Bloomberg — La cocaína, la migración y la paz serán los temas destacados en la agenda cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, reciba al líder colombiano, Gustavo Petro, en la Casa Blanca el jueves.
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Petro, el primer presidente de izquierda de Colombia, conduce al país en direcciones radicalmente nuevas en aspectos como la guerra contra las drogas, la política exterior y su modelo económico.
Para Biden, el objetivo es asegurarse de que Colombia siga siendo un aliado cercano de Washington, para evitar una mayor erosión de la influencia estadounidense en América Latina y que China avance en la región.
Estos son los principales aspectos:
Cocaína
Petro es presidente del mayor productor de cocaína del mundo y Biden está a la cabeza del mayor consumidor del narcótico.
Petro ha criticado repetidamente la guerra de Washington contra las drogas, diciendo que es un fracaso que ha generado violencia en América Latina sin frenar la adicción y las sobredosis en Estados Unidos.
Petro busca el respaldo de Biden para un nuevo enfoque. Pero después de ocho meses en el cargo, hay consternación entre demócratas sénior por el hecho de que Petro no haya aclarado cómo planea abordar la creciente producción de drogas, según Adam Isacson, de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos, que estudia la política estadounidense hacia la región.
Petro quiere apuntar a los grandes traficantes y lavadores de dinero, mientras ayuda a los agricultores pobres con cultivos ilegales a sembrar otra cosa. Pero todavía no hay un plan detallado con un presupuesto y objetivos claros que la Administración Biden pueda respaldar, dijo Isacson.
En los dos primeros meses del año, la erradicación colombiana de coca, la materia prima para producir cocaína, cayó un 93% respecto al año anterior, una posible fuente de fricciones entre Petro y EE.UU., que ha proporcionado a Colombia miles de millones en ayuda militar para la lucha contra las drogas.
Venezuela
La política de Washington hacia Venezuela no ha sido más exitosa que sus intentos de frenar el flujo de las drogas. Aquí también, Petro busca un nuevo enfoque.
Las sanciones económicas impuestas por EE.UU. desde 2017 agravaron la crisis humanitaria de Venezuela, poniendo a prueba a Colombia, que ha recibido a unos dos millones de migrantes del país vecino. Pero las sanciones no han logrado su objetivo de acabar con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Petro ha respaldado el llamado de Maduro de poner fin a las sanciones y, como conducto no oficial entre EE.UU. y Maduro, busca el respaldo de EE.UU. a sus esfuerzos por reiniciar las conversaciones entre el Gobierno de Venezuela y la oposición, con la esperanza de realizar elecciones justas en 2024.
La invasión de Rusia a Ucrania y la rápida inflación estadounidense significan que Biden acogería una mejora de las relaciones con Maduro, lo que podría reducir los precios del combustible y abrir la puerta a la inversión de compañías petroleras estadounidenses, dijo Gabriel Silva, exembajador de Colombia en Washington.
Poder creciente de China
A las autoridades de Washington les “preocupó y alarmó” el viaje del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a Pekín este mes, y están dispuestos a negar una apertura a China en Colombia, dijo Isacson.
Colombia ha sido tradicionalmente el aliado más fuerte de EE.UU. en la región, y Biden intentará reforzar estos lazos, aunque Petro forje relaciones más estrechas con los Gobiernos de Venezuela y Cuba.
“Observamos mucha preocupación de que Petro podría crear una oportunidad para los poderes de la competencia”, dijo Isacson.
La paz
Petro buscará el respaldo de Biden para su plan “Paz total”. Espera que a través de conversaciones con varios grupos guerrilleros y cárteles del narcotráfico, cuyos ejércitos dominan franjas de territorio, pueda poner fin a seis décadas de conflicto interno.
El respaldo de Biden ayudaría a Petro a convencer sobre esta controvertida política en Colombia, según Silva.
“Si Biden apoya a Petro en el programa Paz Total, sería muy difícil que los que no comparten sus políticas afirmen que está fortaleciendo el crimen organizado o favoreciendo la expansión de economías ilícitas”, comentó Silva.
Migración
Cientos de miles de venezolanos que viven en Colombia están a la espera de permisos que les autoricen trabajar legalmente y acceder a los servicios públicos. Ante dificultades económicas y hostilidad, miles de ellos caminan ahora hacia Panamá cada mes, a través de la selva, antes de continuar hacia EE.UU.
EE.UU., Colombia y Panamá llegaron a un acuerdo este mes para tratar de frenar estos flujos. Biden quiere encontrar formas de reducir la cantidad de inmigrantes que llegan a EE.UU. antes de las elecciones presidenciales del próximo año.