Bogotá — El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, insiste en que se requiere bajar las tasas más rápido. Su idea es que en las tres reuniones de política monetaria que quedan en 2024 los recortes sean de 75 puntos básicos, sin embargo, asegura que si la Junta no acelera el ritmo en septiembre será necesario bajar las tasas en 100 puntos en las reuniones de octubre y diciembre.
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En entrevista con Bloomberg Línea el ministro Bonilla dijo que desde el Gobierno se insistirá en que los recortes deben ser de 75. Ese es su plan A.
“Hasta ahora las decisiones no han sido homogéneas. Por mayoría se ha llegado a 50 puntos, pero hemos pedido 75 y vamos a seguir pidiendo que se siga bajando a ese nivel porque la situación económica permite hacerlo”.
Aunque varios codirectores del Banco de la República han insistido en que hay que seguir siendo cautos, y que todavía hay temas que pueden afectar la inflación, para el ministro en el aumento del ritmo de los recortes “no hay un salto al vacío”. Y advierte que “si queremos llegar a 8,5% (proyección de tasas al final del 2024) y solamente se bajan 50 en septiembre, habrá necesidad de 100 en los dos siguientes”.
Antes de terminar 2024, la Junta Directiva del Banco de la República tendrá que elegir gerente para los próximos cuatro años. Se espera que Leonardo Villar sea reelegido. Al preguntarle dos veces a Bonilla si apoyará la reelección del actual gerente, se limitó a decir, “el Gobierno no presentará candidato”.
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Inflación bajo control
Para Bonilla, la inflación está controlada más allá de los ajustes que aún están pendientes en materia de combustibles, y por ello ve espacio suficiente para bajar tasas con más fuerza.
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“Nos quedan por resolver los problemas de los combustibles. Esos riesgos siguen existiendo, los estamos controlando, y por eso nuestra expectativa es que la inflación este año termine alrededor de 5,3%, y en el 2025 debe llegar al rango del Banco de la República”, dijo el ministro.
La meta de inflación es de 3%, pero el banco central colombiano se siente cómodo con una inflación que se mueva en una banda del 2% al 4%, objetivo que desde 2019, no se cumple.
Algunos expertos consideran que la inflación puede volver a repuntar si el salario mínimo que se fije para 2025 supera ampliamente la inflación de este año, no obstante, para Bonilla el efecto salario no debe suponer un riesgo extraordinario para los precios.
En ese sentido, no descarta que el aumento salarial pueda ser mayor al IPC más un punto porcentual, que es lo que a su juicio ha sucedido históricamente en el país.
“Lo que se ha mostrado es que, a pesar de que el salario mínimo se incrementó por encima de la inflación, algo sustancial, la inflación se ha venido controlando. Y los hogares han tenido recursos con los cuales se puede ir gastando, desarrollando un poco más de consumo. La discusión del salario mínimo para este año, la histórica es, en Colombia se ha venido ajustando durante más de 50 años por el IPC más un punto. El interrogante es, comenzamos con el IPC más uno, en qué podemos terminar, buscando que se siga controlando el IPC”, explicó Bonilla.
Para el ministro de Hacienda el reciente resultado que entregó el DANE sobre la economía es muestra de que hay espacio para acelerar el ritmo de recortes.
“Nosotros creemos que el mejor instrumento para la reactivación económica es dar un mensaje más alentador sobre reducción de tasas”, y explica que el buen desempeño del PIB responde a que “la banca comercial ha comenzado a reducir tasas más allá de lo que ha hecho el Banco de la República. Eso en el mercado de vivienda ya está por debajo de la tasa de intervención”.
Para Bonilla, la diferencia entre inflación y la tasa de política debe ser de unos 300 puntos básicos, y enfatiza en que “está por encima de los 400 puntos, cuando realmente nosotros debemos pensar en tasas reales por debajo de 300 puntos”.
