Bogotá — Los resultados de la actividad económica del segundo trimestre mostraron que el consumo privado continuó con su tendencia de recuperación, pero las políticas del Gobierno Nacional en función de esclarecer el panorama económico y social serán cruciales para lograr una recuperación al cierre de 2024.
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Así lo evidencia un informe del Banco de Bogotá que indica que el consumo de los hogares registró su crecimiento anual más elevado en un año ante la mayor disposición de compra de las familias, en especial de bienes para el equipamiento del hogar y servicios de recreación.
Se resalta que el cambio en las condiciones financieras ante el proceso de recortes en tasa de interés del Banco de la República, la mayor capacidad adquisitiva de los colombianos por el aumento de los salarios por encima de la inflación, la resiliencia de los ingresos laborales por la fortaleza en la contratación del sector servicios y la mejora en los ingresos alternativos de las familias como las remesas, transferencias monetarias del Gobierno y rendimientos financieros, principalmente, permitirían que el consumo privado pase de un crecimiento anual de 0,8% en 2023 a 1,5% en 2024 y 2,4% en 2025.
“Desde las condiciones financieras, el informe de estabilidad financiera del Emisor señaló que, a raíz de las altas tasas de interés, la razón de deuda a ingreso de los colombianos habría alcanzado en el primer semestre de 2024 su nivel más bajo desde 2016. Así, las familias cuentan con una mejor posición financiera frente a la observada en 2022 y 2023, lo que les permitiría volver a tomar crédito una vez las tasas se encuentren en niveles más atractivos”, dice el Banco de Bogotá.
A lo que agrega que la previsión que el banco central colombiano continúe con su política de recortes de tasa de interés sugiere un mayor atractivo para las familias de adquirir deuda para financiar decisiones de consumo e inversión. Y que muestra de ello es que, en relación con la caída de la tasa para créditos hipotecarios, la disposición para comprar vivienda alcanzó en julio un máximo de dos años y se relacionó con el repunte de las ventas de vivienda y la expansión anual de la cartera hipotecaria a tasas cercanas a 20%.
Teniendo en cuenta lo anterior y de acuerdo con la Encuesta del Consumidor de Fedesarrollo, la disposición a comprar vivienda se incrementó en 15,1 puntos porcentuales en julio de 2024 y frente al mes anterior, y en 13,1 puntos porcentuales con respecto a julio de 2023. Un indicador que aumentó en todas las ciudades analizadas.
Asimismo, la disposición a comprar vivienda incrementó en todos los niveles socioeconómicos. Y la disposición a comprar bienes muebles y electrodomésticos presentó un incremento de 10,5 y de 23,5 puntos porcentuales frente a junio de 2024 y julio de 2023, respectivamente.
El auge del sector servicios
El informe citado explica que después del choque del Covid los servicios han ganado mayor relevancia, lo que ha permitido que el número de ocupados no se haya visto afectado en gran cuantía por la reciente desaceleración económica. Por lo que con una creación de empleos resiliente, los ingresos laborales no se han impactado fuertemente.
En esa línea, que la relación entre el desempleo y el crecimiento parece ya no ser la misma de antes, lo que sería explicado por el cambio en la formación de empleo. Así, los sectores que tradicionalmente eran el motor de la economía (construcción, comercio, agro y manufactura) pasaron de explicar el 53% de los empleos entre 2017 y 2019 a 49% en 2024, resalta el Banco.
“La mejora en el sector servicios, que es intensivo en mano de obra, se ha respaldado en la mayor demanda de los colombianos por recreación, y en general servicios, así como del auge del turismo que no es más que un mayor consumo de servicios por parte de los extranjeros”, menciona el informe.
En cuanto a la resiliencia en la creación de empleos, la investigación señala que respalda una estabilidad en los ingresos laborales y que la ganancia real del salario por cuenta de su aumento por encima, tanto de la inflación observada el año previo como de la del año en curso, también es un factor positivo para el consumo privado.
Y frente al flujo de ingresos alternativos de los hogares, lo que también ha mostrado señales de mejora, se observan dos comportamientos: por un lado, el avance en la entrada de remesas representa mayores recursos para el 18% de la población del país. En tanto, el presupuesto de transferencias monetarias ascendió 61% en 2024 frente a 2023 al ubicarse en COP$10,7 billones, favoreciendo el consumo de la población vulnerable.
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Por el otro, los ingresos de los hogares por concepto de rendimientos financieros, de acuerdo con el Dane, pasaron de ser 2,1% del PIB entre 2017 y 2019 a 3,2% en el inicio de 2024, dadas las mayores tasas de interés.
“Las condiciones descritas permitirían una mayor disposición de compra de los hogares que, de darse, sería un gran impulso para la actividad económica. Para que lo anterior se materialice es necesario que los hogares recuperen sus niveles de confianza, por lo que las políticas del Gobierno en función de esclarecer el panorama económico y social son deseables”, concluye el Banco de Bogotá.