Bogotá — La gestión patrimonial implica considerar el futuro de los bienes y responsabilidades de una persona o familia.
Uno de los aspectos clave en este ámbito es la sucesión, que se refiere al proceso de transferir el patrimonio de una generación a la siguiente tras el fallecimiento de una persona.
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Este proceso legal asegura la transferencia ordenada de activos y responsabilidades de los herederos, especialmente en casos donde existe una empresa, así como la protección del legado familiar y la minimización de conflictos entre los mismos.
La sucesión se puede realizar mediante un testamento, que especifica los beneficiarios y la distribución de bienes, o de manera intestada, siguiendo el orden sucesoral establecido por la ley.
Lucas Solano, abogado especializado en impuestos y líder del área de Wealth Planning en Credicorp Capital, destaca la importancia de estructurar adecuadamente este proceso para garantizar la continuidad del patrimonio familiar y evitar disputas dentro de la familia.
La falta de planeación patrimonial puede ocasionar diversos problemas entre los herederos, como conflictos y distanciamiento familiar, al no haber reglas claras que definan quién hereda qué.
Además, puede surgir la aparición de familiares desconocidos para la familia nuclear, lo que puede desestabilizar los negocios y sociedades del grupo familiar.
Es fundamental entender que la sucesión puede ser un proceso largo, complejo y costoso, tanto en términos de impuestos como en gastos notariales y de abogados.
Los procesos de sucesión suelen llevarse a cabo ante un juez, especialmente cuando hay menores de edad o existen disputas, o ante un notario.
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En el primer caso, el proceso puede demorar varios años, mientras que en el segundo puede ser un poco más corto, pero no necesariamente expeditivo.
En cuanto a los costos, se debe tener en cuenta que los abogados suelen cobrar un porcentaje sobre el valor de la herencia que ronda entre el 1% y el 3%.
Los gastos notariales pueden ser del orden del 3% (en algunos casos un poco menos y en otros más). Además, el impuesto de sucesión actualmente está en el 15%, un porcentaje relativamente bajo en comparación con el resto del mundo.
Sin embargo, es posible que en una próxima reforma tributaria este valor aumente, dado que antes de 2012 la tarifa era del 33%.
Por lo tanto, existen formas de planear la sucesión tanto en el país como en el exterior, desde estrategias sencillas hasta complejas.
Se recomienda que las personas, como mínimo, cuenten con un testamento en el cual establezcan a sus herederos. La ley colombiana actualmente exige que en un testamento el 50% sea para los herederos forzosos (en primer lugar, hijos; en segundo lugar, padres), mientras que el restante 50%, desde 2018, puede designarse libremente a cualquier persona natural.
Otras formas de planificación más estructuradas en el país incluyen las sociedades familiares o los fideicomisos familiares, mientras que en el exterior se suelen utilizar sociedades, trusts (con similitudes a los fideicomisos) y fundaciones de interés privado.
En cualquier caso es crucial contar con la asesoría de expertos en diversas jurisdicciones con experiencia en la estructuración y preservación del patrimonio familiar para su transferencia a las siguientes generaciones.
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