De hecho, para Bonilla, la Reserva Federal ya mandó un mensaje fuerte con la reducción de tasas de esta semana.
“La Fed dijo ayer 50 puntos, entonces, aquí hay un mensaje en el mundo. La expectativa es que sigamos reduciendo tasas. La inflación está controlada”.
Buenas sensaciones con el PIB
Esta semana se conoció que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está proyectando un incremento para el PIB de Colombia este año de 1,8%.
Esa proyección coincide con las de otros analistas, entre esos el equipo técnico del Banco de la República. Incluso del Gobierno que, aunque oficialmente no ha movido sus proyecciones, al interior del Ministerio de Hacienda si se barajan estimaciones más optimistas.
“Todas las muestras que ha tomado el DANE a lo largo del año vienen mostrando que la expectativa con que se arrancó el año ha venido mejorando”, dice el ministro, quien recordó que el Banco de la República empezó diciendo que este año podríamos crecer al 0,9%. “Hace tres meses subió a 1,4%. Ya está en 1,8%”.
Además, indicó que el Ministerio de Hacienda tiene un estimativo de crecimiento de 1,7% que todavía no ha ajustado.
”Faltan cinco meses para que el DANE nos brinde información completa, y con el consolidado del primer semestre y los datos del mes de julio, podríamos pensar en que el crecimiento en 2024 va a estar por encima del 2%. De hecho, el equipo del Ministerio de Hacienda ya está pensando en que podríamos llegar a 2,3%. Pero por ahora somos más cautos”.
Inamovibles del Gobierno
El Gobierno Petro presentó un presupuesto desfinanciado para 2025. Quiere que el Congreso apruebe COP$523 billones, pero hay COP$12 billones que se deben conseguir.
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En el trámite legislativo la discusión se augura compleja, pero el ministro Bonilla tiene claros los puntos en los que no se entrará a negociar con el Congreso.
“En los componentes innegociables los instrumentos para la reactivación económica que son estímulos como bajar la renta corporativa, estímulos para las energías renovables, estímulos para fortalecer el turismo municipios de menos de 200 mil habitantes, etcétera, eso es innegociable, todos esos son estímulos”, indicó.
Pero también asegura que hay temas en los que hay acuerdo sobre su necesidad. “Hay casi unanimidad en que tenemos que gravar todos los juegos de suerte y azar independientemente de que sean físicos o en plataforma. Hoy las plataformas no están gravadas. Eso es un error que debe corregirse”, sentencia Bonilla.
En donde sí están dispuestos a abrir el debate sobre la conveniencia es en los gravámenes para vehículos híbridos. “Toca revisar el tema de los vehículos híbridos porque están recibiendo un estímulo que no tiene ningún sentido si no que son realmente consumidores de gasolina y no generadores de energía”.
Bonilla sostiene que han entrado cerca de 24.000 carros híbridos que no son “enchufables” al sistema. Es decir, que el componente eléctrico realmente es muy bajo, marginal.
“Entonces no tiene sentido que tenga un tratamiento diferencial con los carros que normalmente vienen y consumen gasolina y no están diciendo que tiene algo eléctrico. Habría que revisar, eso sí, que entonces el estímulo se siga dando para los eléctricos y eventualmente para los híbridos que sí son enchufables”, aclara.
“No se trata de más deuda”
Dentro de la discusión de la reforma tributaria, o ley de financiamiento, los cambios a la regla fiscal y la incorporación de una denominada “regla fiscal verde”, han despertado muchas críticas.
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Sin embargo, para Bonilla esos cambios antes las calificadoras de riesgo deben tener un efecto neutral porque, a su juicio, “no se trata de más endeudamiento sino de un mejor uso de la deuda”.
