Bogotá — Las autoridades colombianas no tienen cómo saber si un jugador profesional de fútbol está participando de apuestas deportivas o no. Hace apenas unas semanas el Sandro Tonali y Nicolo Fagioli, jugadores italianos, uno de la Juventus de Turín y otro del Newcastle inglés, fueron sancionados por participar de apuestas deportivas.
El Comité de Prácticas de Publicidad del Reino Unido ha prohibido el patrocinio o la promoción de juegos de azar y apuestas por parte de celebridades a través de la publicidad, allí por supuesto entran los jugadores de fútbol.
Tan estricta es la regulación inglesa que el colombiano Yerry Mina fue multado en 2019 con 10 mil libras por haber participado en un comercial para el público colombiano con la casa de apuestas Betjuego.
Bloomberg Línea habló con Marco Emilio Hincapié, presidente de Coljuegos, para conocer cómo están siendo reguladas estas casas de apuestas y en qué trabaja la entidad para evitar que haya entrada de dineros ilícitos o que se alteren los resultados deportivos para favorecer a determinados apostadores.
“Nosotros los estamos vigilando en tiempo real, desde acá sabemos cuándo juegan y cuánto apuestan, desde 2014 cuando se reguló esa parte de los juegos por Internet los vigilamos. BetPlay aporta el 65% de los recursos que le entregan las casas de apuesta online a la salud, es decir, de los $320 mil millones que nos dan las 16 casas de apuestas autorizadas”, dice Hincapié.
Así mismo, el presidente de Coljuegos reconoce que la entidad ha hecho un esfuerzo muy importante en tecnología para estar en línea con las demandas de seguridad de los usuarios, no obstante, reconoce que “se ha quedado corta, nos sobrepasó porque la base tecnológica de nuestra oficina lo que hace son parches, pero tenemos un proyecto para hacerlo más robusto y tener un control efectivo con más recursos y así generar más recaudos para la salud”.
Sobre cómo se controlan las apuestas y cómo se ataca a las apuestas sospechosas, Hincapié explica que “en Latinoamérica somos los más avanzados en la regulación de juegos de suerte y azar, estamos interviniendo qué apuesta, en qué cantidades apuestan, a través de qué plataformas apuestan”.
Asegura que, a diferencia de otros países, como España, en Colombia “no hay evidencia de tercero incidiendo en los resultados de las apuestas, es decir, no hay incidencia externa para decir que tal equipo se vendió. Puede haber corrupción por una clasificación, como se investigó en su momento un partido de Llaneros, pero no por motivo de apuestas”.
Además, Hincapié asegura que hay que diferenciar apuestas legales, como las que realizan los 16 operadores autorizados por el Estado, pero reconoce que “hay apuestas ilegales, al igual que hay chance legal hay chance blanco que no paga impuestos, al margen de la legalidad está la ilegalidad, y es posible que haya casas de apuestas ilegales intentando operar, pero nosotros estamos trabajando para bloquear todo eso. Hemos encontrado apuestas en plataformas que no están autorizadas, pero ahí hemos llegado y hemos judicializado”.
Advierte que quienes se enriquecen con apuestas ilegales, “nunca podrán legalizar ese dinero”, y explica que por ley, los únicos vetados para apostar son “los menores de edad, y en el caso de los futbolistas es más un tema ético”, dice Hincapié.
Agregó que actualmente “estamos investigando al Atlético Bucaramanga porque tiene una camiseta con patrocinio de una multinacional que no tiene autorización en Colombia, por lo tanto, acá no puede publicitar, y viene aquí a evadir impuestos de la salud porque no hace una sola transferencia porque no está inscrito, y el equipo está siendo coparticipe de la evasión”, sostuvo.
Sobre si los jugadores del Futbol Profesional Colombiano están apostando en los partidos en los que ellos mismo son protagonistas, Hincapié asegura que con los recursos hoy disponibles no es viable saberlo.
“La gente cuando apuesta lo tiene que hacer con su número de cédula, pero para saber si es jugador de fútbol, o si es amateur o profesional es muy difícil y eso no se hace en ninguna parte del mundo, habrá jugadores reconocidos a los que les gusten las apuestas, ahora, no sé si la ética como jugadores y seres humanos les permita vender los partidos”, explica Hincapié.
Finalmente, concluyó que “estamos en Colombia, no en la NASA, estamos empezando y somos los más avanzados de América Latina. Llegará un momento en el que la regulación avance y no permita a un jugador de fútbol apostar, pero lo puede hacer un familiar, cómo se controla eso. Acá los delitos son de responsabilidad personal, sin un tercero apuesta es muy difícil, y sería responsabilidad de la Fiscalía confrontar procesos y establecer si el sobrino de tal jugador apostó y ganó por un jugador”.
El tema por las apuestas deportivas en el mundo del fútbol sigue desatando polémica. En la región el primero fue el fútbol boliviano que decidió parar sus campeonatos por “amaño de partidos”, y luego fue el caso chileno en donde en días pasados ya había ordenado a los equipos de fútbol que retiraran de sus camisetas los patrocinios que tenían de las diversas casas de apuestas.
En Colombia el patrocinador oficial de la liga de fútbol profesional es BetPlay, una casa de apuestas legal y registrada ante el Estado Colombiano que realiza aportes a la salud como se lo ordena la Ley.
