Bogotá — Aunque el Gobierno Petro manifestó su intención de revisar el Tratado de Libre Comercio (TLC) que tiene Colombia con Estados Unidos, hoy, cuando se revisa el balance de los 12 años de entrada en vigencia de este acuerdo, se observa que las cifras son parcialmente positivas, es decir, son buenas pero podrían ser mucho mejores.
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De acuerdo con información del Dane, Colombia exportó 413 nuevos productos a Estados Unidos en este tiempo: pasó de vender 1.154 bienes en 2011 a vender 1.517 en 2023, lo que refleja un aumento de 35,8%.
Sin embargo, el panorama para la balanza comercial es diferente y marca cifras en rojo: las exportaciones hacia Estados Unidos sumaron US$13.286 millones en 2023, registrando una caída de 11,7% si se compara con 2022; y las importaciones, que alcanzaron los US$15.997 millones el año pasado, también anotaron una disminución de 15,1%.
Entre los productos exportados que arrojaron mejores crecimientos están: en agropecuarios, limón tahití, aguacate hass, uchuva, azúcares de caña o remolacha, hierbas aromáticas y filetes de tilapia; y en manufacturas: puertas y ventanas, transformadores, tarjetas inteligentes y neumáticos).
Durante la Asamblea Anual de Afiliados de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), el embajador de Estados Unidos en Colombia, Francisco Palmieri, indicó que “Colombia continúa siendo el mejor aliado y socio estratégico en Latinoamérica para los Estados Unidos, gracias a una larga y fructífera relación, en la cual las empresas americanas han jugado un papel fundamental promoviendo el crecimiento económico y el bienestar en esta región”.
A lo que agregó que la colaboración económica ha sido un pilar fundamental y que los lazos comerciales y de inversión entre Estados Unidos y Colombia abarcan décadas.
“El TLC firmado en 2012 sigue desempeñando un papel fundamental, impulsando el crecimiento y creando empleos en ambas naciones. Estados Unidos representó el 26% de las exportaciones e importaciones totales de Colombia el año pasado. Esta robusta relación comercial ha creado un terreno fértil para que las empresas prosperen”, expresó el diplomático.
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Ahora bien, teniendo en cuenta datos de Legiscomex, son 751 nuevas empresas las que empezaron a exportar durante estos años. En 2011 se registraban 1.962 mientras que en 2023 la cifra ascendió a 2.713.
Y a ello se suman dos situaciones: la primera, que durante los dos primeros años de vigencia del TLC, Colombia mantuvo superávit comercial con Estados Unidos, impulsado fundamentalmente por los altos precios de productos como el petróleo. Y la segunda, que desde 2014, el valor superior de las importaciones que provienen desde Estados Unidos demuestra que dicho país es un socio comercial relevante en la importación de combustibles, aviones y maíz duro amarillo.
Si se revisa la canasta de importación de 2023, se puede evidenciar que los 15 principales productos representan aproximadamente la mitad del valor de las compras externas colombianas a Estados Unidos, donde resaltan productos como derivados del petróleo, maíz y bienes de alto valor agregado como aviones, teléfonos inteligentes, medicamentos, máquinas para el análisis de datos o vehículos para el transporte de personas.
“Si bien es cierto que, en términos generales los productos tradicionales como el petróleo y sus derivados, el café o el banano siguen representando en buena medida las exportaciones colombianas con destino a Estados Unidos, el TLC con la economía estadounidense ha permitido mostrar algunos sectores que, gracias a este instrumento, han crecido significativamente en un mercado sofisticado y de alto poder adquisitivo”, manifestó Javier Díaz Molina, presidente de Analdex.
En esa línea, añadió que Colombia debe seguir afianzando la relación con su principal socio comercial, en especial en el tema de admisibilidades fitosanitarias, ya que hay múltiples productos agropecuarios haciendo la fila para entrar al mercado norteamericano.
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¿Es viable una revisión?
Cuando el Gobierno Petro habló de su intención de revisar el TLC con Estados Unidos, el Embajador Palmieri sostuvo que si bien, desde que se aprobó el TLC en 2012, Colombia y Estados Unidos han enfrentado desafíos, ambos países deben trabajar juntos para potenciar el acuerdo, en vez de aislar sus mercados.
“Mi esperanza es que el futuro no sea uno en el que recurramos a acciones que limiten nuestro potencial para abordar estos desafíos como, por ejemplo, control de precios, aranceles o prohibiciones de acceso a productos, sino uno en que se haga realidad todo el potencial del acuerdo”, aseguró.
Enfatizó en que no se deben construir obstáculos al progreso histórico de ambos países. “Sigamos adelante en beneficio de nuestras dos grandes naciones y el Tratado es el camino que podemos utilizar para realizar todos los sueños de nuestras empresas, trabajadores y comunidades”.
El Embajador también advirtió que la dificultad de negociar un nuevo TLC, bajo las circunstancias de polarización que existen mundialmente, implica que “reabrir una negociación de un nuevo tratado no será un camino fácil o productivo, realmente”.
En este sentido, dijo que “debemos utilizar los mecanismos que existen en el Acuerdo, que han servido tanto en los últimos diez años, para lograr mejores entendimientos y proteger lo que tenemos porque hay fuerzas dentro de Estados Unidos que quieren analizar en una manera mucho más crítica al concepto de libre comercio con otros países”, por lo que llamó a tener precaución y pensar muy bien antes de seguir un camino de renegociación.
