¿Cuál es el efecto de los subsidios en la actual coyuntura económica de Colombia?

En lo corrido del 2023, las transferencias sociales han presentado una marcada disminución, en un contexto de transición de Ingreso Solidario a Renta Ciudadana

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Bogotá — La pandemia impuso la necesidad ampliar y potenciar las transferencias monetarias a los hogares, con el fin de mitigar las afectaciones de las restricciones a la movilidad implementadas.

Específicamente, el presupuesto de inversión del Departamento de Prosperidad Social (DPS) se expandió desde $2,1 billones en 2019 a cerca de $13 billones en 2020 y 2021.

En consecuencia, el componente de subsidios pasó de representar 0,5% de los ingresos totales de los hogares en 2019, a multiplicarse por 6 veces (3% de los ingresos) a mediados de 2021, aseguran los expertos de Corficolombiana.

De acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) del DANE, actualmente las transferencias monetarias son la cuarta fuente de ingreso de los hogares, precedidas por el ingreso laboral, los desembolsos y las remesas.

Dada su creciente relevancia, las perspectivas de este componente resultan determinantes para prever el consumo de los hogares en 2024.

Idealmente, dicen los analistas, en línea con su objetivo de política social, las transferencias monetarias son una herramienta de estabilización económica, que mitiga parte de la fluctuación proveniente del ciclo económico.

Aunque este fue el caso entre 2019 y 2022, años en los cuales se observó una tendencia opuesta a la brecha del producto, como parte de la estrategia de mitigación de los impactos sociales de la pandemia, en los últimos años las transferencias se han alineado con la desaceleración de la economía, amplificando el efecto sobre el consumo de los hogares más vulnerables.

Para 2024, los recursos aprobados en el Congreso para el rubro de inversión del DPS permiten anticipar una contracción en términos reales de este componente de ingreso, con un crecimiento nominal estimado del 5% del total asignado.

Sin embargo, advierte Corficolombiana, este incremento parte del supuesto de que el Gobierno Nacional logrará ejecutar cerca del 50% restante presupuestado para 2023 en los últimos dos meses del año, ya que con corte a octubre se han ejecutado $4,9 billones de los $9,8 billones asignados.

Un mejor nivel de ejecución de subsidios mitigaría parte de la desaceleración en el consumo proveniente del deterioro previsto en el mercado laboral, en respuesta al menor nivel de actividad productiva.

No obstante, las cifras de presupuesto asignado y aprobado para 2024 no sugieren que los programas de transferencias monetarias, al menos los focalizados desde el DPS, podrán suavizar el efecto del ciclo económico en el consumo de los hogares pobres y vulnerables el próximo año.

En efecto, y pese a que las transferencias sociales son uno de los pilares del gasto social propuesto por la administración actual, lo cierto es que en lo corrido del año 2023 a agosto los subsidios reportados por los hogares en la GEIH acumulan una caída cercana al 30% real, con retrocesos de 40% en el monto desembolsado para otros programas –siendo Ingreso Solidario el de mayor participación –, de 20% en Colombia Mayor, del 15% en Jóvenes en Acción y del 10% en Familias en acción, aseguró la firma.

Cabe aclarar que estas cifras se dan en el marco de la transición desde el programa de Ingreso Solidario hacia Renta Ciudadana, la refocalización de los programas tradicionales y una baja ejecución por parte del DPS.

Respecto a la focalización, el ingreso por subsidios tiene la particularidad de ser progresivos, al concentrarse en los hogares con un menor ingreso y perder participación en la medida en que el ingreso aumenta.

Sin embargo, contrario a lo esperable, esta reducción se da en una magnitud muy pequeña en los primeros 4 quintiles de la población. La progresividad de los impuestos era mayor en 2021.

Por programas, el programa de adulto mayor es el mejor focalizado, seguido por familias en acción, cuyo nivel de progresividad es similar al agregado. En contraste, las transferencias de jóvenes en acción son regresivas, pues benefician en mayor medida a las familias que cuentan con mayores ingresos laborales.

En efecto, dice el análisis, este programa de transferencias monetarias condicionadas al acceso y permanencia en programas de educación superior requiere de formación básica primaria y secundaria completa, lo cual no es siempre accesible para los quintiles con menores ingresos.

Por participación, dentro de los ingresos reportados por los hogares, los programas con mayor monto en los últimos meses son: i) otros, con (Ingreso Solidario o Renta Ciudadana como el más representativo), seguido de ii) Colombia mayor, iii) Familias en acción y iv) Jóvenes en acción.

Concluye que en consecuencia, la composición de las transferencias monetarias está convergiendo lentamente hacia su referente prepandemia, en el cual el componente de otros representaba cerca del 15% (luego de alcanzar un máximo de 60% de acuerdo con la GEIH en 2021), Colombia mayor y Familias en acción 40% cada una, y el monto restante se destinaba a Jóvenes en acción.