Por qué la crisis de Viva y Ultra Air nos podría arruinar las vacaciones de mitad de año

Solo en el puente festivo de Corpus Christi, que es el pistoletazo para las vacaciones de mitad de año, se movilizaron en el 2022 por los diversos aeropuertos del país 490.819 pasajeros. ¿Cómo viajarán ahora sin dos opciones de bajo costo?

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Bogotá — La crisis de Viva y Ultra Air en Colombia significó un profundo golpe para la industria, que no logra levantar vuelo tras el desplome que tuvo en el período de la pandemia y ahora podría generar más afectaciones a los usuarios de cara a la temporada de vacaciones de mitad de año, en medio de los aumentos de precios y menor disponibilidad de rutas para viajar a menor precio.

Mientras Ultra Air apunta a la reorganización como alternativa para salvarse, Viva Air confirmó que desaparece del mercado al no tener capacidad para operar y luego de que Avianca desistiera de la integración luego de varias batallas para que esta se aprobara.

La paralización de ambas aerolíneas cayó como un baldado de agua fría para la industria aérea, que tendrá su primera gran prueba de fuego en la temporada de mitad de año sin estas dos empresas en operación.

Solo en el puente festivo de Corpus Christi, que es el pistoletazo para las vacaciones de mitad de año, se movilizaron en el 2022 por los diversos aeropuertos del país 490.819 pasajeros, de los cuales 338.155 realizaron viajes nacionales y 152.664 internacionales.

“El recorte de la oferta de dos aerolíneas que tenían cerca del 24% del mercado doméstico, más la reforma tributaria que afectó la venta de tiquetes aéreos y el alojamiento, están creando la tormenta perfecta”, advirtió en entrevista con Bloomberg Línea la country manager en Atrápalo Colombia, Ángela Ruíz.

Se refiere también a los presuntos efectos de la reforma laboral en el sector, junto al nivel de endeudamiento de los colombianos y las tasas de interés.

Por otro lado, “el precio del dólar nos seguirá indicando durante el año, si vamos a estar promoviendo un turismo receptivo de visitantes internacionales o si podremos mantener a los viajeros locales motivados a recorrer el país y otros destinos internacionales”, comentó Ángela Ruíz.

Paula Cortés Calle, presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), había lamentado en días pasados la decisión de Avianca, al señalar que “son muchas las agencias de viajes las que estaban esperanzadas en que se hiciera la integración y que pudieran devolverse los dineros entregados a Viva”.

“Lamentable para el país perder dos aerolíneas y la contracción del mercado que eso ha generado en los vuelos domésticos”, indicó.

Romain Maciejewski, especialista de la plataforma de viajes Viajala, considera que los viajeros se están enfrentando de cara a las vacaciones de mitad de año a “una escasez en vuelos para ciertos destinos, lo que naturalmente debería provocar un incremento en los precios”.

“Por otro lado, varias capitales regionales perdieron mucha conectividad con esta crisis, como por ejemplo Medellín, que era la base de Viva Air y Ultra Air, lo que nuevamente va a obligar a muchos viajeros a conectar al hub de Bogotá”, dice.

Matiza que el panorama no es totalmente negativo, pues las aerolíneas lanzaron promociones al mercado para estimular la demanda.

“En un primer tiempo es muy probable que veamos una contracción del mercado (…). Sin embargo, las aerolíneas aún con operación (Avianca, LATAM, Wingo, Satena, Easyfly) poco a poco han estado incrementando su capacidad operacional, abriendo rutas y aumentando sus frecuencias a ciertos destinos estratégicos como San Andrés”, apuntó.

Aun así, los viajeros se siguen quejando por los altos precios para volar localmente, en medio de las presiones externas que afrontan las aerolíneas por el alto costo de los combustibles.

“La salida de las dos aerolíneas del mercado deja varios problemas. Evidentemente una reducción en la oferta y con esto los precios tienden a aumentarse. Desafortunadamente esta era una situación que era previsible”, dijo a Bloomberg Línea el profesor del INALDE Business School, investigador y consultor empresarial, Ignacio Osuna.

Añadió que esto “sigue impulsando la inflación en este sector, que se ha visto claramente afectado por este fenómeno”.

Otro efecto que percibe es una desconfianza de los consumidores con respecto a tiquetes más económicos y en general al modelo de bajo costo.

“Esa desconfianza será de mediano y largo plazo. No se puede reconstruir esa confianza en el corto plazo y esto va de la mano de un tercer fenómeno que es la reacomodación de la flota de aviones y de las capacidades operacionales de las empresas. Pero esta es una acción que también tiene la implicación en la adquisición de nuevas aeronaves, de permisos, entonces tampoco se prevé una respuesta sufiecientemente ágil para atender la demanda de las rutas más afectadas”, apuntó.

De hecho, considera que la recuperación del mercado podría extenderse más allá de las vacaciones de mitad de año y durar incluso varios años.

Para el socio de la firma de abogados Gómez-Pinzón, Ricardo Fandiño de la Calle, la recuperación puede ser relativa: “Si se entiende como el que la oferta vuelva a tener otras dos aerolíneas en competencia con las ya existentes, eso puede demorar no menos de dos a cinco años, pero no es posible tener plena certeza. Si por recuperación se entiende que los precios se vuelvan a aquellos rangos en que estaban mientras había más competencia, ahí sí que es más difícil todavía, pues los precios de pasajes tienen muchos otros costos determinantes, como la gasolina, tasas, impuestos, operación en tierra, etc”.

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