Bogotá — A medida que se acerca 2024, los inversores institucionales tienen varias preocupaciones, desde las tasas de interés de los bancos centrales, la ralentización del gasto de los consumidores y si las rentabilidades cumplirán las expectativas.
Sin embargo, según los resultados de una nueva encuesta de Natixis Investment Managers (Natixis IM), los inversores institucionales ven el panorama geopolítico como la mayor amenaza económica.
Encuestó a 500 inversores institucionales que gestionan en conjunto 23,2 billones de dólares en activos de pensiones públicas y privadas, aseguradoras, fundaciones, dotaciones y fondos soberanos de todo el mundo.
Junto con la preocupación por la amenaza económica de actores geopolíticos (49%), la encuesta reveló que los inversores institucionales también están preocupados por la ralentización del gasto de los consumidores (48%), y el 51% cree que la recesión será inevitable en 2024. A pesar de ello, muy pocos (8%) creen que sus carteras son a prueba de recesión.
Sin embargo, no todo es pesimismo, ya que el número de los que no prevén una recesión el año que viene se ha más que duplicado, pasando del 15% en 2022 al 37% en 2023.
Del mismo modo, las instituciones siguen divididas en cuanto a las perspectivas de inflación de cara a 2024, ya que el 40% cree que la inflación se mantendrá en niveles elevados, mientras que el 40% prevé nuevas reducciones.
Las preocupaciones en torno a la política de las tasas de interés persisten, y un error en la política del banco central (42%) ocupa el tercer lugar en su lista de preocupaciones.
El 60% de las instituciones financieras está de acuerdo en que la nueva normalidad es una inflación más alta y aproximadamente el mismo porcentaje (61%) también espera que los tipos se mantengan altos durante más tiempo.
Mayores niveles de volatilidad
La incertidumbre del panorama económico influye mucho en las perspectivas de mercado de los inversores institucionales para 2024.
Casi seis de cada diez (59%) prevén mayores niveles de volatilidad en los mercados de renta variable, mientras que el 39% ve un repunte similar en la volatilidad de la renta fija, con la preocupación de que la ralentización del crecimiento, unida a la subida de las tasas, provoque un aumento de los impagos empresariales (76%).
En general, las previsiones de mercado para 2024 muestran que los inversores institucionales son alcistas en sólo tres clases de activos: el mercado de renta fija (69%), la deuda privada (64%) y la renta variable privada (60%).
Mientras que las opiniones sobre el mercado bursátil se dividen entre alcistas (46%) y bajistas (54%), los inversores institucionales coinciden mayoritariamente en que la tecnología (52%) y las grandes capitalizaciones seguirán obteniendo mejores resultados (61%).
IA: ¿buen impulso a la productividad o amenaza existencial?
Con el protagonismo de la inteligencia artificial, los inversores institucionales encuentran tanto ventajas como inconvenientes en la rápida progresión de la tecnología. A más de dos tercios (66%) les preocupa que la IA pueda crear agitación geopolítica, pero el 75% cree que la IA desbloqueará oportunidades de inversión que de otro modo serían indetectables.
Cuando se les preguntó qué película de ciencia ficción reflejaba mejor su opinión sobre la IA, la mitad de los inversores la compararon con la película Moneyball, creyendo que la IA no es más que una herramienta que analiza datos para encontrar oportunidades ocultas.
En general, las instituciones financieras ven el auge de la IA como una oportunidad de inversión: la mitad de los encuestados cree que será mayor de lo que fue Internet, y sólo el 34% está preocupado por una burbuja de la IA.
Sin embargo, al 38% le sigue preocupando que la IA pueda suponer una amenaza existencial para la civilización tal y como la conocemos.
Los activos privados siguen siendo una de las principales opciones de asignación alternativa para los inversores institucionales, ya que dos tercios (66%) afirman que todavía existe una diferencia significativa entre los activos privados y los públicos.
Sin embargo, tras una larga racha de inversiones privadas, el 59% de los inversores institucionales afirma que la popularidad de los activos privados está dificultando la búsqueda de operaciones. Teniendo esto en cuenta, los equipos están incorporando más salvaguardias a su estrategia y el 72% afirma haber intensificado su diligencia debida para responder a las preocupaciones en torno a la calidad de las operaciones.
Además, la regulación está influyendo en las opiniones sobre los activos privados. Más de la mitad de los encuestados (53%) a escala mundial afirma que el exceso de regulación de los mercados privados los está haciendo menos atractivos. Sin embargo, según sus planes para 2024, parece que se trata de reducir las asignaciones futuras en lugar de reducir las que ya poseen.
Asignaciones activas fijas
Las asignaciones institucionales a inversiones gestionadas activamente parecen estar bloqueadas a largo plazo. En la actualidad, dos tercios de los activos institucionales están asignados a estrategias activas, sin que se hayan producido cambios desde 2022.
De cara al futuro, hay pocas variaciones con respecto al plan, ya que las instituciones prevén tener un 66% invertido en activos en los próximos tres años.
La estrategia funcionó bien en 2023, ya que el 66% de los inversores institucionales declararon que las inversiones activas de sus carteras superaron a sus inversiones pasivas.
Es más, casi seis de cada diez (59%) creen que la popularidad de las inversiones pasivas aumenta el riesgo sistemático.