EXCLUSIVA I Es difícil pensar que en julio pueda tomarse decisión de tasas a la baja: Villar

En entrevista exclusiva con Bloomberg Línea, Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, indicó que las continuas alzas en el el precio de la gasolina son impopulares, pero necesarias y convenientes

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Bogotá — Ad portas de que se cumpla un año de Gustavo Petro en la Presidencia de la República y en medio de la decisión de la Junta del Emisor de mantener inalteradas las tasas de interés en Colombia, Bloomberg Línea conversó en exclusiva con el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, quien dio su visión sobre la coyuntura actual en términos de inflación, desempleo, alza de precios a la gasolina y ajuste fiscal.

BL. Estamos a menos de un mes de cumplir el primer año del gobierno de Gustavo Petro, una llegada que convulsionó al mercado alcanzando máximos en el dólar, por ejemplo, pero que con el paso del tiempo mermó. ¿Usted cree que hoy el panorama económico es más alentador que el político?

Leonardo Villar: En el frente macroeconómico las condiciones han sido bastante favorables y especialmente a partir del mes de octubre de 2022 se ha venido ganando en credibilidad por varias razones que incluyen el compromiso del Gobierno con la Regla Fiscal, decisiones como el ajuste en el precio de la gasolina, que es impopular pero necesario y conveniente, y el respeto y la armonía con la Junta del Banco de la República, que ha sido una característica de lo que ha sucedido en los meses recientes.

La economía está relativamente tranquila, hay un proceso de desaceleración que teníamos previsto y que veíamos necesario, pero desde el punto de vista macroeconómico estamos avanzando bien y la política fiscal y la monetaria están trabajando de manera armónica y coordinada.

BL. Y ahora lo que viene. Si bien las reformas a la salud y la pensional cojean, van a continuar su trámite. ¿Le preocupa su aprobación en términos de ajuste fiscal y confianza inversionista?

L.V. Yo preferiría no entrar a opinar sobre las reformas específicas. Lo que creo que ha sido claro en el periodo reciente es que la institucionalidad colombiana funciona bien y que las reformas son discutidas y, en caso de aprobarse, van a ser avaladas con características acordes con los objetivos que se buscan y minimizando cualquier impacto negativo que puedan tener sobre la economía.

BL. La Junta del Emisor frenó el ciclo alcista de la tasa de intervención y la inflación, aunque sigue alta, ha cedido terreno. ¿Este mes llegó el momento de bajar las tasas de interés?

L.V. Hemos sido muy claros en que la decisión que se ha tomado es no mover la tasa en el mes de junio, pero que cualquier decisión posterior dependerá de la información que tengamos en el momento de la Junta correspondiente. Realmente sería difícil pensar que en el mes de julio pudiera tomarse una decisión a la baja, eso es algo que debemos mirar con mucha cautela y así lo hemos anunciado tanto el ministro de Hacienda como yo.

La meta de inflación de 3% es clarísima, la tenemos hace bastante tiempo, sabemos que nos desviamos por razones coyunturales que han afectado al mundo entero, pero vamos a volver hacia ella. Este año no vamos a poder cumplir porque sería demasiado costoso tratar de hacerlo tan rápidamente, pero dijimos que íbamos a iniciar el proceso de descenso de la inflación y a adoptar todas las medidas conducentes para que volviéramos a la meta.

BL. Ya hablaba usted de los ajustes al precio de la gasolina. ¿Esas continuas alzas como remedio para el déficit del Fepc (Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles) van en la dirección correcta?

L.V. Sin duda. Creo que es una decisión importante y que muestra cautela y compromiso con el equilibrio macroeconómico. La experiencia que tuvimos con el congelamiento de los precios de la gasolina en 2021 y 2022 muestra una buena voluntad de ayudar a frenar la inflación, pero se hizo de una manera no apropiada, que terminó generando la acumulación de una deuda muy grande de parte del Gobierno en el Fepc y la necesidad de hacer ahora un ajuste de esos precios al alza que están presionando la inflación de precios de regulados de una manera significativa.

El rubro de regulados en la canasta familiar estaba creciendo 11,6% en diciembre de 2022 y ya para el mes de mayo estaba creciendo cerca de 15,7%. Ahí tenemos una presión al alza que es simplemente el reflejo de un aumento necesario que no se hizo en el pasado y que hoy se tiene que hacer con creces.

BL. Teniendo en cuenta ese desfase, ¿Colombia debe dejar de subsidiar los combustibles?

L.V. Esos ajustes que se están haciendo en el precio de la gasolina van en la dirección de eliminar los subsidios de la gasolina. Esos subsidios, como lo ha dicho el ministro de Hacienda, no son acordes con la política social que quiere adelantar el Gobierno. Son tremendamente costosos y los recursos correspondientes podrían ser utilizados de una mejor manera en otros frentes.

BL. El desempleo sigue bajando pero ha perdido ritmo, ¿cómo mediar las presiones del mercado laboral?

L.V. Afortunadamente el crecimiento de la ocupación ha sido continuo y se ha mantenido a pesar de una desaceleración económica. Sistemáticamente hemos visto el empleo creciendo desde que salimos de la pandemia y eso es positivo. Ahora sabemos, y lo teníamos previsto, que el crecimiento económico se ha desacelerado y que este año vamos a crecer mucho menos de lo que crecimos en 2021 y 2022. En esos dos años crecimos a ritmos extraordinariamente altos, en el primero de esos años porque estábamos rebotando de la caída de la pandemia, pero en 2022 seguimos creciendo muy fuertemente a pesar de que ya habíamos alcanzado los niveles en los que hubiéramos estado si no hubiéramos tenido la pandemia.

El resultado es que hoy, el nivel de actividad para 2023, es mayor del que hubiéramos tenido si desde 2019 hubiéramos seguido creciendo a un ritmo parecido a la tendencia que traíamos en los años precedentes.

BL. ¿No es entonces poco optimista la meta de crecimiento de 1% este año?

L.V. Estamos proyectando que, en un escenario central, estaríamos creciendo alrededor de 1%. La verdad es que muchos analistas y organismos internacionales creen que la economía colombiana crecería más que eso, pero hemos sido prudentes y hemos mantenido una proyección conservadora pensando en los riesgos que existen para el crecimiento y en la necesidad de ese ajuste de la economía, que es necesario para eliminar las presiones inflacionarias que se vieron durante 2021 y 2022.

También contemplando otros factores de desequilibrio como el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos, que fue muy alto el año pasado y que ya en el primer trimestre de este año se ajustó de una manera notoria a pesar de que los precios de nuestros productos de exportación han bajado de una manera significativa.

BL. Y el ajuste fiscal, ¿cuánto mejoraría este año, cuánto se proyecta bajar el déficit en 2023?

L.V. El Gobierno ha sido muy claro y enfático en su compromiso de cumplimiento de la Regla Fiscal. El ajuste que está haciendo es importante. Gracias en buena medida a la reforma tributaria que se aprobó el año pasado, al proceso de ajuste de los precios de los combustibles y a un manejo cuidadoso del gasto, el déficit fiscal se reduciría en algo más de un punto porcentual este año y tendríamos en 2023 un balance primario, excluyendo intereses, en el que los gastos no financieros y los ingresos estarían equilibrados. Lo cual es un resultado muy importante y nos da un panorama que ayuda a ver con más tranquilidad el futuro.