Bogotá — El presidente de Colombia, Gustavo Petro, tiene a su equipo de Gobierno haciendo lobby para conseguirle una reunión con Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), para renegociar las condiciones de pago del país, algo que varios exministros de Hacienda del país rechazan.
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Desde Caucasia, el presidente habló de la importancia de que Colombia pueda cambiar las condiciones de pago del crédito que solicitó el Gobierno de Iván Duque para afrontar la pandemia del 2020.
En Cartagena, Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, aseguró que en el marco de las reuniones del FMI la próxima semana se buscará, junto con el embajador en Estados Unidos Luis Gilberto Murillo, buscar el espacio entre el presidente Petro y la directora del FMI. Además, advirtió que pagar las cuotas como hoy están pactadas limita enormemente la capacidad de Colombia para destinar recursos para la inversión.
Exministros criticaron la propuesta de Petro
Colombia debe pagar US$5.400 millones al FMI en ocho cuotas, y por lo pronto no hay ningún exministro de Hacienda que considere que renegociar esas condiciones sea una buena idea.
Ni siquiera José Antonio Ocampo quien hizo parte de la administración de Petro cree que el Gobierno deba buscar un nuevo acuerdo sobre ese pago.
Aseguró que la línea de crédito flexible con el FMI que ha tenido el país desde 2009 es un privilegio para Colombia. No tiene condicionalidad y solo se le otorga a países con muy buenas prácticas macroeconómicas.
Además, dijo que “El FMI no renegociará el cronograma de pagos de un programa ya acordado sin exigir nada a cambio. Sería un craso error cambiarla por una línea de largo plazo del FMI, que tendría condicionalidad (como la de Argentina), sería más costosa y daría la señal de que el historial de fortaleza macroeconómica del país se está perdiendo”.
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Su propuesta es pagar y pedir la renovación de la línea de crédito flexible. Cree que los recursos de crédito que necesita debe conseguirlos con los bancos multilaterales, emisiones de bonos internacionales o en el mercado nacional de TES.
De otro lado, Juan Camilo Restrepo, ministro de Hacienda en la primera mitad del Gobierno de Andrés Pastrana, considera que pedir la reprogramación de pagos no es algo novedoso para el país, pues ya lo ha hecho, pero sí considera que “la manera como ha planteado el asunto el presidente Petro tiene reparos y puede acarrear consecuencias indeseadas”.
Asegura Restrepo que “Una característica de esta línea de crédito es que no tiene “condicionamientos”. Pedir ahora una reprogramación - lo que no es usual en el FMI a no ser que se tenga un agudo problema de balanza de pagos que afortunadamente no es el caso de Colombia -puede entrañar el riesgo de que esta entidad multilateral le exija gravosas “condicionalidades” a nuestro país”.
Y considera también que la manera tremendista como lo presentó Petro puede transmitir a la comunidad financiera internacional la falsa idea de que Colombia está al punto de caer en una bancarrota.
Otro de los exministros que criticó la propuesta del presidente Peteo fue José Manuel Restrepo quien hizo parte del Gobierno de Iván Duque, aunque no fue él quien pidió el crédito sino su antecesor, Alberto Carrasquilla.
Dijo que “entendiendo el desafío del aumento en el déficit y en la relación deuda/PIB durante la pandemia; empezamos un ajuste fiscal y logramos el mayor ajuste fiscal en 31 años y como lo previmos en los marcos fiscales, tres años seguidos de disminución del déficit y también de la deuda en relación al PIB”
Agregó que a 2023 y fruto de ese esfuerzo de tres años de disminución del déficit, la deuda cerró en 53% del PIB. Dato que es inferior al límite menor que permite la regla fiscal.
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Y criticó a Petro y sus ministros Bonilla y Ocampo, pues aseguró que “Tristemente usted rompe la tendencia. Se vuelve el papá del gasto primario (gasto sin incluir Intereses) o derroche, pues este gasto crece en 2023 y 2024 al punto de que en 2024 es casi del nivel de gasto en un año de pandemia en relación al PIB innecesariamente. Por ello tristemente usted en 2024 luego de tres años de reducción o ajuste fiscal, crece la deuda del 53 al 57% del PIB Eso sumado a aumentar el déficit fiscal luego de tres años de reducción en relación al PIB”.