Moody’s advierte retos que dejó el Fenómeno de El Niño a Colombia

Aseguró que los costos de la seguridad energética pondrán a prueba la calidad crediticia de los proveedores de energía colombianos en los próximos años

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Bogotá — De acuerdo con Moody’s Investor Service, el sector eléctrico de Colombia enfrenta un mayor riesgo de sufrir condiciones meteorológicas severas y cambio climático.

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Asegura que los costos de la seguridad energética pondrán a prueba la calidad crediticia de los proveedores de energía colombianos en los próximos años a medida que se diversifiquen más allá de la energía hidroeléctrica para proteger su situación financiera y la confiabilidad energética del país.

El sector eléctrico colombiano no contribuye significativamente a los gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global. Su matriz energética incluye la energía hidroeléctrica, que suministra alrededor del 60%-70% de la electricidad total del país.

Las emisiones de CO2 provenientes de la electricidad y la calefacción representaron cerca del 17% de las emisiones totales de Colombia en 2021, menos que los sectores del transporte (45%) y la industria (31%), según los últimos datos disponibles, que excluyen las emisiones de la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra.

Por el contrario, el sector de electricidad y calefacción genera el 41% de las emisiones totales en México, el 28% en Argentina y el 20% en Brasil.

Colombia produce emisiones mínimas de CO2 (solo el 0.3% del total mundial en 2022), pero su contribución ha aumentado en las últimas décadas, tanto en términos absolutos como en comparación con otros países.

La dependencia de Colombia de la generación de energía hidroeléctrica la hace altamente vulnerable a los riesgos físicos del cambio climático.

Los cambios en los patrones climáticos que provocan lluvias o sequías severas pueden afectar la disponibilidad de energía hidroeléctrica e introducir riesgos en la infraestructura.

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Los fenómenos meteorológicos cíclicos, como El Niño, reducen la generación hidroeléctrica en Colombia, recortan la disponibilidad de energía y aumentan los precios del mercado eléctrico.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha clasificado el fenómeno de El Niño que se formó a mediados de 2023 como “muy fuerte”, la clasificación más alta según su Índice Oceánico de El Niño.

Esa alteración climática provocó sequías en algunos países, como Colombia y Panamá, e intensas precipitaciones en otras regiones, como el sur de Brasil y Argentina.

En abril de 2024, el operador del sistema eléctrico colombiano, XM, le advirtió al mercado sobre los niveles históricamente bajos de los embalses y le pidió al gobierno que tomara las medidas necesarias para garantizar la disponibilidad de electricidad.

El Ministerio de Minas y Energía (MME) les ordenó a las generadoras de energía térmica que operaran temporalmente a plena capacidad y que suspendieran las exportaciones de electricidad a Ecuador.

El alcalde mayor de Bogotá anunció cortes en el suministro de agua y les pidió a los ciudadanos que redujeran el consumo de agua, medidas que no implican un gasto significativo adicional para la ciudad.

Los esfuerzos por garantizar la seguridad energética y adaptarse al cambio climático son más urgentes que los de mitigación, pero las inversiones en energía renovable, incluida la hidroeléctrica, le permiten a Colombia contribuir con ambos.

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La reducción de emisiones se ha convertido en una prioridad para el gobierno, y los esfuerzos de Colombia por reducir la vulnerabilidad del sector al cambio climático son cada vez más urgentes.

La NOAA ha determinado que las severas condiciones de El Niño comenzaron a aliviarse en junio de 2024, y el estrés hídrico en el sector eléctrico colombiano disminuirá de forma gradual, pero estas condiciones eventualmente regresarán, ya que el fenómeno de El Niño tiende a repetirse cada dos a siete años.

Las medidas de adaptación ayudarán a reducir significativamente el impacto del cambio climático tanto en escenarios de altas como de bajas emisiones.