Bogotá — Un 30% de las startups latinoamericanas consultadas por McKinsey & Company tienen menos de 18 meses de runway, que es el lapso del que disponen las compañías emergentes antes de quedarse sin efectivo, en medio de un panorama en el que el capital de riesgo “está viviendo el primer ciclo real a la baja”, de acuerdo a una encuesta de esa firma de consultoría.
Fuentes consultadas en el marco del informe confirmaron que los ciclos de las rondas se están prolongando y que los fondos de capital de riesgo están tardando más tiempo ahora en cerrar los acuerdos en Latinoamérica.
McKinsey & Company explica que “el volumen de capital disminuyó, pero sigue estando un 63% por encima de los niveles anteriores a la pandemia y está disponible principalmente para las nuevas empresas en fase inicial”.
Los analistas consideran que hay una oportunidad para aumentar el volumen de capital riesgo en Latinoamérica, con un incremento potencial de la participación del 88% (el equivalente a US$2.500 millones).
No obstante, tanto en las fases iniciales como en las más avanzadas las startups consideran que los fondos también necesitan evolucionar para ofrecer un mejor soporte.
Algunas de las prioridades implican la calidad de la comunidad en el segmento, con un 66% de las startups en fases iniciales y un 55% en avanzadas que lo ven como uno de los principales retos, o la calidad de las mentorías, con el 64% y 56%, respectivamente.
Las rondas de financiación en capital de riesgo aumentaron desde los US$3.000 millones en la región en 2018 a los US$$18.000 millones en 2021. Entre tanto, el número de rondas pasaron en ese mismo período de 928 a 1.297. La cantidad de fondos de capital de riesgo activos en Latinoamérica pasó entre 2018-2021 de 710 a 1.706.
Destaca el hecho de que las fuentes de financiación se están diversificando en la región en este contexto en Latinoamérica.
Es así que el año pasado los 10 principales inversores activos en Latinoamérica fueron responsables del 24% de las transacciones, mientras que en 2021 abarcaron el 40% de las operaciones.
“Esto se debe a que los fondos de capital riesgo locales son cada vez más maduros y experimentados”, de acuerdo al análisis.
Otro indicador relevante es que el número de unicornios pasó de 9 en el 2018 a 34 en el 2021, lo que indica que el tiempo para el surgimiento de empresas valoradas por encima de los US$1.000 millones se ha reducido.
Muestra de esto es que en 2019 requerían de cinco años para adquirir el estatus de unicornio, mientras en el 2021 solo uno.
Esto ha incentivado a los graduados en tecnología en la región, puesto que al 87% les gustaría trabajar en una startup, el 83% quisiera crear un unicornio y el 19% ya tiene una empresa, de acuerdo a la encuesta McKinsey & Company.
Giro en la estrategia de las startups
Para el informe también se tuvieron en cuenta los cambios que se vienen presentando en el ecosistema de startups regional en cuanto a la rentabilidad y la eficiencia.
Entre las medidas para generar eficiencias en costos, destacan principalmente la optimización del CAC y los gastos de ventas (52%), palancas de eficiencia de los costes de TI con el uso de la nube, productividad de ingeniería, entre otros (49%) y los despidos (40%).
Las empresas se ven desafiadas a gestionar ese equilibrio entre rentabilidad y la eficiencia y en ese contexto un 19% afirmó crecer a un ritmo más rápido, al tiempo que sigue de cerca sus aspiraciones de rentabilidad
Por lo general, indican los autores, “el ciclo de una empresa emergente desde el lanzamiento hasta la monetización es inferior a un año, pero el viaje hasta punto de equilibrio puede tardar mucho más tiempo”.
Un hecho relevante es que las startups también podrían enfrentarse a un cambio de cultura organizacional y a la fuga de talento.
Esto se refleja en que 1 de cada 4 colaboradores de startups consideran dejar su trabajo en los próximos 3 a 6 meses.
Las principales causas apuntan a un mejor salario (56%) y mejores prestaciones (40%).
Aun así, desde McKinsey & Company son positivos, pues consideran que “se avecina una gran ola de talento y emprendedores, además de buenas proyecciones para los startups forjados en 2022-2023″.
Es por esto que considera que “es tiempo de revisar, recalibrar y reconectar el rumbo actual de las startups, entendiendo el impacto importante en Latinoamérica”.
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