Fenómeno de la eterna juventud: ¿qué es y cómo afecta a millennials en Latinoamérica?

¿Los profesionales jóvenes le han dado la espalda a los ‘hitos’ tradicionales de la vida como comprar carro o casa, casarse o tener hijos o simplemente se alejan de ellos por no poderlos costear?

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Bogotá — Los disparados precios de la vivienda, el alto costo del crédito ante tasas de interés históricamente elevadas, la inestabilidad laboral, entre otros factores, llevan a millones de millennials en Latinoamérica a la “eterna juventud”, un fenómeno que se presenta cuando esta población se ve obligada a retrasar ciertos ‘hitos’ tradicionales de la vida adulta debido a las condiciones económicas y sociales de este siglo.

Los millennials llegaron a la edad adulta, les han comenzado a aparecer canas y se estima que en el 2025 representarán el 75% de la fuerza laboral; no obstante, este tránsito se ha dado en medio de cambios en la economía global, el mercado laboral y la sociedad que les ponen barreras para acceder a trabajos estables y bien remunerados.

De acuerdo a una encuesta global de la firma de recursos humanos Adecco, los millennials tienen el mayor porcentaje de empleados que no trabajan en la oficina que se preocupan de que su salario no sea suficiente para cubrir el aumento del coste de la vida (68%). Entre el personal de oficina, tienen la segunda mayor proporción de empleados preocupados con el 67%, solo por detrás de los del Gen Z (68%).

Y es que antes de sufrir el golpe de la pandemia, surgieron otra serie de transformaciones que cambiaron el modelo de la economía, como la globalización, la precarización del empleo y ahora la automatización.

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Estos mismos factores, de acuerdo a los expertos, los ha llevado a priorizar el desarrollo personal y profesional, al mismo tiempo que están en la búsqueda de experiencias y un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

Esto, su vez, ha generado profundas transformaciones en las tendencias de consumo, según explican expertos a Bloomberg Línea.

Los millennials tienen una mala reputación, ya que a menudo se les considera poco responsable desde el punto de vista financiero por favorecer el gasto frívolo en lugar del ahorro. Los millennials tienen grandes expectativas, pero también son proactivos cuando se trata de la planificación financiera y ya no son los jóvenes veinteañeros que a menudo se piensa que son

Director ejecutivo del Centro de Conocimiento del Inversor de Natixis, Dave Goodsell, para el informe Five Financial Truths about Millennials at 40

Ya un artículo de la Fed apuntaba a que “los millennials están menos acomodados que los miembros de generaciones anteriores cuando eran jóvenes, con ingresos más bajos, menos activos y menos riqueza”.

Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública de la Universidad del Rosario, reflexiona en entrevista con Bloomberg Línea que “cada vez más profesionales jóvenes tienen más incertidumbre de su futuro” y que la pandemia fue un detonante de la ansiedad y depresión para estas personas, varias de las cuales consideran que “no se están dando oportunidades en el mercado laboral y en las instituciones para poder alcanzar las metas que se proponen”.

Esto se traduce, agregó, en que estas generaciones están aplazando (o incluso descartando) decisiones como la de tener hijos. Esto se refleja en la caída de natalidad en países latinoamericanos como Colombia, en donde los nacimientos bajaron de 616.914 en el 2021 a 569.311 en el 2022.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en el cuarto trimestre del año pasado los nacimientos cayeron en Colombia en todos los grupos de edad de la madre, con descensos del -11,6% para las personas de 20 a 24 años, del -5,8% para aquellas de 25 a 29 años o del -1,9% para las mujeres del rango de 30 a 34 años.

Para el especialista, hay una importante porción de esta población que encuentra que “hay una injusticia en el salario, sienten que todo el esfuerzo del tiempo que le han invertido al estudio en la universidad, el esfuerzo económico que hicieron sus padres, y que a veces les toca a ellos mismos directamente, no se ve compensado con el salario que se ofrece”.

Asimismo, se refirió al acceso al crédito y manifestó que en el caso de la vivienda asumir deudas de 30 años para los millennials es “insostenible”, cuando no están entre los de mayores ingresos.

La tecnología pone más presión al mercado laboral. ¿nuevo desafío para los millennials?

El ‘boom’ global de la automatización puede representar un nuevo reto para el mercado laboral y la población económicamente activa de Latinoamérica.

