Exclusiva: Banquero de Aval pide que en discusión del Congreso se sincere el presupuesto

Gerardo Hernández, nuevo presidente del Banco Av. Villas (del Grupo Aval), indicó en entrevista exclusiva con Bloomberg Línea que las inversiones forzosas son una propuesta “equivocada” y que aumentar el 4 x 1.000 es abiertamente inconveniente

Gerardo Hernández, presidente del Banco Av. Villas
26 de agosto, 2024 | 01:00 AM

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Bogotá — Gerardo Hernández, quien preside el Banco Av. Villas desde hace dos meses, habla por primera vez a la opinión pública desde esta posición. En entrevista exclusiva con Bloomberg Línea pidió que en la discusión del Congreso se sincere el presupuesto, calificó de “equivocada” la propuesta de inversiones forzosas del Ejecutivo y dijo que aumentar el 4 x 1.000 no es lo que requiere el sector financiero.

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B.L. En el segundo trimestre del año, los únicos créditos que crecieron en Colombia fueron vivienda y libranzas. ¿Cómo encontró el Banco Av. Villas y cómo ve el sector en general?

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Gerardo Hernández: El sector financiero tuvo un año muy difícil el año pasado. El año pasado fue un año que afectó a la gran mayoría de las entidades financieras, tuvieron pérdidas, el crecimiento fue bajo, con excepción tal vez de algunas entidades, y todos esperábamos que este año fuera un poco mejor. Y realmente la reducción de tasas del Banco de la República ha sido más lenta, la inflación ha sido más pegajosa, no ha bajado tan rápidamente. Y, por otro lado, la cartera no ha tenido una mejoría tan rápida como todos esperábamos.

En Av. Villas encontré un banco con una marca muy reconocida, con una base grande y estable de clientes y sobre todo con un deseo por parte de los accionistas de volver a crecer. Lo que vamos a hacer es tratar de ganar una mayor participación en el mercado sustentado en un plan de captación que ya arrancamos en una capitalización del Banco de unos COP$150.000 millones, manteniendo la fortaleza que ha tenido el banco y con un cuidado muy grande por mantener los riesgos de la cartera en niveles bajos.

Encontré un banco listo para arrancar, estamos calentando motores para que apenas la economía nos permita crecer ir en ese sentido.

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B.L. ¿De dónde va a venir esa capitalización?

Gerardo Hernández: Va a ser un bono subordinado, lo estamos discutiendo con los accionistas para ver quién lo va a suscribir. Lo vamos a tener en el segundo semestre y son muy buenas noticias para el banco y para la actividad que queremos realizar en lo que resta del año.

B.L. El Minhacienda ha pedido recortes más agresivos de la tasa del Emisor, sin embargo la Junta Directiva en pleno ha sido más cautelosa. ¿Qué pasará si no se baja más el indicador y ya se siente en los bancos?

G.H. Cada vez que hay una Junta lo que nos vienen diciendo es que están tomando esta decisión de acuerdo con la información que tienen. Es decir, no hay un propósito, no hay una idea previa de un nivel de tasa, sino que lo van a ir haciendo en la medida en que la información económica lo permita. ¿Y qué es la información económica? La información económica tiene que ver con la situación internacional, el contexto externo, tiene que ver con la actividad de la economía, tiene que ver con el mismo comportamiento de la inflación.

Entonces, en la medida en que esos factores lo vayan permitiendo, sin duda ellos van a seguir bajando las tasas y, como dijo uno de los co-directores en esta semana, lo importante no es tratar de bajarla muy rápidamente si después la inflación y la información económica les indica o que tienen que parar esa reducción o que tienen que volver a subir las tasas como ha pasado en otros países en el mundo.

Entonces, la credibilidad del banco y de la Junta está en sus decisiones. Yo creo que la señal de que las tasas van a seguir bajando son clarísimas y yo creo que eso se va a venir consolidando a lo largo del segundo semestre.

Y frente al otro punto, sin duda esa reducción de tasas ha venido dándose a nivel del crédito, pero también han venido sucediendo factores que no han dejado que la tasa de fondeo baje más rápidamente. Entonces no solo la tasa, también tiene que ver la incertidumbre y el tema fiscal en la medida en que los recursos, en buena parte del mercado monetario, se mueven con los TES. Eso no ha permitido que la tasa de fondeo, que es fundamental para el margen de intermediación, baje más rápidamente y permita que las entidades financieras, en su conjunto, tengan mejores resultados y mayor capacidad para poder prestar.