Bonilla recuerda que la tributaria busca COP$12 billones, pero recalca que más de la mitad consiste en mover la vigencia de la regla del 2026 al 2025. “No son recursos adicionales, simplemente un mecanismo para hacer un mejor manejo de deuda, sabiendo que de todas maneras tenemos que pagar en el 2025 COP$112 billones de amortización y servicio de deuda. Eso lo que nos permite es manejar un poco mejor el rollover”.
Dice Bonilla que el cupo de endeudamiento del Gobierno ya está y los compromisos de deuda se están cumpliendo, “de hecho, la mayor discusión que tiene el presupuesto de estos tres años es que en el 2023 tuvimos que pagar COP$75 billones de deuda entre amortización y servicio, en el 2024 estamos pagando COP$95 billones y en el 2025 toca pagar COP$112 billones”.
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Considera que “a las calificadoras les tiene que preocupar es si estamos pagando o no las deudas. En este caso lo que les preocupa a las calificadoras es la deuda financiera, a veces las preguntan por la deuda no financiera, tenemos que decirles que igual estamos cumpliendo con los compromisos de la deuda no financiera que el más importante era cerrar la brecha en el fondo de combustibles”.
Próximo Gobierno sin líos con FEPC
Durante gran parte del Gobierno de Iván Duque, y los primeros años del Gobierno Petro no se realizaron ajustes en los precios de los combustibles, de ahí que ese sea uno de los grandes retos fiscales de Colombia.
“Por haber cerrado la gasolina ya pasamos de un hueco de COP$37 billones en 2022 a sólo COP$20 billones en 2023 y nos quedaría un hueco de COP$11 billones en 2024 y depende de cómo empecemos a cerrar el hueco del diésel nos generaría un espacio menor de COP$5 billones en el 2025 y deberíamos terminar de cerrar esto en el 2026 para entregarle saneado el tema al gobierno siguiente”.
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El Gobierno intentó subir COP$1.900 al diésel a inicios de septiembre, sin embargo, la reacción de los transportadores fue negativa y desataron un bloque a las principales carreteras del país que llevó al Gobierno a recular en su incremento.
Finalmente, la decisión del Gobierno fue ceder a un aumento de solamente COP$400, pero el ministro advierte que no ha dejado de ser necesario cerrar ese hueco. Explicó cómo lo harán:
La primera ya está vigente. “Se trata de que los grandes consumidores de diésel ya tienen tarifa plena. Es un decreto que ya está firmado. Grandes consumidores de diésel son aquellos que consumen más de 20 mil galones mensuales y que tienen su propio centro de abastecimiento, es decir, que no van a las estaciones de servicio, sino compran directamente con distribuidores”.
Como segunda medida, explica Bonilla, “hemos identificado un segmento industrial de transformadores industriales que realmente lo que hacen es comprar el diésel barato, incorporarle alguna cosa distinta y venderlo importado a precio internacional. Están ganando por esta diferencial de precios y están aumentando el consumo artificialmente en Colombia”. Sostiene que para este grupo lo que se busca es “prohibir ese tipo de actividad”.
En tercer lugar, para los consumidores que van a las estaciones de servicio y que son vehículos particulares, los cuales están calculados en alrededor de 360 mil, dice Bonilla se está “examinando cómo hacemos para establecer una tarifa de diésel en la cual, a ellos, a ese grupo de 360 mil vehículos particulares, les quitemos el subsidio en los próximos dos meses. Ese es un proceso que se está avanzando”.
Finalmente, explicó que “las tarifas para el transporte de carga y el transporte masivo de pasajeros quedan pendientes. Esa fue la discusión que se tuvo con los gremios. Por ahora está autorizado un incremento de COP$800, ya se dio un aumento de COP$400, el otro COP$400 viene en diciembre y con base en las mesas de trabajo que se están desarrollando en el Ministerio de Transporte, se llegará a acuerdos sobre el proceso de reposición del parque automotor, se llegará a acuerdos sobre el CICETAC y ahí en adelante veremos qué impacto se tiene sobre las tarifas”, concluyó.
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