“El futuro es un poco más complejo debido a la transformación digital o industrias 4.0, ya que cifras de la Unesco indican que se van a automatizar muchos procesos”, dice a Bloomberg Línea la doctora en Economía en la Universidad del Rosario, Clara Inés Pardo.

La académica cita esas cifras para indicar que actualmente los procesos se realizan en un 75% por humanos y 25% por máquinas y soluciones de tecnología.

“Y se estima que en el 2030 será 50% humanos y 50% máquinas y tecnología. Esto implica que un 25% de los empleos globales se perderán y surgirán otros nuevos, para la cual se deberá preparar la población joven o económicamente activa para que puedan responder a estos requerimientos del entorno”, analizó.

Una generación enfrentada a una menor capacidad de compra

El fenómeno de la “eterna juventud” se relaciona también con un ciclo marcado por la alta inflación y una era en los que los jóvenes se enfrentan a una menor capacidad de compra en comparación con sus padres.

El director de la división de Business Solutions de la firma de recursos humanos Adecco Colombia, Estheban Acevedo, dice a Bloomberg Línea que “lo que antes se podía comprar con $1 millón, hoy seguramente no se puede adquirir con ese mismo dinero. Uno de los factores más importantes a contemplar en la capacidad de compra es el crecimiento de los salarios con respecto al aumento en precio que han tenido varios de los productos o servicios de la vida cotidiana”.

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“Ahora, los millennials han visto un impacto aún mayor, porque están en un mercado laboral que se ha visto altamente afectado por los costos, incrementos de precios, y aumento de tasas de interés de diferentes sectores. Seguramente, un joven que se compara con sus padres, quienes en su época apostaban por comprar una vivienda y un automóvil propio, hoy no contempla un plan de financiación a largo o mediano plazo, porque las cuotas financieras son muy altas, lo que genera menos oportunidades para adquirir activos de este tipo o bienes de alto valor”, apuntó.

Frente a las oportunidades de trabajo, matiza que si bien las empresas buscan personal altamente calificado para llenar sus vacantes, es la experiencia laboral la que tiene mayor peso durante un proceso de selección: “Hay empresas que actualmente están invirtiendo tiempo y recursos en la formación de sus empleados más jóvenes, contemplando que, en un futuro, puedan conseguir mejores posiciones y por ende, remuneraciones superiores, una vez tengan la experiencia laboral adecuada para la organización”.

“Hay sectores en los que las oportunidades laborales se han reducido, porque las empresas buscan cada vez más generar eficiencia en sus operaciones. Esto produce que algunas posiciones vayan disminuyendo, o desapareciendo, pero que otras surjan. Los candidatos y trabajadores latinoamericanos deben mantenerse activos y actualizados de acuerdo con la evolución del sector en el que laboran. Es probable que las personas que no evolucionan a la par del mercado, se queden sin oportunidades laborales, lo que va a minimizar cada vez más su poder adquisitivo”, ahondó.

¿Una generación más educada, pero sin las mismas oportunidades que sus padres?

A pesar de su preparación académica, en regiones como Latinoamérica los millennials se enfrentan desde hace años a condiciones laborales precarias y a falta de oportunidades, lo que derriba muchos de los estereotipos que se han construido alrededor de su compromiso y sus metas financieras.

A finales de 2018, por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó una encuesta según la cual un 38% de los millennials en Latinoamérica trabajaba, pero la mayoría lo hacía en condiciones precarias.

“Efectivamente en estas últimas décadas se observa una mayor formación por parte de la juventud, ya que encuentras que muchas personas antes de los 30 años ya cuentan con pregrado y postgrado, pero no logran encontrar oportunidades óptimas o deben conformarse con bajos salarios”, dice al respecto Clara Inés Pardo, de la Universidad del Rosario.

Asocia todos estos fenómenos a una serie de factores que van desde el incremento de la edad promedio que vive la población y a las fallas en la gestión del relevo generacional.

Otro elemento, dijo, tiene que ver con que los programas educativos “no son tan dinámicos como el entorno, lo que hace que en muchos casos los nuevos profesionales sufran de obsolescencia prematura”.

Esto, a su vez, genera que “estudien más y no logren responder a las expectativas del mercado laboral. También se puede observar que no se está formando para la recursividad y ver opciones no solo de buscar empleo, sino cómo generarlo, es decir, cómo se logran fomentar nuevos negocios, agregar valor a los commodities que se producen y demás”.

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