Bogotá — Ocho meses bastaron para que cambiara el timonel del Ministerio de Hacienda y llegará a esta cartera uno de los hombres más cercanos al presidente Gustavo Petro, quien lo ha asesorado durante años y ahora asume el reto de manejar los hilos económicos del país: Ricardo Bonilla González.
En entrevista con Bloomberg Línea, el nuevo ministro de Hacienda aseguró que el mensaje principal que entrega, a horas de su designación, es que “vamos a mantener la estabilidad económica de Colombia, que significa que tenemos que seguir controlando la inflación en la medida que el Gobierno puede hacerlo. Esperemos que, dado el nivel del costo de vida y la tasa de intervención, las tasas de interés no se muevan este viernes en la Junta del Banco de la República”.
A lo que agregó que espera que en el segundo semestre de este año pueda comenzar la reducción de las tasas porque se empieza a controlar la inflación.
Respecto a este indicador, que en marzo llegó al 13,34% anual, señaló que la inflación de alimentos está bajando y que la que más está impactando hoy es la de transporte, “la de la gasolina, pero esa es una decisión sensata porque la irresponsabilidad del Gobierno pasado de dejarnos $30 billones de déficit en el Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC) hay que resolverla y no la podemos solventar sin mover los precios de la gasolina”.
Al preguntarle por cuánto tiempo más se verán alzas en estos precios, sostuvo que “la previsión es que tiene que seguir subiendo al menos dos años porque el desfase con el precio internacional es, en este momento, que hoy la gasolina corriente está en alrededor de $11.500, la extra nunca sufrió desfase, y el precio internacional la ubica como en $16.000″.
Ahora bien, hablando de la regla fiscal, comentó que se va a mantener pero que precisamente es el déficit del FEPC su principal enemigo, por lo que si sí se mueve el precio de la gasolina se puede garantizar que se respete.
“Si uno lo mira en términos de las reformas, la de la salud prácticamente es una reforma que, sin hablar de formalización, es de costo cero porque vale los mismos $80 billones que hoy gasta el presupuesto público en la salud y que se vienen gastando desde hace una década, desde que se eliminó en 2012 el aporte empresarial a la salud eso lo está poniendo el Estado”, enfatizó el Ministro.
Su visión de la transición energética
Bonilla le dijo a Bloomberg Línea que el objetivo de la transición es que hay que crear una oferta exportable que contribuya a sustituir en el tiempo las exportaciones tanto de petróleo como de carbón, “¿eso sale de dónde? de la industria y de la agricultura y de los servicios del turismo, pero no puede hacerse basándose en un solo sector, hay que consolidar varios sectores para diversificar la oferta”.
Resaltó que el país no puede volver a ser monoexportador: que los cinco primeros productos que se exportan representan más del 50% de las ventas externas.
Y que lo anterior va en línea con la transición energética porque se trata de generar tanto la sustitución en el comercio internacional como en los ingresos fiscales. “Con el consumo interno el proceso de sustitución de algunos energéticos, en particular en el transporte, ese es el que pesa más. Es cómo remplazar combustibles fósiles por combustibles limpios e ir propiciando el cambio del parque automotor”.
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