Exclusiva: Salario mínimo 2025 será clave para que inflación llegue a la meta, dice Taboada

Bibiana Taboada, codirectora del Banco de la República, habló con Bloomberg Línea de las preocupaciones que aún genera la inflación a pesar de que el dato reciente de agosto arrojó una variación mensual de 0%

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Bogotá — Para el presidente Gustavo Petro no hay excusa para que el Banco de la República no acelere el ritmo de los recortes de tasas de interés luego de que la inflación mensual de agosto fuera de 0%, pero para Bibiana Taboada, codirectora del Emisor, ese camino aún no está despejado totalmente.

En entrevista con Bloomberg Línea, Taboada dejó claro que en el Índice de Precios al Consumidor aún hay aspectos inquietantes que deben ser revisados por la Junta al momento de tomar su próxima decisión de política monetaria que está programada para el lunes 30 de septiembre.

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“Todavía hay algunos elementos que generan inquietud. Dentro del IPC. Yo destacaría el tema de servicios”, dijo Taboada, quien explicó que, en Colombia, al igual que en otros países, la inflación de servicios ha sido muy persistente. “A pesar de que el pico de inflación de servicios no fue tan alto como el pico de inflación de bienes, el ritmo de convergencia otra vez a la meta, ha sido muy lento. O sea, la inflación de servicios se mantiene, llegó a un punto de 9% y hoy está escasamente debajo de 8%”.

Agregó que eso se debe a la indexación de la economía colombiana. Por ejemplo, dice la codirectora, “aún hay arriendos que se están ajustando y lo hacen con el 9% que fue la inflación del año pasado”. Otro ejemplo, dice Taboada, son las comidas por fuera del hogar, “esa inflación está sobre 9% y tiene que ver con la indexación del salario mínimo del año pasado que aumentó muy por encima de la inflación, al 12%”.

Asegura que otros rubros como regulados aún están altos, pero ya pasaron “el ajuste duro” y que por tanto la expectativa es que bajen, aunque reconoce que “podría haber algo en las tarifas de energía. Hay un poco de incertidumbre en ese sector, sumado a que todavía tenemos un clima muy seco”.

Este jueves el alcalde de Bogotá podría anunciar incrementos en el costo de metro cúbico de agua para desincentivar el consumo dado que los embalses que surten la ciudad aún no alcanzan los niveles necesarios para garantizar el servicio. Pese a ello, Taboada dice que “sería una medida local y eso podría mitigar su efecto, pero es mejor esperar a conocer bien de qué se trata para poder analizarlo”.

El efecto de los camioneros

A pesar de que el paro camionero duró apenas una semana, poco si se compara con 2016 cuando superó los 50 días, para Taboada esos bloqueos a los que sometieron el país son los más perjudiciales para la inflación.

“Si hay algo que realmente afecta la inflación, son esos bloqueos. Mucho más que lo que afecta el incremento del ACPM que, además, vale decir es algo necesario. El precio de ACPM ha estado congelado desde 2020, con unos efectos fiscales muy, muy preocupantes. Y sí, tiene algunos efectos inflacionarios, pero efectos que son creo yo bastante reducidos o marginales y que ya estaban contemplados por el equipo técnico del banco, los analistas y el mercado”.

3%, el destino final

El banco ha enfatizado en que su objetivo es que durante el 2025 la inflación retorne al 3%, meta establecida como objetivo. Sin embargo, para la integrante de la Junta, en el camino aún quedan grandes desafíos por sortear, entre ellos, el dólar y el riesgo país.

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“A mí me preocupa el tema de variables relacionadas con la posición externa de Colombia como son el riesgo país y la tasa de cambio. Recientemente la forma en la que se mueven esas variables es más sensible a lo que ocurre a nivel externo, en donde ha habido mucha volatilidad”, aseguró, e incluso, recordó que las proyecciones sobre las decisiones de la Fed en Estados Unidos han cambiado radicalmente varias veces a lo largo del año.

Pero también incluye entre sus preocupaciones el frente fiscal. “La situación fiscal es retadora a pesar del ajuste fiscal de 2023 que creo fue positivo. Algunos observadores, incluyendo el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, lo han advertido y eso a mí me preocupa en la medida en que pueda afectar variables como riesgo país, tasa de cambio, y el efecto que eso puede tener en inflación, y también hay otras variables como la deuda, en fin”.

