Inflación en Colombia: ¿Por qué no se puede cantar victoria si comenzó a ceder?

Si bien el dato de abril muestra desaceleración en el alza de precios aún hay temas pendientes por resolver que pueden desencadenar que los precios vuelvan a acelerarse

Por

Bogotá — Aunque desde el Gobierno se ha hecho mucho ruido tras el positivo dato de inflación de abril en el que se observa que el ritmo al que venían creciendo los precios comenzó a ceder, aún es muy temprano para cantar victoria.

Lo primero que se debe aclarar es que a diferencia de lo que algunos funcionarios de Gobierno han dicho, la inflación no está siendo negativa, sino que está aumentando a un menor ritmo del que traía lo cual es positivo pensando en que en un horizonte de 18 meses pueda volver a situarse en el rango de 2% a 4% que maneja el Banco de la República y quizá en su meta del 3%.

El Índice de Precios al Consumidor en los últimos 12 meses es de 12,82%, inferior al 13,3% que se registraba en el país el mes anterior. El objetivo del Gobierno, según el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, es que termine el año en un dígito, posiblemente, alrededor del 9,5%.

Sin embargo, a pesar de que la inflación ya muestra una senda dirección hacia la meta, aún hay temas por resolver que podrían hacer que los precios vuelvan a acelerarse si no se logran contener a tiempo

De hecho, Daniel Velandia, director de Investigaciones Económicas de Credicorp Capital, advierte que “en general, servicios siguen aumentando. El efecto del salario mínimo se ve reflejado ahí en particular”. Y es que hay que recordar que con la inflación del 13,1% que se obtuvo al cierre del año pasado el Gobierno decidió que el incremento del salario mínimo fuera del 16%.

Pero más allá de los servicios, Velandia advierte que la inflación aún tiene grupos comportándose de una manera ascendente que podrían terminar teniendo un efecto significativo sobre los precios. “hay que tener en cuenta que 6 de las 12 divisiones consideradas en la canasta del IPC presentaron variaciones mensuales superiores al 1%”, dice el economista de la firma comisionista.

Los grupos que crecieron más del 1% son: bebidas alcohólicas, transporte, Alojamiento, muebles, restaurantes y salud, pero es lo relacionado con transporte lo que más atención despierta de cara al futuro de la inflación.

Desde octubre pasado iniciaron los incrementos de precios en la gasolina, inicialmente los aumentos fueron de $200, pero con el pasar de los meses se han endurecido, primero a $400 y el más reciente fue de $600.

A pesar de que la gasolina ya subió unos $2.000, el ministro Bonilla ha advertido que los incrementos se tendrán que prolongar durante por lo menos un año y medio para que se equipare el precio interno con los precios internacionales.

Los aumentos pendientes son de alrededor de $4.700 en la gasolina y de $8.800 en el diésel, el cual aún no entra en un ciclo de aumentos, pero que si la inflación da tregua es posible que en julio puedan darse los primeros movimientos en el precio.

¿Otra fórmula para la gasolina?

Dado que los incrementos en la gasolina deben mantenerse para poder cerrar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, está evaluando la posibilidad de que haya una nueva fórmula que defina el precio en la que solamente el combustible importado se tase a los precios internacionales y en donde el local se mida bajo otros criterios.

“Buscaríamos entonces mecanismos para focalizar en los más pequeños, los que más necesitan, en algún momento discutimos si, por ejemplo, las motos pudieran tener un precio especial; si se construye un tercer precio de gasolina, o sea extra, corriente y otra, entonces esto es lo que estamos evaluando en este momento”, dijo la ministra Irene Vélez desde Portugal.

“Vamos a revisar la metodología porque hay una situación y es que la forma en cómo está construida la actual hace que toda la gasolina se valore al precio internacional, pero nosotros somos productores y, más o menos, el 50% de nuestra gasolina es nacional, que se mezcla con 50% de gasolina importada”, agregó Vélez.

Lo cierto es que para algunos expertos la idea que estudia el Gobierno no necesariamente indicará que haya una adecuada formación de precios.