Planeación tributaria, uno de los mayores secretos de los millonarios en Colombia

Los expertos recomiendan construir una estrategia que busque aprovechar lo mejor que se puedan los beneficios fiscales que entrega la ley, sin perder de vista los aspectos familiares

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Bogotá — El cumplimiento de las obligaciones tributarias es clave para evitar problemas legales, y más si se pertenece a una familia de gran patrimonio, por eso los millonarios construyen sus fortunas y planifican sus negocios sin perder de vista una buena estrategia fiscal.

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Para entender qué tienen en cuenta los millonarios a la hora de diseñar su estrategia tributaria, Bloomberg Línea consultó con tres expertos cuáles son los aspectos clave para elaborar dicha estrategia sacando provecho de los beneficios que entrega la ley.

Daniel Ortegón, asociado tributario en Posse Herrera Ruiz, sostiene que la gestión financiera que las familias hacen de su riqueza y el ejercicio de la planeación fiscal de la misma, se genera en momentos diferentes, lo cual puede generar algunas consecuencias no deseadas, como doble tributación, o tributación excesiva a nivel de la residencia fiscal de los miembros de las familias.

Por ello, considera que hay aspectos que deben evaluarse antes de tomar una decisión financiera sobre la gestión de su riqueza con el propósito de maximizar los beneficios de la misma, diversificar sus inversiones, y evitar el riesgo país.

Revisar las oportunidades financieras

Ortegón asegura que antes de tomar una decisión financiera se debe evaluar cuál es el impacto fiscal de dicha oportunidad.

“Ciertos instrumentos financieros que ofrece el mercado por regla general ofrecen un término mínimo de tenencia para su redención, gestionar las consecuencias fiscales de estos instrumentos es más sencillo y en ocasiones menos costos previo a la toma de la decisión de la adquisición del mismo”, explicó el asociado.

Decisiones de familia

Más allá de una oportunidad de negocio, o un rendimiento atractivo, el experto sostiene que hay inversiones que se deben evaluar en el entorno familiar antes.

Ortegón explica que muchas decisiones de gestión del patrimonio van a asociadas con decisiones de vida familiares, y que, por ello, “al momento de realizar ciertas inversiones deberán tenerse en cuenta el deseo o no de la familia de mantener su residencia fiscal o no en el país”.

Adicionalmente, anota que también se debe considerar “si parte de esa inversión obedece a una transmisión anticipada de parte del patrimonio a otras generaciones de la familia”.

Algo similar dice Guillermo Andrés Benítez, gerente de Foccus Consultores quien dice que es crucial que la familia defina su visión y proyección patrimonial. “Esto implica acordar reglas y derechos mediante mecanismos como protocolos familiares y acuerdos societarios”, dice.

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Estos acuerdos establecen una base sólida para la gestión del patrimonio y aseguran la alineación de intereses entre los miembros de la familia.

Otro de los consultados fue Rafael Lafont, partner en Holland & Knight, quien explica para definir la estrategia se debe considerar, entre otras alternativas, estructurar esquemas societarios donde los miembros de la familia sean socios aunque con diferentes tipos de acciones según los derechos políticos y económicos que se requieran.

Clave definir la residencia fiscal

Coinciden los expertos en que la definición de la residencia fiscal es determinante en la planeación tributaria de los grandes patrimonios.

Dice Ortegón que en una buena estrategia fiscal se deben “privilegiar los instrumentos financieros y las jurisdicciones más rentables y eficientes desde la perspectiva tributaria”.

En ese sentido dice que el mercado financiero ofrece gran variedad de instrumentos que permiten optimizar la riqueza de las familias, pero advierte que se debe evaluar “que el efecto del instrumento financiero desde el punto de vista tributario sea en una sola jurisdicción, y preferiblemente que sea en la de residencia fiscal del contribuyente”.

Benítez, de Foccus, agrega que se deben evaluar los mecanismos que permitan “aprovechar los tratados internacionales para evitar la doble tributación y reducir la carga fiscal”, además de evaluar la posibilidad de obtener visas mediante inversiones en ciertos países, “lo cual puede ofrecer ventajas fiscales adicionales y diversificación del patrimonio”.

Elegir bien el tipo de inversión

Ortegón, de Posse Herrera Ruiz, dice que en una estrategia tributaria exitosa se deben priorizar aquellos instrumentos financieros que desde la perspectiva fiscal solo se entiendan realizados y objeto a impuestos en el momento en el que efectivamente se paguen al inversionista.

Explica que evitar o entender la imposición fiscal sobre instrumentos financieros que consideren efectos contables, y no de caja, debe ser una prioridad de los inversionistas.

“Algunas jurisdicciones establecen mecanismos y reglas anti-diferimiento fiscal que capturan valorizaciones contables, o ingresos que no han sido pagados a los inversionistas, lo que pueden generar algún tipo de distorsión en la toma de decisión de las rentabilidades esperadas del instrumento financiero”, sostiene el socio tributario de la firma.

Además, recomienda considerar instrumentos financieros, que no aumenten el valor del patrimonio del contribuyente de manera agresiva, jurisdicciones que no consagren el impuesto al patrimonio de los inversionistas, y mecanismos de transmisión patrimonial a herederos que optimicen el efecto impositivo del impuesto al patrimonio, cada vez están más presente al momento de tomar decisiones de la gestión de su patrimonio familiar.

Para construir la estrategia tributaria en Colombia, Benítez recomienda tres alternativas:

· Sociedades Anónimas Simplificadas (SAS): Ofrecen flexibilidad y ventajas fiscales para la gestión de activos y la realización de inversiones.

· Fideicomisos: Protegen y gestionan los activos de manera eficiente, garantizando la distribución según los deseos de la familia y brindando beneficios fiscales.

· Pensiones Voluntarias y Pólizas de Vida: Permiten la acumulación de capital con ventajas fiscales, además de ofrecer protección y beneficios adicionales.

Errores en la estrategia

Rafael Lafont, partner en Holland & Knight, asegura que los errores más comunes que suelen cometer los contribuyentes de grandes patrimonios están ligados a la omisión de la valoración de activos como es el caso de los inmuebles donde su valor se actualiza año tras año según avalúos catastrales.

Dice que son lo que genera efectos en el Impuesto al Patrimonio y que “eventualmente al momento de una sucesión implican un mayor impacto en materia de ganancias ocasionales lo que resulta en muchos casos que los herederos deban vender activos para poder pagar la ganancia ocasional”.

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Entre tanto, Benítez destaca que la ausencia de protocolos y acuerdos de sucesión puede generar disputas entre herederos y altos impuestos sucesorales, dificultando la transferencia ordenada del patrimonio. “Sin estructuras de protección de activos como fideicomisos y pólizas de vida, el patrimonio familiar queda expuesto a riesgos financieros y legales”.

Lafont también resalta como un error, poseer grandes patrimonios cómo personas naturales sin estructuras societarias y patrimoniales que permita blindar los activos personales y familiares de riesgos operativos en los negocios.

Finalmente, otro error que resaltó es el manejo y traslado de recursos entre sociedad y accionista a través de préstamos puesto que los mismos generan ineficiencias fiscales como la obligación de reconocer ingresos por intereses presuntos los cuales en la práctica pueden generar una alta carga tributaria para los accionistas o la sociedad.

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