Bogotá — Donald Trump emprendió un camino que lo podría dejar muy solo en la región en su política contra la inmigración ilegal. Expertos consultados dicen que la crisis diplomática que se vivió el domingo marca la pauta de cómo puede ser la relación de Estados Unidos con la región, cuando haya desencuentros.
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Desde que estaba en la campaña para ganar la presidencia de Estados Unidos, Trump anunció una masiva y costosa política de deportación de los inmigrantes indocumentados, promesa que ha venido cumpliendo desde que asumió el poder apenas una semana atrás.
La política de Trump ya ha despertado reclamos en la Unión Europea, donde también han denunciado abusos en la repatriación de compatriotas. Otros países latinoamericanos, como Brasil, han enviado notas de protesta al gobierno norteamericano porque los repatriados llegaron esposados al país.
Trump caminará solo
La política de Trump también está despertando inconformismo en varios de los países que históricamente han sido sus socios, algo que en el futuro podría ser adverso para la economía estadounidense.
“Trump en aras de hacer a Estados Unidos grande otra vez, está buscando hacerlo muy solo”, dice Ricardo Abello, abogado experto en derecho internacional.
Advierte que los espacios que Estados Unidos está dejando seguramente puedan ser ocupados por otros actores que en el pasado han estrechado sus relaciones con los países de América Latina.
“Ya lo vimos durante el primer gobierno de Trump. Son espacios que interesa y gustan mucho a China, India e, incluso, a Rusia”, dice Abello.
Aceptarlo todo
Uno de los mensajes que algunos expertos consideran que está mandando Trump en la crisis diplomática que se desató con Colombia es que no negociará con quienes se oponen a sus políticas.
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“Esto es un mensaje no solamente para Colombia, sino para el resto de países latinoamericanos, de como va a ser la política con Trump de aquí en adelante, que va a ser una política de tener que aceptar todo, o, al menos, eso es lo que espera”, dice Enrique Prieto, experto en derecho internacional de la Universidad del Rosario, en Bogotá.
Sin embargo, Prieto advierte que tanto Estados Unidos como Colombia actuaron acorde al derecho internacional público, a pesar de que las formas no fueran las que habitualmente se utilizan para lidiar con los procesos de deportación.
“Muchos gobiernos, especialmente de países que tienen mucha dependencia de Estados Unidos, van a aceptar temas que no son tan complejos, como lo puede ser recibir los deportados bajo las condiciones que Trump quiera, con tal de no recibir sanciones económicas”, agregó Prieto.
Golpe a una débil economía
Decretando aranceles y congelando visados, fue como el presidente Trump respondió a la negativa de Colombia de recibir migrantes bajo sus condiciones. Petro por su parte, respondió con aranceles de la misma índole, una jugada que, en el largo plazo, podrá ser lesiva para los intereses de Colombia.
Andrés Pardo, estratega jefe para América Latina en XP Investments, advierte que las exportaciones colombianas a EE.UU suman el 29% “y pesan el 4% del PIB”, mientras que Colombia sólo contribuye al 0,57% de las ventas externas estadounidenses y su aporte al PIB nortamericano es de solamente el 0,05%.
El Departamento de Estado aclaró que las medidas anunciadas por Trump prevalecerán hasta que el Gobierno de Colombia acepté la repatriación de sus ciudadanos.
José Manuel Restrepo, exministro de Comercio en Colombia, advirtió que los efectos sobre la economía pueden ser devastadores en sectores que el presidente Petro ha intentado impulsar.
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“Aranceles adicionales de 25% y 50% que se pueden imponer por razones de seguridad por parte de Estados Unidos afectan el agro y la industria del país”, dijo el exfuncionario.
Tras el aumentos en los aranceles de emergencia del 25% anunciados por Trump, el Gobierno colombiano activó sus funcionarios del servicio diplomático en busca de una solución.
Laura Sarabia, mano derecha del presidente Petro y quien se espera que asuma la Cancillería a finales de enero, aseguró que “las vías diplomáticas y el diálogo son el camino para asegurar el trato digno de todas y todos los colombianos. Estamos en contacto continuo con el gobierno de Estados Unidos para que el respeto mutuo y la serenidad sigan guiando nuestras relaciones”.
Germán Vargas Lleras, uno de los líderes de la oposición colombiana, también cuestionó las formas con las que el Gobierno de Petro reaccionó y mostró su preocupación por las sanciones que, dice, son inéditas en la relación binacional.
“Aumento en los aranceles del 50%, medidas como las inspecciones mejoradas de aduanas y protección fronteriza de todos los ciudadanos colombianos, al igual que las sanciones del tesoro, bancarias y financieras de la IEEPA que empezarán a imponer, tendrán un impacto devastador para la economía del país y millones de colombianos. Nunca antes visto en la historia de la relación de Colombia con Estados Unidos”, dijo.
