin arrancar 2025 ya haya necesidad de recortar el presupuesto del próximo año.

La presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture aseguró al respecto que, “la economía colombiana ha comenzado a mostrar leves señales de recuperación, que no deben frenarse con una mayor carga tributaria”.

Además, indicó que no es sostenible seguir imponiendo más impuestos al sector empresarial y a los colombianos sin avanzar en austeridad y eficiencia del gasto público.

Finalmente, concluyó que “el archivo del proyecto de Ley de Financiamiento por parte de las comisiones terceras y cuartas del Senado y la Cámara refleja coherencia y responsabilidad frente a la situación económica actual”

La principal implicación del rechazo de la ley de financiamiento radica en la necesidad del gobierno de realizar un recorte de al menos COP$12 billones (0,7 %) del PIB para el Presupuesto General de la Nación del 2025.

Esto implica que, aunque el gobierno apruebe por decreto el PGN 2025 por COP$523 billones (29,4 % del PIB), en enero deberá por decreto reducir el monto del presupuesto.

De no realizarse un recorte al presupuesto del 2025, se pone en riesgo el cumplimiento de la regla fiscal, más allá de que el cumplimiento de la regla fiscal del 2024 también se encuentra en riesgo.

El déficit acumulado de enero a agosto del gobierno nacional central fue de 4,3 % del PIB (ver La calma antes de la tormenta), y con datos a octubre el recaudo tributario acumulado cayó a una tasa nominal de 7,14 %.

Por el lado del gasto, las obligaciones del PGN alcanzaron 358,2 billones (21,3 % del PIB) y crecieron 6,6 % comparado con noviembre del 2023. Ambos resultados (bajo recaudo y obligaciones crecientes) implican que para cerrar el 2024 las posibilidades de cumplir con la regla fiscal son bajas.

El 2025 arranca con un panorama fiscal difícil. Por un lado, se encuentra la posibilidad de que el crecimiento repunte por debajo de lo esperado.

Esto implicaría un menor nivel de recaudo tributario asociado a las actividades económicas durante el 2025, y el menor crecimiento durante el 2024 reduciría los ingresos por concepto del impuesto de renta del año gravable 2024 pagadero en el 2025.

Por otro lado, el incumplimiento de la regla fiscal junto con las mayores presiones fiscales llevaría a que el costo del servicio de la deuda crezca comparado con lo esperado.

Esto implica que, en ausencia de recortes de al menos 40 billones de pesos, el presupuesto del 2025 (comparado con la propuesta del gobierno) se mantendrá desfinanciado y con una alta probabilidad de enfrentarse a un incumplimiento de la regla fiscal.