B.L. Usted habla usted de un factor clave: ¿dónde está esa incertidumbre?

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G.H. Hay una gran incertidumbre en materia fiscal. Lo venían advirtiendo todos los analistas. Y déjeme voy un poquito atrás. El manejo macroeconómico es como una mesa con tres patas: política monetaria, política fiscal y estabilidad del sistema financiero. La política monetaria, digamos, que está clara por lo que hablamos antes; la estabilidad del sistema financiero ha soportado años muy difíciles, hablando del 2023 y 2024, con buenos niveles de solvencia, con liquidez, afectándose la rentabilidad de las entidades y por eso es tan importante que tengamos una situación macroeconómica mucho más clara, pero el campo fiscal sí viene siendo un problema desde hace ya varios años, desde la pandemia.

Ahora estamos en el punto clave, que es la discusión del presupuesto. La mayoría de las personas no ponen atención a lo que pasa con la ley de presupuesto y es el elemento básico de todas las democracias. Ahí se establecen cuáles son los objetivos de la política pública, cómo se va a gastar, cuáles son las prioridades, cómo se va a focalizar y además cómo nos van a cobrar a todos los impuestos y cómo se va a financiar ese presupuesto.

Lo que vemos ahorita es una desfinanciación del presupuesto y una discusión muy difícil sobre cómo si se financia completamente si los faltantes son los que se han establecido, se habla de COP$12 billones, de COP$20 billones... o si uno lo que debe es pensar un poco más en el mediano y largo plazo y empezar a tener unos presupuestos mucho más realistas en su ejecución y en la calidad de la misma.

B.L. El Gobierno está raspando la olla, hubo un recorte presupuestal, también una ampliación del cupo de endeudamiento al Congreso de la República, ya se anunció una nueva reforma tributaria, la segunda de Petro en dos años en el poder, ¿Usted cree que eso es lo que se necesita en este momento?

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G.H. Francamente creo que lo que requiere el país es una verdadera discusión sobre cuáles son los objetivos y qué es lo que queremos lograr. No diría que no se necesita. La Constitución prevé que se pueda presentar un presupuesto desfinanciado y prevé que se pueda presentar una ley de financiamiento, que es una reforma para tener ingresos y cumplir esos programas. Pero lo que uno está viendo es que realmente la ejecución del presupuesto es muy baja, que las políticas no se están cumpliendo.

Entonces, uno se cuestiona las necesidades de seguir manteniendo un presupuesto tan ambicioso, y por eso pienso que lo que en un momento dado debería hacerse realmente es sincerar el presupuesto y mirar realmente cuáles son las capacidades del Gobierno para ejecutar los recursos, porque tampoco tiene mucho sentido hacer unas reformas permanentes, tratar de tener unos ingresos tributarios y no utilizarlos de una manera correcta.

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B.L. Hablemos entonces de esas medidas de las que ha hablado Petro. Los banqueros y el Minhacienda están negociando un acuerdo frente a las inversiones forzosas, ¿esa propuesta encarecería el crédito y cuál es su viabilidad?

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G.H. Es una discusión completamente equivocada porque se plantea bajo una idea de que necesitamos reactivar la economía. Ese es un propósito en donde todo el mundo está de acuerdo. Venimos de una situación económica de crecimiento bajo, estamos todavía lejos del crecimiento potencial, y uno lo que buscaría es tratar de realmente consolidar este principio de crecimiento que se viene dando. Las inversiones forzosas o inversiones estratégicas no están pensadas para reactivar la economía.

De hecho, una de las críticas es que mientras se pasa la ley, mientras se arranca, vamos a estar seguramente en julio del año entrante y no va a haber todavía una utilización ni siquiera pequeña de esos recursos, eso por un lado. Segundo, a lo largo de mi trabajo profesional trabajé mucho con las entidades especializadas de microfinanzas y uno lo que aprende es que para todo este tema de economía popular se necesitan buenas políticas para poder entregar los créditos y hacerle seguimiento, porque las personas, el pequeño emprendedor, el microempresario, realmente no necesita que le presten una vez, sino necesita realmente tener la posibilidad de un acceso al crédito de manera permanente. Eso hace una diferencia enorme.

