Bogotá — El comienzo del fenómeno de El Niño mantiene en alerta a los productos agrícolas y a los ganaderos en Colombia, ante una probable disminución de las lluvias de entre el 30% y 60% y condiciones de sequía que podrían impactar principalmente los cultivos de ciclo corto, generando un coletazo en el precio de los alimentos.
En un momento en el que Colombia libra una batalla frontal contra la inflación por medio de una receta basada en tasas de interés más altas, el fenómeno de El Niño podría generar presiones adicionales a los agricultores y al bolsillo de los colombianos.
De acuerdo a cifras de la corporación financiera Corficolombiana, la actividad económica del sector agropecuario crece 0,5 p.p. menos en períodos del fenómeno de El Niño.
La doctora en Economía en la Universidad del Rosario, Clara Inés Pardo, expone a Bloomberg Línea que el fenómeno de El Niño puede afectar actividades relacionadas con las condiciones climáticas como la agricultura o la producción de energía (hidroeléctricas).
“Por ello, cuando llega puede alterar los ciclos de producción agrícola, generando escasez en productos de la canasta básica, lo cual puede incrementar su precio y aportar a la inflación. En su defecto, muchos agricultores se abstienen de sembrar porque prefieren evitar pérdidas, lo cual reduce la oferta y por consiguiente se puede aumentar el precio”, dijo.
“Bajo un escenario de El Niño moderado, la inflación cerraría el 2023 en dos dígitos; sin embargo, la disminución de tarifas en educación superior y la apreciación del peso colombiano mitigarían parte de las nuevas presiones”, indica.
Ricardo Arenas, consultor Agroindustrial y Ganadero, dijo a Bloomberg Línea que las acciones del Gobierno para mitigar los efectos de El Niño normalmente “deberían estar encaminadas a resolver de forma más estructural la afectación del fenómeno”, pero dado que este está muy cerca, deben considerarse diferentes medidas por parte de los productores.
Si se habla de perdedores por El Niño, los agricultores podrían verse afectados por problemas con sus cosechas o reducción de productividad en los cultivos y el consumidor final por escasez de productos que pueden traducirse en alza de precios.
Clara Inés Pardo, doctora en Economía en la Universidad del Rosario
“Básicamente, tiene que ver con temas de distritos de riego, hacer campañas de educación para el manejo de aguas, la capacitación de los ganaderos frente a cómo sobrellevar temas de manejo animal, de praderas y aspectos de carácter nutricional”, afirmó el también coordinador de Cadenas en la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).
Para el especialista, es clave que desde el Gobierno se incentiven programas de implementación de sistemas silvopastoriles de ganadería sostenible, así como reforzar el acceso a financiación para solucionar los problemas de los próximos meses con “figuras crediticias que les permitan pagar una vez se haya solucionado estas crisis”.
“También se deben incluir posibilidades de acceder a crédito para implementar acueductos ganaderos que optimizan la utilización del agua”, apuntó.
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Preparación para el fenómeno de El Niño en Colombia
El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, señaló en conversación con Bloomberg Línea que en un contexto de fenómeno de El Niño deben retomarse acciones como la del aseguramiento de las cosechas.
“Si pierdo mi cosecha, pero la tengo asegurada, el seguro me va a responder. Y recupero un dinero que me puede compensar en parte el que perdí y me va a permitir pagar los créditos que deba o volver a empezar para el semestre que viene”, dijo.
En abril pasado, el Gobierno colombiano asignó $95.000 millones para seguros agropecuarios y con esto proteger las inversiones de los productores.
Pero desde la SAC consideran que si bien estos esfuerzos son importantes, son insuficientes, pues estos recursos solo alcanzarían para cubrir unas 300.000 hectáreas y el país tiene una frontera agrícola de 40 millones de hectáreas.
“También hay que motivar más la cultura del aseguramiento y generar más competencia, que más compañías de seguros participen, porque esa es una herramienta de mitigación de lo que ocurra, pero que le puede resolver parte de la problemática al productor, porque igual él va a tener que hacer algo el semestre que viene si está en un cultivo corto”, explicó Jorge Bedoya.
En este sentido, manifestó que “la preparación frente a lo que se viene es con las medidas que se toman en la finca, pero la mitigación de los posibles efectos requiere también una preparación del Gobierno”.
Desde la SAC expresaron que es clave que el Gobierno contribuya a subsidiar parte de estas pólizas de seguros para los pequeños y medianos agricultores.
Otras fuentes del sector y que prefirieron no ser citadas, dijeron que una alternativa en caso de que el fenómeno de El Niño se recrudezca podría ser la condonación de créditos, lo que sería más factible a través de la banca pública con el Banco Agrario, pero más desafiante en las instituciones privadas.
En opinión de la directora ejecutiva de la Cámara que representa a las industrias colombianas de trigo y derivados Fedemol, Pilar Ortiz, “Colombia desde hace años ha venido sufriendo por fenómenos climatológicos como El Niño y nunca nos hemos preparado como país”.
“Colombia debería trabajar en sistemas de riego eficientes, infraestructura de almacenamiento y organización de las cosechas para hacerle frente a fenómenos como El Niño. Los sistemas de riego ayudan a mitigar el impacto de los períodos de sequía, la infraestructura de almacenamiento y organización de las cosechas conlleva a poder cultivar en los meses del año en los que no hay este tipo de fenómenos climáticos y luego poder almacenar”, apuntó.
De acuerdo a información divulgada por la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercados de Bancolombia, los pronósticos del índice de condiciones climáticas refuerzan que la mayor incidencia del fenómeno de El Niño se concentra en el cuatro trimestre del año.
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