Bogotá — Se espera un aumento en el precio del diésel próximamente para contrarrestar el aumento del déficit del Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC).
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El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, indicó que si no se hace un ajuste al precio del diésel, el déficit del FEPC, podría llegar a COP$12 billones.
Por lo que, aseguró, habrá un ajuste de forma gradual, que se hará también con el fin de evitar consecuencias negativas para la inflación.
Si bien no se sabe de cuánto puede ser el aumento del diésel, se espera que para ello se haga un acuerdo con los transportadores de carga.
“Si el diésel se ajustara de golpe, que nadie lo va a hacer, sería 1,4 puntos en la inflación porque es un impacto indirecto, es un indirecto mal formulado porque cuando nos dicen en el sector transporte que eso afecta, se generan sobrecostos en todo”, señaló Bonilla.
En cuanto al precio de la gasolina, el Minhacienda manifestó que se hará un análisis para determinar si se hace un nuevo incremento en el galón. Esto, debido a que el precio se calculó con un barril de petróleo de entre US$76 u US$82, y hoy está en cerca de US$93.
Recordemos que durante la más reciente Junta Directiva del Banco de la República, el jefe de la cartera de economía indicó que se está revisando si realmente la brecha de precios de la gasolina está totalmente cerrada o si hay algún espacio abierto para poder hacer un ajuste. Sin embargo, no precisó cuánto tiempo puede durar esa revisión.
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Proyecto para flexibilizar la regla fiscal
El Ministerio de Hacienda también anunció que presentará al Congreso de la República un proyecto de ley para flexibilizar la regla fiscal. Con lo que se pretende modificar los topes de endeudamiento del país y tener así más gastos para inversión.
Al respecto, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, comentó que no es una buena idea porque la regla fiscal ya es lo suficientemente flexible. “Colombia, después de la pandemia, completa ya cuatro años consecutivos con déficit fiscal por encima del 4% del PIB. Es más, en este 2024 el gasto en funcionamiento e inversión, sin incluir el pago de intereses, va a ser cercano al 20% del PIB que, en términos de tamaño de la economía, es el segundo más alto en toda la historia, superado solo por el año 2020, año de la pandemia”.
Adicional a eso, dijo que el Gobierno planteó una meta de déficit fiscal de 5,3% del PIB, superior al observado en 2023. “Un déficit cercano a los COP$80 billones, luego, la regla fiscal es lo suficientemente flexible”.
Para Mejía, lo que se requiere no son más recursos sino “acelerar la ejecución del presupuesto, garantizar que se ejecute de forma efectiva, y no continuar eventuales flexibilizaciones o aumentos del gasto del Gobierno Nacional porque no existe espacio para hacerlo”.