Bogotá — Gustavo Petro, presidente de Colombia, habló este jueves ante la Asamblea de las Naciones Unidas y centró su discurso en atacar las energías fósiles que tiene efectos negativos sobre el cambio climático.
“El capital fósil no puede seguir. Los pueblos deben detenerlo, el veneno arrojado en la atmósfera es fatal y las chimeneas que lo emiten deben detenerse. Cada rincón del mundo puede ser una batalla contra esas chimeneas”, dijo Petro en su intervención.
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Citó a Stephen Hawkins para asegurar que tanto la inteligencia artificial como el cambio climático pueden acabar con la vida humana sobre la tierra.
“La inteligencia artificial está aquí porque incrementa sustancialmente la productividad económica, la producción de bienes por hora, y puede implicar la salida de millones, centenares de millones de trabajadores de sus empleos”, dijo Petro.
Advirtió que la inteligencia artificial es un gran consumidor de energía y por ellos es necesario que le paso hacia las energías limpias sea inmediato.
“La energía en el mundo se usa para aumentar la productividad, para producir más, vender más y ganar más, si las coordenadas son el capitalismo. Estos tres elementos que podríamos mirar como negativos de la inteligencia artificial, al usar enormes cantidades de energía, muchos más que las que utilizamos hoy, se articula entonces con la crisis climática. Si la inteligencia artificial usa combustibles fósiles como fuente de energía, tendríamos entonces, como dijo Stephen Hawking, un Armagedón”.
Además, Petro criticó los bombardeos en Gaza y asegura que los países que están en capacidad de detener dichos ataques no escuchan a los que piden que se detengan.
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Sostuvo que “es una minoría de presidentes la que pueden detener el bombardeo. Es decir, no nos escuchan los presidentes de los países que pueden destruir la humanidad”, aseguró Petro.
También criticó que no se haya aprobado el sustituir deuda por acción climática, “si pedimos que se cambie la deuda por acción climática, no nos escuchan las minorías poderosas”.
Por último, criticó los bloqueos económicos a Venezuela y Cuba, a los que no considera dictaduras sino “países rebeldes que no encajan”.
