Bogotá — Los precios de alquiler de oficinas en Bogotá siguen subiendo. Si bien la vacancia de estos espacios se ha mantenido estable, con un porcentaje de 10,8% para el primer trimestre de 2024, los montos que se cobran por arrendar estos lugares están en aumento.
Entre enero y marzo, de acuerdo con un informe de Cushman & Wakefield, creció 12% el precio de renta de oficinas en la capital colombiana. Dicho incremento se observa en las zonas más valoradas en términos de demanda y debido a la ubicación y lugares de influencia.
Entonces, el precio de alquiler cerró el primer trimestre del año en COP$74.008 el metro cuadrado al mes, y se observan alzas en los sectores Nogal Andino, Chicó y Santa Bárbara, donde crecieron un 12%, 6% y 4%, respectivamente.
Este fenómeno se atribuyó principalmente a nuevas disponibilidades con precios superiores al promedio, lo que ha generado una respuesta rápida de la demanda. Lo que sucede teniendo como premisa dos indicadores económicos: la disminución de la inflación, recordemos que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una cifra de 7,74 % durante febrero, y la contracción en la tasa de interés fijada por el Banco de la República, situada en 12,25% en marzo. Aspectos que, según el estudio, han creado un ambiente propicio para invertir en el sector inmobiliario.
Ahora bien, durante los primeros tres meses de año se observó una mayor actividad en la mayoría de los corredores del llamado Distrito Central de Negocios (CBD), la cual ha sido impulsada por la creciente necesidad de espacios que se concentran en rangos específicos de tamaño entre 200 metros cuadrados y 450 metros cuadrados, y áreas mayores a 1.000 metros cuadrados.
Lo que ha ha llevado a una mayor disponibilidad en corredores como Salitre y Noroccidente, lo que representa una oportunidad para compañías que requieren áreas de más de 2.000 metros cuadrados a precios competitivos.
El inventario en construcción
Bogotá tiene un inventario en construcción de 143.569 metros cuadrados de proyectos clase A (oficinas premium o de altas especificaciones), lo que refleja el creciente interés por edificaciones de alta calidad y sostenibles.
Juan Carlos Delgado, country manager de Cushman & Wakefield, explicó que la inversión en proyectos clase A en Bogotá es una clara señal del crecimiento y la sofisticación del mercado inmobiliario de la ciudad. “Estos proyectos no solo representan una apuesta por la excelencia arquitectónica, sino también un compromiso con prácticas sostenibles que buscan mitigar el impacto ambiental y promover la eficiencia energética.
En ese sentido, señaló que para este año se estima que aproximadamente el 30% de este inventario entrará en operación, con edificaciones comprometidas con el medio ambiente al contar con certificaciones que avalan su sostenibilidad.
No obstante, aunque la alta demanda por espacios prime demuestra la fortaleza del sector inmobiliario, factores económicos y de viabilidad financiera serán determinantes para el inicio de nuevos proyectos.
Entonces, se planea el desarrollo de 757.313 metros cuadrados en fase de planificación, con plazos de entrega de siete a 10 años y un enfoque destacado en áreas como Salitre (36%), el Centro (22%) y Noroccidente (18%).
Ya para mediados de 2024, se vislumbra una recuperación gradual impulsada por un aumento en el consumo y la inversión, particularmente en bienes de consumo. Por lo que se espera que este dinamismo tenga un efecto positivo en la producción y el comercio, incluyendo el sector de la vivienda, el cual podría experimentar un crecimiento significativo.
Asimismo, se anticipa que el crecimiento del PIB supere ligeramente el potencial económico para 2025, respaldado por el fortalecimiento de la demanda interna y la actividad constructiva.