Asegura que la situación retadora es una problemática que viene de tiempo atrás, pero que también obedece a factores coyunturales. “Ahí hay temas de sostenibilidad de la deuda, temas de inflexibilidad del gasto, temas de un servicio de la deuda que ha venido incrementándose, y temas también, de incertidumbre en relación con ingresos fiscales que, de acuerdo con algunos analistas, incluido nuevamente el CARF, podrían no materializarse”, sostuvo la codirectora.

La reforma tributaria que presentó el Gobierno Petro busca modificaciones en el frente fiscal, así como introducir al marco normativo colombiano una regla fiscal verde, sin embargo, Taboada explica que más allá de si hay justificación para hacerlo, “lo que se quiere es aval para endeudarse más”.

“Ambas cosas lo que buscan es poderse endeudar más. Y creo que esa situación será vista por inversionistas de esa manera, más allá de consideraciones de si es justificado o no”.

Lupa sobre el salario mínimo

La codirectora Taboada explica que una de las razones para que la inflación haya caída a un ritmo más lento del esperado está ligada a un aumento del salario mínimo más allá de lo recomendado, por eso, considera que la negociación de 2024, para el año entrante, será determinante para conocer la velocidad a la que la inflación podrá converger a la meta.

“Claro que hay que ajustar los salarios cuando hay inflación, el problema viene cuando esos ajustes son mayores que la inflación observada como ha ocurrido en los últimos años. Eso de alguna manera lo que termina siendo es, sobre todo en una economía como la colombiana con altos niveles de indexación, un generador espirales inflacionarias muy fuertes, que resultan en una persistencia inflacionaria muy alta, lo que hace efectivamente más difícil la labor de la política monetaria”.

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Es por ello que considera que en la Junta “tenemos que observar muy de cerca qué pasa con el incremento del salario mínimo porque ello indicará de alguna manera qué tanta persistencia inflacionaria vamos a tener en el próximo año”.

En ese sentido, y pensando en si es o no el momento de acelerar el ritmo de recortes de la tasa de interés, Taboada dice que “observaremos lo que ocurre en el salario mínimo para tratar de entender cómo será la convergencia a la meta y cómo pueden continuar los recortes de la tasa de interés”.

Con las reducciones recientes de la inflación de 12 meses varios sectores, incluido el Gobierno, han pedido al banco acelerar los recortes, pero Taboada explica que “no sólo podemos observar las variables coyunturales, también hay que pensar en el mediano y el largo plazo, y en ese sentido tenemos que tomar las decisiones para garantizar la convergencia de la inflación a la meta y la convergencia de la actividad productiva hacia su potencial. El ritmo al cual llevaremos a cabo los recortes dependerá de cómo vemos que la economía y los precios en la economía se comportarán, no sólo hoy, sino a plazos mayores”.

Dato vs. Expectativas

Taboada reconoce que tradicionalmente el dato de las expectativas a uno y dos años ha sido clave para las decisiones de política monetaria, no obstante, asegura que la pandemia “volvió más difícil acertar con las proyecciones”.

Taboada explica que “en teoría uno da mucho más peso a las proyecciones y a las expectativas, tanto de inflación como de crecimiento, a 1 y a 2 años que a los datos contemporáneos. De alguna manera porque uno está pensando en el punto de llegada de la economía, uno quiere asegurar que el punto de llegada de la economía sea aquel donde el beneficio económico se maximiza”.

Pese a ello, reconoce que las proyecciones han perdido precisión y en ese contexto los datos contemporáneos han ganado más peso, con respecto a lo que tenían antes.

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha señalado que su objetivo es que la inflación y la tasa de política deben tener una diferencia de 300 puntos básicos. Sus cuentas apuntan a una inflación del 5,5% y que la tasa de política monetaria sea de 8,5% al final del 2024.

Taboada no se compromete con una tasa real preferida, pero explica que esta cambiará según como vayan aproximándose a la meta de inflación.

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“la postura de la política monetaria se irá ajustando de aquí a año y medio, dos años, de manera que aseguremos la convergencia de la inflación a la meta, y en ese proceso probablemente habrá tasas de interés reales diferentes”, concluyó.

Además, explicó que hay que evaluar con detenimiento una afirmación que se repite mucho en el país sobre el hecho de que las tasas de interés reales en Colombia son muy altas en comparación con otros países de la región.

Considera que se debe entender “en dónde están los países de la región en relación con su meta de inflación. La realidad es que muchos de nuestros pares regionales ya llegaron a su meta de inflación o están mucho más cerca de ella de lo que estamos nosotros”.

Pero, además, agrega que “nuestras tasas de interés reales, dependiendo de cómo las mida, y comparadas con otros países, están en el mismo nivel e inclusive, son menores que algunos de ellos”.