Bogotá — Desde Buenaventura, el presidente Gustavo Petro habló del programa Jóvenes en Paz, mediante el cual serán “miles de jóvenes a los cuales les vamos pagar por no matar, por no participar de la violencia, por estudiar”.
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Sostuvo que se les va a dar una ayuda para que entren al Sena “que aquí tiene un compromiso que debe cumplirse, para entrar a la Universidad. No es solo que vamos a abrir el cupo en la educación superior, sino que vamos a entregar un dinero para que no haya un obstáculo, si tienen hijos, si hay que llevar comida al hogar, si ya se casaron, el Gobierno va a aportar un dinero”.
El monto a “pagar” sería de un millón de pesos y la vigencia de un año, inicialmente, para evaluar la funcionalidad del programa.
No obstante, ¿qué tan viable es la propuesta económicamente hablando?
La presidente de AmCham Colombia (Cámara de Comercio Colombia Americana), María Claudia Lacouture, indicó que “los incentivos económicos para jóvenes deben otorgarse como contraprestación a recibir formación pertinente para el trabajo, que puedan responder a las necesidades del mercado laboral, reducir brechas sociales y que sea limitado en el tiempo”.
A lo que agregó que Fedesarrollo ha dicho que el 72% de las personas que cuentan con empleo logran salir de la pobreza mientras que solo el 9 % de quienes reciben un subsidio lo hacen. “Así lo hemos hecho en el programa Empleo Hay de AmCham Colombia con recursos de la fundación Howard G. Buffet y el apoyo de APC Colombia, con el cual se han otorgado $8.500 millones en incentivos para la formación y se han logrado emplear más de 6.400 jóvenes de 4 ciudades”.
Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), relacionó su respuesta con una analogía: “En la India tenían problemas con las serpientes cobra y el Gobierno se idea un plan para pagar por cada cobra capturada. Resultado: la gente empezó a criar cobrar. Cuando el Gobierno se entera cancela el pago. Por lo que la gente liberó miles de cobras causando más muertes que antes. Adivinen qué pasará si le pagan a cada delincuente para que no nos mate, los delincuentes crecerán exponencialmente”.
Otra de las reacciones es la del exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, quien manifestó que “Petro quiere pagarle $1 millón mensual a exdelincuentes (ojalá ex de verdad) sin ningún análisis de pobreza o necesidad real, mientras que a cientos de miles de jóvenes necesitados que no delinquen no. Por ejemplo son pocas las mujeres que delinquen. Entonces es un pago para hombres. Y estos jóvenes con sueldos de Petro tienen una alta probabilidad de volverse activistas petristas violentos, milicias petristas”.
Al respecto, la vicepresidenta y ministra de la Igualdad, Francia Márquez, expresó que esta “es una política para prevenir la violencia, el asesinato, cuántos jóvenes perdemos en este país cada fin de semana. Buscamos que la juventud tenga oportunidades, no solo los que están dentro de la violencia sino los que están en territorio expuestos”.
A lo que añadió que uno de los enfoques que tiene este programa, por ejemplo, es la prevención del reclutamiento forzado, otro son aquellos que han vivido violencias basadas en género y los jóvenes que se puedan rescatar de la guerra.