Bogotá — La incertidumbre asociada a la Administración del presidente colombiano, Gustavo Petro, y a los cambios que propone al modelo económico del país han comenzado a apaciguarse de “forma notable”, con lo que la curva de riesgos idiosincráticos ha vuelto prácticamente al promedio luego de haber alcanzado un pico en el cuarto trimestre del año pasado, dijo en entrevista con Bloomberg Línea el economista jefe de JP Morgan para el Cono Sur y región Andina, Diego Pereira.
“Ese indicador de incertidumbre en lo que va del año básicamente ha vuelto prácticamente al promedio desde el 2010. Es decir, con razón o sin razón, lo podemos debatir, pero la incertidumbre asociada a la Administración Petro y a los cambios posibles que podemos ver en el escenario económico ha disminuido en forma notable en lo que va del año”, manifestó el ejecutivo del que es considerado el banco más grande de Estados Unidos.
Pereira hizo el símil con lo ocurrido en Chile al indicar que “ese salto en incertidumbre idiosincrática comienza a darse con los disturbios sociales en Colombia”, que se iniciaron el 28 de abril de 2021 durante la Administración de Iván Duque (2018-2022) por una fallida reforma fiscal, “y tiene su pico en la elección” del mandatario de izquierda Gustavo Petro.
Parte de la caída del riesgo idiosincrático responde a que los mercados estarían descontando el hecho de que la Administración Petro “perdió esa capacidad de alinear la coalición para con las otras reformas sociales”, luego de haber sacado con éxito la tributaria.
Para el economista jefe en JP Morgan los escándalos políticos que la Administración ha sufrido en los últimos meses y que derivó en esa ruptura de su bloque “también ha ayudado a que desde afuera se entienda que la capacidad política de volver a realinear una coalición en el Congreso también la ha disminuido”.
“Al ver que el Gobierno perdió la capacidad de articulación, se asume desde afuera que las reformas no se van a aprobar o que si se aprueban alguna de estas sería mucho más moderado de lo que inicialmente se presentó”, dijo.
Considera que este hecho podría ser favorable para la disminución de ese riesgo idiosincrático en la medida en la que el mercado ve con preocupación algunas de las reformas que se están tramitando actualmente por el impacto fiscal particular que estas podrían generar.
De acuerdo a cifras de la corporación financiera Corficolombiana, el déficit fiscal del Gobierno Nacional Central sería de 4,3% del PIB en 2023, mayor al 3,8% previsto previamente a pesar de las dos reformas tributarias aprobadas pospandemia y del recaudo extraordinario del sector petrolero.
“Con estas cuentas, el desbalance fiscal de Colombia será mayor que en otros países de la región”, según Corficolombiana.
En todo caso, Diego Pereira considera que mantener el riesgo idiosincrático dentro de los rangos históricos puede ser sostenible: “No vamos a volver a lo que pasó en la segunda mitad del 2021-2022, ese salto tan evidente que se vio en la serie”.
El dólar en Colombia
Una menor Incertidumbre en Colombia también podría seguirse reflejando en esa fortaleza del peso colombiano (COP) frente al dólar, por lo que desde JP Morgan ven que los precios se seguirán alejando de los máximos de $5.000.
La proyección del banco es que el dólar en Colombia se ubique para final de año entre $4.300 y $4.400.
Consultado acerca de los factores que podrían provocar que la tasa de cambio volviera a niveles del tercer trimestre del año pasado, se refirió a “un escenario totalmente diferente en cuanto al ambiente político” local o a una recesión global.
Subrayó que este segundo factor de riesgo se viene disipando a raíz de señales como la inflación en EE.UU., que se ubicó en el 3% interanual en junio.
Antes de que se conociera el dato en EE.UU., el economista jefe en JP Morgan veía una probabilidad de recesión global no menor de 35%-40% para la segunda parte del 2024, pero a raíz del resultado de inflación en ese país “esa probabilidad se ha disminuido”.
Inflación en Colombia
El vocero en JP Morgan destacó que el país sudamericano haya podido conseguir una desaceleración de la inflación en términos secuenciales y anuales, unos 20-30 puntos básicos por debajo de las expectativas.
