Energía en Colombia, un problema con dos frentes por resolver

La demanda de gas crece más rápido que la producción y en energía, los retrasos en proyectos inyectan presión al sistema

Ministerio de Energía y Minas
19 de noviembre, 2024 | 12:00 AM

Bogotá — La problemática energética en Colombia cada vez gana más relevancia. Por un lado, la demanda por gas crece más rápido que la producción y el desbalance se hace más probable; y por el otro, los retrasos en proyectos de energía le inyectan presión al sistema y reviven los temores de un apagón tras 33 años.

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Durante 2024, se han encendido las alarmas sobre posibles escenarios de importación de gas natural para cubrir la demanda no térmica y de racionamiento de energía eléctrica en Colombia en los próximos años.

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La caída de las reservas probadas en los últimos 12 años, sin perspectivas claras de reversión, es un factor preocupante.

La creciente demanda interna de estos recursos podría superar la oferta local, generando tensiones en el suministro energético del país.

En el sector eléctrico, retrasos en proyectos de infraestructura y la alta dependencia del sistema de condiciones hidrológicas agravan la incertidumbre.

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Estas condiciones impiden garantizar que la futura demanda de energía estará completamente cubierta por la oferta local.

La política antiexploración

Un reciente análisis de Corficolombiana muestra que la insuficiente inversión en exploración y producción de gas es uno de los factores que ha llevado a que las reservas probadas de este hidrocarburo en el país hayan disminuido constantemente desde 2011, pasando de un factor de reservas/producción de 13,9 años en0 2011 a 6,1 años en 2023.

Además, la negativa del Gobierno de no firmar nuevos contratos de exploración de hidrocarburos ha limitado la capacidad de aumentar el nivel de nuevos descubrimientos de gas en el país.

La producción en el país viene cayendo en promedio al 7,5% mensual y el MinEnergía proyecta que caiga a una tasa promedio anual del 10% hasta 2029, mientras que la demanda crecería al 2,4% cada año.

Primeros afectados

Ante la caída en la extracción local de gas, según proyecciones del Ministerio de Minas y la UPME, a partir de noviembre de 2024 la demanda local por este hidrocarburo superaría la producción en el país, aunque solamente afectaría la demanda de las generadoras térmicas de energía eléctrica.

A pesar de ello el país cuenta con la Sociedad Portuaria El Cayao (SPEC) desde 2016, una planta regasificadora que permite la importación de gas con una capacidad aproximada del 30% de la producción nacional en 2024.

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Según el escenario medio de la UPME, gracias al respaldo de SPEC, la importación de gas podría cubrir la demanda térmica hasta julio de 2026, a pesar de la caída en la producción local.

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Posible racionamiento

De acuerdo con los expertos de Corfi la menor capacidad de abastecimiento de gas podría afectar la economía colombiana, provocando racionamientos en su suministro.

Aunque los hogares y la generación térmica serían los últimos en verse afectados, el sector industrial sería el más vulnerable.

A partir de agosto de 2026, cuando la demanda no térmica superaría la producción local, las importaciones de gas se volverían esenciales para abastecer a hogares, comercios e industrias.

Según la UPME, el gas importado desde Cartagena tiene un costo entre un 65% y un 132% más alto que el gas extraído en el país.

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La sombra del 92

En el sector eléctrico, los retrasos en proyectos de infraestructura junto con la alta dependencia de fuentes hidroeléctricas vulnerables a fenómenos climáticos extremos, como El Niño, agravan el riesgo de un apagón.

Además, la última subasta de obligación de energía en firme,  asignó el 99% a las fuentes no convencionales, dejando un margen mínimo para la generación térmica y limitando la capacidad del sistema eléctrico de responder con fuentes no dependientes de las condiciones climáticas.

La UPME proyecta que la demanda local de electricidad aumentará en promedio un 3,1% en el escenario medio. A diferencia del gas de producción nacional, no se anticipa una disminución en la oferta de energía, sino que la Energía Firme para el Cargo por Confiabilidad (ENFICC) será insuficiente en los próximos años.

Esta situación no implica necesariamente un desabastecimiento, pero refleja que la capacidad de generación no sería suficiente para cubrir la demanda en un escenario climático complejo, como el que se ha experimentado en 2024 debido al fenómeno de El Niño.

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Si la demanda supera la capacidad de generación de energía eléctrica, el país enfrentaría apagones programados y restricciones en el suministro de electricidad en varios sectores.

Desde el apagón de 1992, Colombia no ha experimentado racionamientos programados de energía eléctrica, siendo el país con el menor número de racionamientos o grandes apagones en América Latina desde dicho año.

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Según Corfi, ante este panorama, es esencial tomar medidas urgentes para garantizar el suministro energético en el mediano y largo plazo.

Entre las acciones necesarias se incluyen la reactivación de nuevos contratos de exploración de gas, la agilización de trámites, licencias y consultas previas, especialmente en proyectos de transmisión, la habilitación de la comercialización del gas importado para atender la demanda esencial, así como la ampliación de la capacidad térmica como respaldo para el sistema energético del país.

Además, se debe priorizar la entrada en operación del proyecto Sirius (anteriormente conocido como Uchuva), que se estima comenzará a producir gas en 2029, lo cual sería fundamental para fortalecer la oferta de gas en los próximos años.

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