Bogotá — El presidente Gustavo Petro salió en defensa de su proyecto de reforma laboral luego que desde el Banco de la República se elaborara un documento en el que se alertó los nocivos efectos que traería la implementación de esas propuestas en el mercado colombiano.
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Para Petro, el documento, pese a ser del Grupo de Análisis de Mercado Labora de la Subgerencia de Política Monetaria e información Económica del Banco de la República, no es oficial. Allí se equivoca el presidente, sí es un documento oficial del banco, aunque, la misma publicación lo aclara, no representa la posición oficial de la entidad ni de la Junta Directiva.
“Las opiniones y posibles errores son responsabilidad exclusiva del autor y sus contenidos no comprometen al Banco de la República ni a su Junta Directiva.
El objetivo de esta serie es ampliar la discusión y entendimiento sobre la coyuntura del mercado laboral colombiano, ofreciendo información pertinente para el público en general”, aclara el banco en la publicación.
Sobre el contenido del documento, Petro sostiene que “el documento no es oficial del Banco de la República sino de un grupo de estudio que usa una metodología, en mi opinión cuestionable. Tanto Keynes como la economía política, por ejemplo, afirmaban que no existía un mercado de trabajo, este grupo dice que sí”.
Además, agrega Petro, “dado que tenemos población no empleada abundante, el empleo dependerá de abaratar el crédito, la energía, de proteger del comercio exterior en las producciones intensivas en empleo, de hacer producir la tierra, etc, y no de la tesis anacrónica, sobre que el empleo crece porque se abarata el salario, que se ha comprobado con los datos, no es cierta para Colombia”.
Lo cierto es que a Petro no le gustó el informe, que se hace en Colombia desde 2017, porque advierto serios riesgos si se implementan las políticas laborales que promueve con la reforma presentada al Congreso.
Los resultados sugieren un incremento permanente en el costo laboral promedio, producto de aumentos en los costos salariales y en las indemnizaciones. Por cuenta de los primeros, el incremento en el costo laboral promedio oscilaría entre 3,2% y 10,7%, mientras que, por las segundas, el aumento estaría entre el 1,2% y el 1,9%.
Los incrementos son heterogéneos por sectores, siendo las más impactadas, en el escenario medio, las ramas de actividades profesionales, de servicios de recreación y esparcimiento, de hotelería y turismo y el comercio. Adicionalmente, por tamaño de empresa, las micro y pequeñas tendrían una mayor carga.
Así mismo, dicen los investigadores del Banco de la República, que a partir de la cuantificación mencionada, se estima el impacto potencial de la reforma en el empleo formal. Específicamente, se utilizan las elasticidades que la literatura especializada encuentra sobre el empleo formal de Colombia ante aumentos permanentes de los costos salariales y sobre el empleo total de un panel de países que incluye a Colombia ante cambios en los costos de despido.
Agregan también que debido al aumento en los costos salariales, se estima que en el escenario medio la reforma podría reducir el empleo formal alrededor de 454.000 empleos, equivalentes a una disminución del 2,1% de la tasa de formalidad, en un lapso de entre tres y cuatro años.
Por otro lado, el aumento planteado en los costos de despido podría tener efectos más grandes, pero a plazos mayores (alrededor de dos décadas). Sin embargo, estos últimos efectos son más difíciles de cuantificar por la menor disponibilidad de estimaciones de las elasticidades relevantes en la literatura.
Especifica el documento que estos resultados son compatibles con estudios basados en modelos de equilibrio general, que muestran que ambos aumentos en los costos laborales tienen implicaciones tanto sobre el empleo formal como sobre otros agregados macroeconómicos.