Además, el Banco Agrario claramente no va a poder, no tiene la capacidad para poder ser el único actor para irrigar ese crédito popular. Entonces, hay que buscar la manera para que esto sea un trabajo conjunto, como siempre ha sido entre el sector público y el sector privado. Los bancos ya han dicho, nosotros tenemos una disposición de prestar a sectores especiales, porque pues eso es lo que hacen. Y cada uno de los bancos pues tiene unos intereses, unos objetivos, tienen una escala, y cada cual verá cómo lo puede hacer de acuerdo con sus estrategias y sus capacidades. Pero pensar que la banca pública es el único actor para hacerlo, es una idea completamente equivocada.

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Es una idea que en buena parte llevó a la crisis de fin de siglo. La crisis de fin de siglo no sólo fue un problema del crédito hipotecario, sino un problema mayúsculo con la banca pública que llevó a la liquidación o a la venta de los bancos ganaderos y que llevó a que la Caja Agraria también se liquidara y se transformara en el Banco Agrario como el único banco público por una razón, además, que a veces se olvida y es que a nivel constitucional sí hay una previsión de que el sector agropecuario debe tener un sistema especial de crédito.

Acá esta idea de poder utilizar este instrumento para prestar para turismo, para otros sectores, pues inclusive desde el punto de vista constitucional y legal yo diría tiene algunas algunas falencias y hay que mirarlo bien.

B.L. ¿Entonces el aumento del 4 x 1.000 tampoco le suena?

G.H. No. El impuesto es tremendamente efectivo en su recaudo, pero tiene unos efectos que tienen que ver con la inclusión financiera, el uso del efectivo y asuntos que facilitan la informalidad de la economía. Entonces creo que no es lo que necesita ni el desarrollo del sector financiero en este momento.

B.L. El sistema financiero ha sido un jalonador de la economía tradicionalmente en Colombia, pero sectores que también lo han sido, como la construcción y las manufacturas, hoy están en cuidados intensivos. Teniendo en cuenta los créditos hipotecarios, por ejemplo, ¿teme un coletazo? Sobre todo hablando de la reactivación económica de la que habla el Gobierno

G.H. El sector financiero sigue siendo muy sólido, sus niveles de solvencia son altos, no hemos venido teniendo problemas de liquidez que fueron tal vez uno de los mayores problemas que se enfrentaron el año pasado, con el aumento de las tasas del Banco República, eso creó una serie de dificultades en su momento y por lo tanto yo veo que las entidades han logrado navegar en aguas muy turbulentas.

Por otro lado, la gran discusión del país debe ser cómo volvemos a crecer, cómo volvemos a tener unos instrumentos que permitan que la economía crezca de manera sostenida, no con un pare y sigue o arrancando con unos programas de reactivación, porque en el fondo esos programas lo que hacen es que ayudan un poco pero si no se tienen las bases sólidas ahí terminan. Entonces sí hay algunos sectores yo creo que todos hemos mirado con preocupación y pues va a depender muchísimo del tratamiento que se dé y ello tiene que ver también con el tema fiscal.

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En la construcción que usted menciona, por ejemplo, la receta está inventada. Si uno quiere reactivar la construcción que tiene un encadenamiento de cerca de 34 sectores adicionales que le pega directamente a la economía, pues lo que tiene que hacer es tratar de volver a utilizar los instrumentos que se han usado, los subsidios a la demanda, volver a tratar de mirar en dónde están los cuellos de botella para la actividad.

En el sector salud pasa algo similar, sale una carta de un buen número de exministros y economistas que piden que por favor se ponga la plata de la salud, si no se hace eso pues simplemente el sector empieza a deteriorarse, igual que los servicios y luego hacer o recuperar esos sectores se vuelve aún más difícil.

Entonces, creo que estamos en un momento muy importante, que si se maneja de manera adecuada, podemos tener un año más tranquilo. Voy a decir algo que siempre decía el exministro de Hacienda, Roberto Junguito, y es que históricamente el Congreso había sido responsable en materia fiscal. Yo creo que eso es lo que todos como ciudadanos tenemos que exigir en este momento de la discusión de presupuesto, que sea una discusión técnica, una discusión clara y que las decisiones que se tomen se hagan de una manera muy responsable, porque de esa aprobación del presupuesto, de esa aprobación de la ley de financiamiento, puede depender de manera muy crucial la situación de la economía del año entrante.