“El número de junio es un poco diferente porque la desaceleración no solo vino explicada por alimentos, tuvimos desaceleración en servicios, por ejemplo. Gasolina y energía va a seguir manteniendo esa tensión inflacionaria”, destacó.
A pesar de esto, el ejecutivo consideró que esa desaceleración de la inflación núcleo en ramas como la de servicios se tiene que confirmar en julio y en agosto.
“Si yo miro la inflación de los últimos tres meses en relación con los tres anteriores, y la anualizo, ahí estamos en 9%. Generalmente, el mirar cómo viene la inflación de un trimestre al período inmediatamente anterior te da una mejor idea de la tendencia para la inflación medida en términos anuales”, explicó Diego Pereira.
Con base a este análisis, proyecta que la inflación en términos anuales se va a seguir desacelerando y llegue estar en alrededor al 8,5% para diciembre de este año.
El posible golpe del fenómeno de El Niño
No obstante, la llegada del fenómeno de El Niño, que podría presionar el costo de los alimentos ante las sequías que golpearían a las zonas productoras, supone un riesgo adicional en ese pulso contra el aumento del costo de vida.
Pereira manifiesta que la presión inflacionaria de El Niño impacta también en los energéticos, lo que coincide con los incrementos a los combustibles que viene haciendo el Gobierno colombiano para estabilizar el fondo que subsidia los precios.
Pero a pesar de tener estas variables en consideración, el economista jefe en JP Morgan indica “que es muy difícil cuantificar el impacto de El Niño”, teniendo en cuenta los episodios del pasado, por lo que las proyecciones se podrían ver trastocadas.
“Si no tuviésemos el riesgo de El Niño, con el dato de junio se hubiese recortado por lo menos 50 puntos básicos de esta proyección. Pero como tengo la incertidumbre de El Niño y esta incertidumbre es inflacionaria, en el margen mantuve el 8,5%, asumiendo un fenómeno moderado. Si efectivamente tenemos El Niño y se muestra con un impacto importante, tendremos una inflación más alta y un crecimiento más bajo”, añadió.
¿Margen para el Banrep para bajar tasas?
Diego Pereira contó en la entrevista que desde hace meses tiene una expectativa inflacionaria por debajo del consenso local y que ha sido de los que más ha insistido en JP Morgan con que los bancos centrales de Sudamérica comenzarían a recortar sus tasas de política monetaria desde el final del segundo trimestre y principios del tercer trimestre, pero pensando en mercados como Chile, Perú o quizá en Brasil, pero no en Colombia.
En el caso del país andino, expuso que las recientes señales de moderación de la inflación no serían suficientes como para que el Banco de la República decida comenzar a bajar tasas en esta coyuntura.
“Es verdad que la tasa real es la más alta de los ciclos modernos de política monetaria de los últimos 20 años, más alta que en el ciclo del 2008-2009, pero todavía tenemos un escenario en el que, si bien la economía se viene desacelerando, las holguras, es decir, el nivel de actividad con respecto a su nivel potencial está por encima. No hemos visto un aumento importante de la tasa de desempleo, tenemos una política fiscal que sigue siendo expansiva”, comentó.
Con este panorama de presiones inflacionarias que aún persisten, dice que lo más conveniente sería esperar a que se consolide la desaceleración de la inflación núcleo en el tercer trimestre del año y ahí sí comenzar un ciclo de recorte de tasa política monetaria con “cortes relativamente importantes”.
Desde JP Morgan proyectan un primer corte en octubre próximo de 75 puntos básicos y dependiendo de la coyuntura externa y local podría ser de 100, a medida que se consolida esa desinflación.
Anticipan, que la tasa para final de año podría ubicarse en el 11,75%, aunque puede ser más baja dependiendo de los factores citados.
“El Niño puede contaminar la posibilidad de que el banco central empiece a recortar la tasa en el cuarto trimestre del año. El riesgo de El Niño es otro de los factores que me haría a mí, si estuviera en el directorio, esperar. (…) Si empiezo a recortar porque la inflación headline empieza a desacelerar, pero la inflación núcleo no, ahí quedo atrapado en el performance de la inflación headline, del precio de los alimentos, de que puedan rebotar, estoy dando una señal que puede ser nociva al mercado dado el riesgo, sino me enfoco en la inflación núcleo”, remató.
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