Bogotá — El aumento del salario mínimo no solamente sorprendió a los trabajadores y empresarios, sino también a las autoridades económicas, entre ellas, al Banco de la República.
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Bloomberg Línea conoció que el equipo técnico le presentó a la Junta Directiva un escenario que consideraba el apropiado en el cual el aumento salarial era del 6,8%.
En la exposición advirtieron que cada punto adicional que aumentara el salario mínimo implicaría un mayor efecto sobre el comportamiento de los precios en Colombia.
Analistas del mercado financiero colombiano han hecho sus cuentas del impacto en la inflación a partir de estudios anteriores del propio banco central en el que advertían que los incrementos salariales excesivos podían tener impactos sustanciales en la inflación.
Daniel Velandia, director de Investigaciones Económicas de Credicorp Capital explicó que “Yo creo que todos nos estamos guiando de un análisis anterior del Banco de la República el cual concluye que un incremento del salario mínimo adicional en un punto porcentual frente a lo considerado ideal puede generar entre 9,5 y 14 puntos básicos de inflación”.
Teniendo en cuenta el estudio al que Velandia hace referencia, el aumento para 2025 fue 2,74 puntos porcentuales por encima de lo que tenía proyectado el equipo técnico del banco central colombiano.
Según la más reciente encuesta de expectativas del Banco de la República (hecha antes de conocer la decisión de tasas de interés en diciembre y el aumento del salario mínimo para 2025) la inflación para diciembre de 2025 se proyectaba en el 4%.
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Es decir, si el aumento salarial impactara los precios en 9,5 puntos básicos (escenario positivo) la inflación final para el 2025 podría ser de 4,26%.
En cambio, si por cada punto porcentual de más que subió el salario el impacto es de 14 puntos básicos (escenario negativo) el IPC para final de 2025 podría ubicarse en 4,38%.
Si bien se espera que la inflación sigue descendiendo durante los próximos meses, el ritmo de las reducciones podría ser menor al esperado previamente por cuenta del aumento salarial.
Así mismo, las proyecciones del mercado sobre la reducción de tasas de interés también podrían verse afectadas dado que un impacto en los precios le restará margen de maniobra a la política monetaria.
No hay que perder de vista que en febrero el presidente Petro podrá nombrar a dos codirectores en la Junta del Banco de la República y reemplazar a dos de los actuales.
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Sin embargo, eso no le garantizará los votos para orientar la política monetaria según como a él le parezca. En diciembre, la votación quedó 5-1-1 inclinada por reducir las tasas en 25 puntos, un voto, por 50 puntos y el del ministro de Hacienda, Diego Guevara, que pidió un recorte de 75 puntos.
Es decir, Olga Lucía Acosta, a quien Petro nombró en la Junta, no respaldó la visión del ministro de bajar los tipos de intervención. No hay certeza de si su voto fue de 25, o 50, pero independientemente de ello envió un mensaje en que se lee que sus decisiones buscarán el control de la inflación y serán independientes y no coordinadas con el Gobierno.
El 31 de enero será la próxima decisión de política monetaria, ya habrá certeza de la inflación total de 2024 y el Gobierno tendrá que haber dado señales del camino fiscal que se va a seguir para garantizar el cumplimiento de la Regla Fiscal.